JOE STRUMMER JULIAN TEMPLE
Joe Stummer: Entrevista con Julian Temple acerca de su película sobre el líder de The Clash
El director de Joe Strummer: The Future Is Unwritten es Julian Temple, también realizador de los aclamados documentales La mugre y la furia (The Filth and the Fury) y Glastonbury, que aquí indaga en la dimensión dramática y humana del hombre detrás de la leyenda, contando la historia completa de su vida, antes, durante y después de su paso por The Clash. Él mismo nos presenta su película.
“Para mí, Joe Strummer, a pesar de su estatus en el salón de la fama del rock & roll, fue un filósofo que destiló la vida y los tiempos que todos hemos vivido. Joe discutió y pensó sobre la naturaleza del ser humano, sobre el significado de la libertad, sobre muchas cuestiones que actualmente no tienen importancia en nuestra manera de vivir.
En una ocasión me dijo: “El pensamiento es la razón para levantarse por la mañana”. Y tenía razón. Mientras seamos capaces de hacerlo, debemos pensar. Así que, en cierto modo, se trata de una película sobre la pérdida y, al mismo tiempo, es una celebración de todas aquellas cosas por las que Joe luchó. Desde el principio disfrutó rompiendo las reglas. La contradicción ocupaba un lugar destacado en su naturaleza y me pareció crucial que la película lo reflejara.
Nunca antes había hecho una película sobre alguien al que conocía tan bien, por lo que ahora sentía una responsabilidad todavía mayor. Piensas: “¿Qué le estoy haciendo a mi amigo, tratando de hacer una película sobre él?” Tienes que estar muy seguro de lo que cortas en el montaje y lo que dejas. Existen infinitas posibilidades, de la vida de un hombre podrían hacerse millones de películas diferentes.
Y Joe… su vida, todos sus pensamientos, estaban guardados en bolsas de plástico llenas de notas escritas en pegatinas, tarjetas y papeles que formaban una maraña de imágenes y palabras y le convirtieron en alguien que al morir dejó un completo legado. Desde una edad muy temprana, estaba inventando, corrigiendo y cambiando las cosas. Además no dejábamos de recibir materiales que nos servirían a la hora de contar su historia.
Joe y yo nacimos el mismo año, y compartimos muchas contradicciones, tiempo y experiencias. La movida que tuvo lugar en Londres, a mediados de los 60, me inspiró mucho. Después llegó el movimiento hippie y me fui a Glastonbury en 1971. Comenzaron las ocupaciones ilegales, y regresé a Londres cuando estaba arrancando el movimiento punk. Muchas de las cosas que hizo Joe en su vida, las hice yo también. Así que podríamos decir que, de alguna manera, la película es un poco autobiográfica, lo que me facilito las cosas.
También nos ayudó e inspiró el material que los más allegados a Joe nos hacían llegar mediante grabaciones, a través de su presencia en las hogueras o por sus memorias. Visionando las grabaciones llenas de grano, te sentías como si estuvieras viviendo en el tiempo de los comienzos de The Clash. Los espectadores se sorprenderán al verlas. Siempre es algo mágico descubrir momentos espontáneos en las grabaciones, tales como Joe tocando con su hermano, Joe al cargar los discos de 101-ers en Elgin Avenue… Todos ellos adquieren una importancia que no tenían en el momento de grabarse.
A principios de 1976, intenté hacer una película sobre The Clash, pero abandoné el proyecto a favor de otro sobre The Sex Pistols. El parón se prolongó alrededor de 20 años, a pesar de mi devoción por la banda y todo lo que ésta representaba. Al volver a retomar el proyecto sobre The Clash no conseguía acercarme a Joe. Para mí fue toda una sorpresa, cuando hace diez años, me encontré a Joe delante de la valla de mi jardín. Estaba buscando casa en Somerset y yo me quedé totalmente perplejo al volver a encontrármelo. Pasamos una noche genial encendiendo fuegos e intentando elevar un globo aerostático que yo estaba construyendo. Desde aquel momento, surgió entre nosotros una amistad muy fuerte que mantuvimos hasta su muerte.
La naturaleza de esta película crea una visión muy amplia de la vida y de los tiempos de Joe. Muchos se sorprenderán al comprobar como los años antes de la aparición de The Clash son tan interesantes como el periodo tras su ruptura. Quiero que se vea como algo muy punk que representa un reto. Para mí, la vida de Joe representa una imagen de esperanza. Es posible que al principio sólo jugáramos a ser hippies, pero la conexión fue total cuando nos hicimos punks. Desde ese momento compartimos una especie de sincronización.
Estaba claro que la hoguera sería uno de los temas centrales de la película. Durante los últimos 10 años de Joe, años en los que pude conocerle a fondo, tuvimos nuestras conversaciones más profundas siempre alrededor de una hoguera. Cuando se mudó a Somerset, las hogueras ya habían crecido mucho, sobretodo en Quantock Hills, un puesto fronterizo, un lugar que ni siquiera los romanos fueron capaces de conquistar.
Lo mismo que ocurre en la vida, alrededor de la hoguera había gente de todas las profesiones y clases sociales, escuchando música que era una parte importante de ellos. Ellos lo veían como un lugar en el que perderse entre las llamas; a la luz del fuego, todos son iguales, la gente famosa no es más relevante que aquellos que no lo son. Haciendo así las entrevistas para la película, evitábamos las típicas ‘cabezas parlantes’ que aparecen siempre en los documentales, y se hacía más evidente la amistad y la conexión entre las personas.
Para mí era vital que funcionara, puesto que para Joe era algo muy importante. En una ocasión me dijo que la hoguera era mejor que toda la música que había hecho; algunas noches, realmente las hogueras alcanzaban un nivel altísimo. Todo giraba en torno a gente tan dispar que espero que hayamos sabido reflejar eso en la película. Día sí, día también, Joe era el último en abandonar la hoguera. Al último de los asistentes en abandonar siempre le decía: “Tu y yo en Club Dawn…”
(Ver también artículo sobre la película Joe Strummer, vida y muerte de un cantante)