JOY DIVISION 2009 1

Joy Division: su historia y su influencia en un documental

 

 

El 4 de junio de 1976, Ian Curtis, Bernard Sumner, Peter Hook y Terry Mason, cuatro jóvenes británicos, procedentes de un Manchester en decadencia, asisten a un concierto del grupo Sex Pistols que les llevará a formar su propia banda: Joy Division. Aquel grupo sería revolucionario, tanto por su música como por su actitud, en gran parte propiciada por la personalidad de Ian Curtis.

 

Pese a que el grupo se forma en la era punk, sus composiciones dejan entrever una atmósfera siniestra que será determinante para el rock gótico que surgirá mas adelante. A lo largo de su breve carrera, el grupo sufrió la retirada del batería Terry Mason y la llegada de Stephen Morris o el suicidio de Ian Curtis, cantante y guitarrista de la banda, en 1980, que la llevó a su disolución y a crear una nueva formación, New Order.

 

Tres décadas después de aquel concierto de los Sex Pistols, y pese a su breve trayectoria, sus melodías lo han convertido en uno de los grupos más influyentes de la escena musical mundial, siendo ya parte de la historia de la música, como lo atestigua el documental Joy Division de Grant Gee que se edita ahora finalmente en DVD en nuestro Estado.

 

 

 

El documental

 

Joy Division retrata, a modo de crónica, el escenario post-punk más influyente de Inglaterra a través de las palabras de los tres miembros supervivientes de Joy Division (Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris), integrantes posteriormente del grupo New Order, también desaparecido finalmente el año pasado.

 

Joy Division bebe de numerosas fuentes para convertirse en un documental bastante completo que ofrece, bajo una mirada transparente, un viaje que nos traslada hasta el Manchester de los años 70, con el grupo en la cima del éxito, convirtiendo a la ciudad en un protagonista crucial de la película.

 

En él se ponen frente a la cámara numerosas figuras que rodeaban o estaban relacionadas, directa o indirectamente, con Joy Division, como Genesis P. Orridge, Tony Wilson (fundador del sello The Factory Records, desde el que se lanzó a Joy Division), el fotógrafo Peter Saville, el cineasta Anton Corbijn, la periodista belga Annik Honoré (hablando por primera vez de su relación con Curtis), y otros testimonios que hacen de Joy Division un documento que retrata de manera rigurosa toda una época.

 

 

Lejos de tratarse de una mera retrospectiva sobre la breve carrera del grupo, el documental nos acerca a los lugares donde se forjó su leyenda, convirtiéndolos en testigos activos de una época con muchas transformaciones. Un periodo con grandes cambios sociales y políticos, donde sus cuatro componentes se revelan ante la situación superando barreras económicas y culturales para crear un sonido que, años después, se convertiría en herencia para muchas bandas.

 

Grant Gee ofrece testimonios de algunos de los testigos de esta época y los combina con documentos que reflejan el clima de rebelión y decaimiento post-industrial que experimentaba Manchester en la segunda mitad de la década de los 70, periodo en el que sonaban Unknown Pleasures y Closer, los primeros álbumes de Joy Division.

 

La película, sin grandes artificios, y tratando de apegarse lo máximo a la realidad, repasa su historia a través de documentos inéditos, entre los que figuran viejas fotografías personales, hasta ahora nunca antes publicadas, extractos del libro publicado por la viuda de Curtis, y vídeos y cintas de audio de la época que enriquecen y complementan las entrevistas que aparecen en el documental.

 

Se podría pensar que con 24 Hour Party People y Control toda la historia de la banda estaba contada. Pero no era así. Por suerte, este documental no es tanto un réquiem, sino más bien una verdadera celebración, un proyecto hecho con cariño y dirigido por un cineasta con una gran destreza para la narración de no ficción.

