KLAUS & KINSKI 2008
Klaus & Kinski, Mengele y el amor
Alejandro Martínez (compositor, instrumentista, arreglista y productor) y Marina Gómez (voz) empezaron grabando una versión de The Beatles, casi sin querer. De ahí a las maquetas, en canciones que empezaron a surgir para abarcar gran parte de sus influencias, desde el bolero a la electrónica, pasando por la bossa-nova, el country-folk, la canción melódica italiana de los setenta, el sonido ochentero y el indie de más o menos toda la vida, pero también mirando de reojo a, por ejemplo, Los Panchos.
Como Klaus & Kinski se acompañan de Daniel Martínez (guitarras), Paco Martínez (bajo) y Leandro Martínez-Romero (teclados). Dicen ellos que alguna vez se les ha llegado a relacionar con el rollo ‘shoegazer’ por su endémico desparpajo y salero en el escenario, lo que provoca una perfecta comunicación expresiva con sus pies. Desde entonces han sido semifinalistas del concurso de maquetas del Festival de Benicassim en tres ocasiones, y ganadores del primer premio en el certamen CreaJoven de Murcia y del concurso de maquetas del festival Contempopránea. Ahora publican su primer álbum, Tu hoguera está ardiendo, que Álex nos presenta.
Vuestra trayectoria era ya conocida por vuestras canciones en el myspace y los concursos en los que participasteis. ¿Qué nos podéis contar de los orígenes del grupo?
– Que empezamos por deleite personal, grabando canciones para nosotros. La cosa se fue difundiendo poco a poco, y a raíz de algún concurso nos planteamos hacer algo más serio y buscar gente que nos ayudara a defender las canciones en directo. Y así hasta ahora, acumulando gigas en un disco duro…
Ganasteis un concurso, que yo sepa, y participasteis en otros. ¿Qué se aprende en una experiencia así?
– Que son importantes como escaparate. Te sitúan en el mapa. A los grupos maqueteros les hace una promoción impagable. Otra cosa es que las competiciones de música sean algo, por definición, imposible. Quién gana es algo subjetivo y lo de la calidad relativo. Pero si te toca a ti, pues ole con ole.
¿Qué cambios han sufrido las canciones respecto de las maquetas?
– En nuestro caso, sólo habíamos grabado una maqueta, pero muy larga y que iba creciendo paulatinamente a lo largo de meses y meses. Hasta que no cabía en un sólo CDr. Los cambios se ven en algunas canciones más que en otras, bien sea por sustitución o adición de pistas. En todas se trata de cosas más técnicas, de sonido y mezcla.
¿Fue complicado llegar a encontrar un sello que confiara en vosotros?
– La verdad es que sí. Llegamos a desesperarnos un poco. Lo de Jabalina ha sido una suerte, pues sabemos cómo está el patio. La gente opta por la autoedición, pero fuimos perezosos y cobardes. Jabalina fue el premio a nuestra pusilanimidad.
Vuestro nombre tiene que ver con el carismático actor. ¿Alguna otra razón?
– Básicamente nos suena bien y nos hace gracia, sobre todo el imaginarnos su cara de mala leche. Parece algo más hardcore.
El disco toca varios estilos. ¿Es difícil compaginar tantas referencias?
– No, sólo ha de gustarte y apetecerte, y asumirlo como algo natural. El pop rock es algo bastante sencillo en cuanto a la esencia puramente musical, pero no lo es ya tanto respecto a la producción, los arreglos… Entonces, ¿por qué quedarte con un sólo ideal de sonido? En el fondo es algo egoístamente divertido para nosotros mismos.
¿Tiene eso que ver con vuestros gustos eclécticos o que cada uno en el grupo tira para un lado?
– Nuestros gustos son eclécticos, sin duda. Pero no más probablemente que los de cualquier melómano, de alguien que no se limite a consumir irreflexivamente productos musicales. El pop alternativo es sólo una de las caras de la música. Supongo que a muchos de los que les guste el indie-pop también les gustará la música clásica, el jazz, el folklore, el flamenco… Qué sé yo, el son cubano. En el fondo es algo natural.
Tenéis unos textos muy especiales. ¿Cómo se componen y qué os inspira?
– Bueno, la verdad es que van siempre detrás de la música. Ésta se puede hacer rápidamente, en minutos si cabe, aunque no así los arreglos y la producción en general, que son lo complicado. Pero con las letras soy bastante inseguro. La gente va a juzgar tus pensamientos, y puedes traslucir bastante de tu idiotez. Por eso me cuesta más dejar una letra terminada, porque creo que es donde se puede perder la batalla de la estupidez o la lucidez. En el fondo, creo que los discos de Bisbal son basura por las tonterías que se dicen o por la vacuidad que denota, y no tanto por meter una nota o un sonido aquí o allá.
Referencias a la guerra, el sexo, la religión, el Dr. Mengele, “Tu hoguera está ardiendo”… ¿Cuál sería el nexo común de los textos?
– Hombre, como nexo no sé… Supongo que dejas ver tu idiosincrasia, tus obsesiones, tus filias, tus fobias y tu personalidad en estas cosas. Y también tu sentido del humor. Pues es lo que eres y así se muestra. Yo no era muy consciente de todo eso hasta tener que contestar a entrevistas.
¿Cuáles son vuestros letristas favoritos?
– Fernando Alfaro, Antonio Luque, Franco Batiatto, Stephin Merritt, Morrissey, Jonathan Richman…
Lleváis también la producción del disco y el diseño. ¿Ganas de controlarlo todo o cuestión de medios?
– No, más bien se trata de ganas de hacer las cosas como te gustan y como crees que debes hacerlas, bien sea para bien o para mal.
Hay dos canciones que me gustan mucho. ¿Qué nos podéis decir de “Nunca estás a la altura”?
– Ay… es una de las que más nos gusta, pero a Marina a veces le da un poco de mal rollo. Porque ve en ella cosas más íntimas nuestras. Es difícil hablar de cosas personales. Pero en fin…
¿Y de “Lo que no cura mata”?
– Pues tres cuartos de lo mismo. Y también es, como la anterior, del bloque de las ‘shoegazeras’. Pero luego hay tres como “En la Cama” que son lo contrario, una celebración del amor. Lo ‘güeno’ y lo malo.
¿Qué canción es la que más os gusta del disco y cuál está resultando mejor en directo?
– La que más nos gusta es “Nunca estás a la altura”. Tal vez funciona bien en directo “Flashback al revés”, que además es muy movida.
¿Seríais capaces de decir alguna canción ajena en la que os hayáis inspirado para una de las vuestras?
– Una de Roberta Flack, “The First Time Ever I Saw Your Face”, para “Sintigo o sin ti”.
¿Algún descubrimiento musical reciente?
– La verdad es que no estamos muy pendientes, al menos este año. A lo mejor dentro de dos sabremos un montón de discos del 2008 que nos entusiasman. Aunque bueno, pon una Lidia Damunt, pero eso no es ya ningún descubrimiento.
Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota en este tiempo en la música?
– Uy, pues no sé… Ahora no me viene ninguna que se pueda contar sin que se cabreen terceras personas o que sea demasiado escatológica…