JOSÉ MARÍA GRANADOS

 

José María Granados, bendita enfermedad

jose maria granados 1

 

            Tres décadas, nueve aventuras, tres discos en solitario en los últimos años. José María Granados, al que todos recuerdan por haber sido el cantante de Mamá, presenta ahora Ciencia Ficción, el disco con el que intenta ser más simple que nunca. En sus palabras, el agradecimiento por seguir haciendo lo que le gusta y haber llegado hasta aquí.

 

¿Por qué Lucinda Records ahora y no Rock Indiana?

            – Lucinda es un sello relacionado con Rock Indiana, así que no hemos cambiado. Tiene que ver más bien con el tipo de catálogo de cada sello y nada más, pero seguimos siendo los mismos.

 

¿Cuál es, desde tu punto de vista, la principal diferencia de Ciencia Ficción con relación a los dos anteriores?

            – Creo que me voy acercando a la sencillez, a la inmediatez que se tiene cuando uno hace su primera canción con una guitarra española, sin más parafernalias. Además, es el primer disco donde todas las canciones son nuevas. Y, por último, creo que es más homogénea la edición. Vamos, que es con el que estoy más contento.

 

Parece que has vuelto a las canciones más cortas, directas y sencillas. Supongo que es algo que te queda de la época de la nueva ola.

            – Me encantaba el álbum de Elvis Costello Get Happy de aquella época, con canciones muy cortas apenas desarrolladas. La frescura de la nueva ola era la inmediatez, la falta de pretensiones, el pop por la cara. Pero es que, además, ese tipo de búsqueda va relacionada  con mi forma de ver la vida actualmente, sencilla…

 

¿Fue la colaboración con Eduardo Font tan estrecha como en el álbum anterior o también influyó mucho en este álbum el productor Santi Fernández?

– Los arreglos son de Eduardo, pero el equipo que montaron los dos ha sido maravilloso a la hora de grabar. La masterización es de Santi y las mezclas básicas también.

 

¿Hasta qué punto delegas trabajo en el estudio?

– Bastante, ya que creo en el trabajo en equipo. Por otro lado, eso de la inmediatez se perdería si pasara cantidad de horas en el estudio, adornado y retocando. En este disco todas las bases se montaron encima de un CD en el que estaba yo solo con mi guitarra cantando las canciones de principio a fin; así las estructuras y el componente básico (tempos, dinámicas) ha sido el original de la composición. Vamos, que si quitas todo se puede oír el tema con una acústica.

 

¿Cómo se te ocurrió la referencia a «Lost In The Supermarkt»?

            – Tenía el riff inicial y la melodía, y me recordaba al tema de los Clash, con lo cual la referencia a la banda, a los supermercados y a la canción salieron solos. Me divertí muchísimo escribiéndola. Me encanta cuando me sale una historieta, como en los viejos tiempos con “Ligarse a Vicky”.

 

¿En algún momento han dicho que alguna canción tuya se parece mucho a otra?

            – Pues no lo sé, pero supongo… No me importa. Supongo que me plagio a mi mismo, pero no es premeditado. Quizás tarareo melodías que a mí me parecen nuevas y resulta que ya las he cantado antes. Son cosas de la edad.

 

¿Y te importaría revelar la inspiración principal de alguna de tus canciones?

– O son historias, que me parecen las más difíciles (como “De sol a sol”, “En el supermercado”, “Ciencia ficción”), o lo que se me pasa por la cabeza, pero siempre alrededor de una idea básica. “Qué tal” habla de reencuentros. “Nada mejor” y “Todo tiene que pasar” van del significado del paso del tiempo. “Díselo” y “Bendita enfermedad” giran sobre la posibilidad de escapar del infierno y vivir al día. “La buena nueva” habla de  la amistad y el agradecimiento… En fin, que me enrollo; en cualquier caso, son cosas que siento o que me hacen reírme de mi mismo, cosas que puedo interpretar en directo porque me las creo.

 

La dedicatoria es para Manolo Mené. ¿En qué lo echas más de menos?

            – La ausencia de Manolo es un vacío irrecuperable no sólo para mí, sino para todos los que le conocían. Si sigo escribiendo canciones es gracias a él.

 

A principios de los 80 hubo tres grupos a los que se les podrían encontrar lazos: Nacha Pop, Los Secretos y Mamá. Con Los Secretos colaboraste varias veces. ¿Por qué era ahora el momento de contar con Antonio Vega?

            – Es un compañero de viaje y una persona maravillosa. No quería hacer con él una balada, que es lo habitual, sino un rock’n’roll, con energía y agradecimiento por seguir vivos y bien. Nos llevamos tres días… Somos Sagitario.

 

Siempre se te ha visto como alguien muy prolífico. ¿No puede seguir la industria tu ritmo? ¿Quedan muchas canciones fuera?

            – No grabo todo lo que se me ocurre, ni ganas. Sólo pretendo hacer canciones y contar historias que a la gente que las oiga le puedan gustar y animar. Las otras me las guardo. La industria, bien, gracias.

 

¿Has pensado en editar todo lo que no ha visto la luz o ponerlo de alguna manera a disposición de tus seguidores?

            – No llevo tanto tiempo haciendo discos solo, pero en cualquier caso tengo amigos que lo tienen todo y lo distribuyen informalmente (mp3 con todo o casi), pero yo no se a quién le podría gustar tanto devaneo. En fin, ya veremos. Por el momento prefiero hacer cosas nuevas.

 

¿Te encuentras cómodo en tu situación actual dentro del negocio?

            – Cómodo y relajado. Poder grabar un disco con una mínima repercusión y distribución ya es un milagro a día de hoy.

 

¿Grabar por placer, sin tener que vivir de ello, es la situación ideal?

            – No, no, no. He tenido muchos momentos de mi vida en que he vivido únicamente de la música, pero 26 años son muchos para comer sólo de la música, a no ser que tengas mucha suerte. No es el caso. La situación ideal sería grabar por placer, viviendo de la música, algo  muy difícil.

 

¿Qué artistas recomendarías de los últimos años?

            – Todos los que siguen y los que lo han dejado. Me encanta que la gente se siga atreviendo a hacer su propia música en este país, aunque no tenga repercusión.

 

¿En algún momento has sentido que Mamá creó escuela?

            – No, no, no, pero sí oigo algunas cosas que quizás las podríamos haber tocado nosotros.

 

¿Cómo ves hoy en día el panorama discográfico independiente?

            – Está fastidiado, como siempre, pero se siguen haciendo cosas interesantes. La independencia es una gesta heroica. Hay que estar muy agradecidos a todas las compañías independientes que siguen resistiendo y trabajando ‘por amor al arte’.

 

Si no recuerdo mal, tu trayectoria pasa por Moscatel, Doctor Farmacia y sus Helados de Coco, Mamá, Desaparecido, Los Restos, Los Frenillos, La Banda del Otro Lado, Buenas Vibraciones. ¿Cómo se ve desde el 2006 toda esta aventura?

            – Una locura, pero preciosa. Siempre he estado en algún proyecto o banda en todos los momentos de mi vida, y siempre con la misma ilusión. Doy gracias por haber tenido la oportunidad de componer, tocar, cantar las cosas que se me han ocurrido. No hay cosa que me agarre más que tararear una nueva melodía.

 

¿Y cuál es la etapa de la que guardas mejor y peor recuerdo?

– Ha habido momentos buenos y malos en todas las etapas, pero lo que importa no es lo que ya ha pasado, sino lo que está por pasar.

Xavier Valiño

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