JONATHAN RICHMAN 2009

Jonathan Richman, es como el pan

 

Cantante, letrista y guitarrista estadounidense, fundador en 1970 de la banda The Modern Lovers, influyente grupo proto-punk, Jonathan Richman viene trabajando desde mediados de los setenta en solitario o con acompañamiento acústico.

 

Célebre por su actitud abierta, desenfadada e ingenua, y por una música enraizada en el rock & roll, pero a menudo con influencias de otras fuentes, Richman acaba de editar ¿A qué venimos sino a caer?, dirigido al público hispano para el que une fuerzas con Muchachito Bombo Inferno, Kiko Veneno y su ya casi eterno batería Tommy Larkins. En esta colección de grabaciones reunidas a lo largo de cinco años, incluye versiones originales de canciones ya publicadas, y otras nuevas, en las que Jonathan Richman canta en castellano, francés, inglés e italiano.

 

“Esta colección fue concebida por Javier Hernández, quien, con sus Bizz Producciones, organiza nuestras giras para tocar por España”, asegura Richman. “La idea de este disco es ofrecer canciones como “Vampiresa Mujer” al público español, ya que no es fácil encontrar mis discos en las tiendas de España. Así, este disco contiene algunas canciones ya grabadas, como la ya nombrada, y también cosas nuevas. A ver qué les parece”.

 

“Esta colección es verdaderamente una colección: no hay unidad de sonido ni arreglos entre una canción y su vecina. Porque son grabaciones recolectadas a lo largo de cinco años, lapso de tiempo suficiente para apreciar cambios en la manera de tocar, arreglar y grabar”, continúa Richman. “Al ofrecer canciones como “Vampiresa Mujer” y también cosas nuevas, pensamos en combinar las versiones originales de estas ya publicadas y las grabadas este año pasado en San Francisco, California y en Tarifa”.

 

Veamos algunos ejemplos. “La canción “A qué venimos sino a caer” fue grabada en Tarifa en la primavera del año pasado. Estuve escribiendo palabras en servilletas en cafés de la Plaza Santa Ana en las últimas noches de abril para lo que se convertiría en la canción en mayo. También pensé en “This Romance Will Be Different For Me” en estas fechas más o menos”. ¿También con servilletas? “Pues cuaderno, probablemente. Con “Silence Alors Silence” sucedió lo mismo en los días antes de grabarla en Tarifa, y con las tres cambiando de estructura cada vez al grabarlas… Igual que después de grabar también, todas las canciones cambiando a cada rato: un estribillo añadido por aquí, un verso eliminado u olvidado por allá y todo eso”.

 

 

También tiene que ver en este disco encuentros con artistas estatales. “Es como el pan” fue una idea para ayudarnos a improvisar en el escenario a Muchachito Bombo Inferno, Kiko Veneno y a mí. Fue en octubre de 2006 en el Centro Cultural de Barcelona, donde los que mandaban tenían la idea de compartir un escenario entre Muchachito Bombo Inferno y yo. Bueno, pero yo no entendí esa idea correctamente: pensé que Muchachito, el nombre más grande, sería la estrella y que Tommy, mi baterista, y yo habríamos tocado antes”.

 

“Pero no”, continúa Richman. “Querían que nosotros hiciéramos canciones juntos. Cuando Javier me explicó todo eso dos días antes del show (habíamos hablado anteriormente pero con mal entendimiento por mi parte), dije más o menos, “Bueno, pero yo no lo hago.” Javier me explicó que íbamos a cenar con Muchachito, y entre nosotros los músicos podríamos arreglarlo todo y que, además, una sorpresa, mi amigo Kiko Veneno era un añadido de último momento. Pensé para adentro: “¿Qué haremos? ¿Qué canciones conocemos juntos? Podríamos hacer “Volando voy” pero el caso es que Kiko está ya harto de hacerla, entonces qué…”

 

“Hasta formular “Es como el pan” como vehículo de permitir toda manera de improvisar la idea de la canción: que ni palabras ni arreglos importan, solo la frescura de la espontaneidad”. Entonces, ¿cómo fue el show? “¡Oh, muy bien! Muchachito fue muy, pero que muy simpático, tocó mis canciones mejor que yo, improvisó con ‘soul’ y Kiko también fue un príncipe; improvisando y cantando con elegancia y buen humor”.

 

Las ideas de las canciones le surgen a Jonathan Richman en sitios dispares. “Hace más de un par de años, en un pueblo californiano pequeño y no muy castellano-hablante, me encontré con un libro antiguo y místico, escrito en México a principios de los cincuenta. Ese libro, en castellano, claro, se titulaba Hasta el infinito. De los capítulos de ese libro he sacado muchas ideas para mis canciones, entre ellas “El joven se estremece” y “Ha muerto la rosa”.

 

“Además de canciones en castellano y francés e inglés”, remata Richman, “también en esta colección hay algunas en italiano. Se entienden más o menos, ¿no?” Pues casi que nos da igual, Jonathan.

 

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