JOSÉ IGNACIO LAPIDO 2008
José Ignacio Lapido, coleccionando canciones
Sigue en su aventura en solitario contra viento y marea. Edita sus discos en su propio sello y, al menos, cuenta con un legado de seguidores fieles. Cartografía es el nuevo disco de rock clásico del antiguo componente de 091.
El disco se abre con una canción que ya lleva referencias a The Kinks y a los sonidos de los 60. ¿Era ésa la intención con este disco?
– No realmente. Tanto Cartografía como el resto de mis discos no han nacido con una intención premeditada. Son colecciones de canciones que van surgiendo espontáneamente sin un concepto que las unifique, excepto por el hecho de que están compuestas por mí. La referencia a los Kinks es un detalle que viene a cuento en la letra de esa canción, y a la vez un pequeño homenaje a esa banda, una de mis preferidas de todos los tiempos.
También comparten las canciones un ritmo similar. ¿No salieron en este caso canciones más rítmicas o había intención de darle una unidad al disco?
– Salieron canciones de todo tipo. Al final seleccioné éstas porque eran las mejores. En cualquier caso, no creo que los ritmos de las canciones del disco sean similares, al contrario, creo que es el disco con más variedad de ritmos que he grabado. No sólo por el tempo, sino por el patrón musical.
¿Hay alguna temática común en los textos de las canciones y, si así es, tiene que ver con el título?
– La temática es la de siempre: la soledad, la culpa, la muerte, el amor, la búsqueda… Todo eso visto desde mi óptica personal y envuelto en un filtro de escepticismo irónico.
¿Has conseguido en el disco el sonido que tenías en la cabeza antes de entrar a grabar?
– Antes de entrar a grabar tengo vagas ideas de lo que quiero. En el estudio se va concretando. En ese sentido sí estoy muy satisfecho: he conseguido que las canciones suenen naturales y alejadas de artificios superfluos.
Diría que en este álbum hay más trabajo en cuanto a los arreglos. ¿Cómo lo ves tú?
– Es cierto que está muy trabajado. La banda y los músicos invitados han puesto lo mejor de sí mismos para que esto sea así. Gente de talento y con la actitud adecuada para tocar en un disco de rock.
Tu estilo está perfectamente consolidado desde hace tiempo. Pero, ¿cómo ves tú la evolución en el sonido?
– Lo he dicho otras veces: yo veo mi música como el que se asoma a un puente y ve pasar un río. En un momento determinado del cauce será turbulento y, si te asomas unos kilómetros más abajo, ese mismo río discurrirá más tranquilo. Eso pasa con mi música: de perdidos, al río.
¿Ha cambiado para ti en estos años lo que quieres contar con tus canciones o lo que ha cambiado es la forma de hacerlo?
– Supongo que lo que quiero contar es básicamente lo mismo, esto es, mis muchas dudas y mis pocas certezas. La forma de hacerlo sí cambia ya que uno, afortunadamente, va aprendiendo el oficio.
¿Serías capaz de decir en algún momento qué canciones te han servido de inspiración para alguna de las tuyas?
– Ninguna en particular y todas al mismo tiempo. Yo hago música porque empecé a escuchar canciones hace muchos años. Es inevitable que todas esas canciones que me han gustado a lo largo del tiempo floten en mi subconsciente y supongo que de una manera u otra salen a relucir cuando compongo un tema. Pero eso es algo que le sucede a todo el mundo. Nadie compone desde el más absoluto aislamiento cultural, todos tenemos referentes. En mi caso son muy variados: blues, música de los 60 y 70, punk rock…
Me imagino que, en tú caso, seguir editando discos es más una cuestión de necesidad de expresarte, ¿no?
– Supongo. También de arruinarme poco a poco, que no es mala diversión.
En cuanto a tu situación en el mundo de la música, fuera de una gran parte de los medios y al margen de la industria, ¿te has resignado a ella o, por el contrario, crees que has encontrado tu sitio exacto?
– Es el sitio en el que estoy y no me planteo cómo sería si estuviera en otro. Me parece un ejercicio intelectual un poco absurdo el pensar que pasaría si… Estoy bien haciendo lo que hago. Estoy orgulloso y no voy a perder ni un minuto en quejarme de mi supuesta mala suerte porque, para empezar, no creo en la suerte. Miento: sigo jugando a la Primitiva todas las semanas.
¿Es Pentatonia el tipo de sello ideal para ti? ¿Se lleva bien lo de ser, además de músico, empresario?
– Pentatonia es el sello que creé para editar mi anterior disco y con el que he editado éste. Es perfecto excepto por una cosa: no puedo pedir adelantos de royalties.
Por suerte, tienes un público fiel que espera tus discos y tus conciertos. ¿Dos o tres años es el ritmo de edición adecuado en tu caso?
– Sí. Hasta que no tengo las canciones adecuadas no entro a grabar, y eso suele tardar dos o tres años en ocurrir, qué le vamos a hacer. No soy demasiado prolífico. Es más, no creo que los artistas que graban demasiados discos en poco tiempo den en el clavo. Me viene a la cabeza ahora el caso de Ryan Adams, un tipo que graba un par de discos al año más o menos, al que sigo y al que admiro, pero pienso que si controlara más su producción acertaría. Hay que seleccionar y no editar todo lo que se te cruza por la cabeza en un momento dado. La autocrítica es sana y redunda en beneficio del oyente.
¿Qué es lo que más te motiva a la hora de escribir canciones?
– Nada en particular, tal vez sólo el deseo de acabarla. Es como el que se pone a hacer un crucigrama. Poner el punto y final es la meta, ¡pero que sea un punto y final glorioso!
¿Y en qué circunstancias te sale más fácilmente o la inspiración puede surgir en cualquier momento?
– No creo en la inspiración. Las ideas musicales me vienen al estar tocando. No provienen de ninguna iluminación sino del trabajo diario. Me siento con la guitarra y trato de combinar acordes, melodías y palabras. Cuando acierto en esa combinación es cuando ha nacido un tema.
Eres guionista de una serie de televisión. ¿Crees que ese trabajo puede influir de alguna forma en tu forma de componer música? ¿Y tus colaboraciones periodísticas?
– No, no influye de ninguna manera. Son cosas totalmente distintas. Con los guiones gano dinero y con la música lo pierdo. Como la noche y el día.
Me imagino que eres más de escuchar discos independientemente de cuándo se editan pero, ¿hay algún grupo actual que te guste recomendar?
– Eels, Fountains of Wayne, Wilco, Drive by Truckers, Marah, The Drones, BellRays, White Stripes…
¿Cuál ha sido la mejor anécdota en estos años en la música?
– Tengo muy mala memoria para esas cosas. Tal vez lo mejor que me ha pasado es que no me hayan robado nunca la guitarra. Toco madera.