 

 

El director Grant Gee se sitúa sabiamente en un segundo plano para dejar a la banda y a los implicados en la historia que construyan el diálogo. Conocedor y respetuoso con la materia, Gee no vulgariza ni exagera los acontecimientos que se relatan en la película. Nunca recurre a la edición frenética para captar nuestra atención, ni nos abruma con voces superpuestas.

 

Joy Division sirve de contrapunto a Control de Anton Corbijn, una importante y clarificadora forma de iluminar la verdad, gracias en parte a los entrevistados. Esto, unido a los materiales inéditos de archivo y a una banda sonora estremecedora y representativa de su legado musical, convierten a Joy Division en un documento que captura a la perfección el extraño magnetismo de una banda cuya música se percibe tan fresca y apasionante hoy como se sentía hace 30 años. Puede parecer que ha pasado mucho tiempo desde 1980, pero las imágenes de Grant son tan reales y frescas que perfectamente podría haber sucedido ayer.

 

 

 

Discografía

 

Unknown Pleasures (1979)

 

En abril de 1979, Joy Division comenzó en los estudios Strawberry de Stockport la grabación de Unknown Pleasures, su álbum debut. El productor Martin Hannett contribuyó considerablemente al sonido final. Al principio la banda rechazaba ‘el sonido espacioso, atmosférico’ del álbum, que no dejaba ver su potente sonido directo. “No sonaba como a mí me hubiera gustado”, declaró en 2006 Peter Hook, “pero ahora puedo ver que Martin hizo un buen trabajo. No hay duda: Martin Hannett fue el creador del sonido de Joy Division”.

 

La carátula del álbum fue diseñada por Peter Saville, quien posteriormente haría otros diseños para el grupo. Unknown Pleasures se lanzó en junio y vendió 10.000 copias. Tony Wilson dijo que el éxito del disco convirtió al sello independiente en un negocio rentable y en una ‘fuerza revolucionaria’ que operaba al margen del sistema de las multinacionales.

 

En su crítica para Melody Maker, Jon Savage definió Unknown Pleasures como “un oscuro manifiesto”, añadiendo que “abandonar el siglo XX no es fácil; muchos prefieren volver la vista atrás y sentir nostalgia. No se puede pedir mucho más. De hecho Unknown Pleasures sea seguramente el mejor álbum debut del año”.

 

 

Closer (1980)

 

Poco antes de empezar con su segundo disco, la multinacional Warner Brothers ofrece al grupo un millón de dólares por trasladarse a los Estados Unidos y hacer varios vídeos musicales. Tras rechazar la propuesta, en enero de 1980 Joy Division comienza su complicada gira europea.

 

Durante los dos meses anteriores, a Curtis le dan dos nuevos ataques de epilepsia. Poco después, en marzo, de nuevo con Martin Hannett en la producción, el grupo entraba a grabar su segundo álbum en los estudios Britannia de Londres, disco que se editaría tras el suicido de Curtis y la desaparición del grupo.

 

Tras la disolución de Joy Division ha seguido apareciendo material del grupo. El primero de los discos aparecidos fue Still, un volumen que contenía temas y grabaciones inéditas que se lanzó en 1981. A mediados de los 80, los discos de Joy Division estaban descatalogados, por lo que en 1988 Factory Records decidió editar Substance, tal vez el mejor recopilatorio en disco sencillo.

 

 

Siete años después, para conmemorar el decimoquinto aniversario de la desaparición de Ian Curtis, se lanzo otro recopilatorio, Permanent (1995). En esta ocasión, el disco fue publicado por London Records, compañía que en 1992, cuando quebró Factory Records, compró todo el catálogo de Joy Division.

 

En 1997 se puso a la venta Heart and Soul, una completa caja con los álbumes de estudio más importantes del grupo, sus primeras grabaciones, maquetas, actuaciones radiofónicas y temas en directo, convirtiéndose en la edición más completa y documentada de la carrera del grupo. Finalmente, ya en 2001, apareció Les Bains Douches, álbum que recogía una actuación del 18 de diciembre de 1979.

(Ver segunda parte del artículo)

 

 

 


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