J. J. CALE

J.J. Cale, viejo amigo

 

Las cosas buenas de la vida no se pueden hacer deprisa y corriendo. Y eso incluye a J.J. Cale. “Sí, me dijeron que habían pasado ocho años desde el último disco de estudio. Pero no parece tanto,” afirma rascándose la cabeza y preguntándose dónde se ha ido el tiempo. 

Al fin ha terminado la larga espera y J.J. Cale ha vuelto con una colección clásica e inmaculada de nuevas canciones. To Tulsa And Back es distinto de todo lo anterior, pero también tiene ese sonido tranquilizador, familiar y característico que ha convertido a J.J. Cale en una leyenda musical desde hace 30 años. 

A lo largo de su carrera, J.J. Cale ha dado refugio a una desconfianza sana al cambio sin más. Los antojos y caprichos de la moda y lo moderno han dejado impasible a su genio intemporal. Pero esta vez tuvo que aceptar un cambio fundamental.  Al principio planeó grabar el siguiente trabajo a Guitar Man (1996) en Nashville con Audie Ashworth, quien comenzó a producir los discos de J.J. Cale allá por 1971 con Naturally, su inolvidable debut formado por canciones como “After Midnight”, “Call Me The Breeze”, “Magnolia” y “Crazy Mama”.

J.J. Cale y Ashworth siguieron trabajando juntos con los años, montando incluso su propio estudio, Crazy Mama’s, cuando J.J. Cale se trasladó a Nashville en 1975.  “Íbamos a hacer el disco como en los viejos tiempos,” explica J.J. Cale. “Dos viejos amigos hablando de la música y tocando canciones.”  Desgraciadamente, Ashworth falleció antes de que pudieran ponerse a trabajar y J.J. Cale dedicó el disco J.J. Cale Live (2001) a su memoria.

De modo que, ¿qué dirección seguir en su primer disco de estudio después de ocho años?  J.J. Cale, que en la actualidad vive en el  desierto del sur de California, decidió regresar a sus raíces. Así pues, regresó a Tulsa, la ciudad de Oklahoma que le vio nacer y que abandonó hace años. 

Allí alquiló un pequeño estudio propiedad del batería y antiguo amigo David Teagarden, y fue a ver a todos los amigos con los que creció.  “Me fui para allá y me encontré a todos los tipos con los que había tocado en los bares cuando éramos jóvenes. Nos pasamos una semana en el estudio, pero fue más bien en plan social, con barbacoas incluidas y esas cosas, además de una sesión de grabación. Toqué con algunos de estos tipos hace 40 años y te diré una cosa, no creo que haya nadie de menos de 60 años en el disco.” 

El resultado ha sido un disco cálido, rítmico y relajado que preserva el genuino sabor sureño que ha venido a definir la música de J.J. Cale. Justo como sus fans lo quieren. La verdad es que si J.J. Cale intentara cambiar ahora, quizás se producirían hasta disturbios.   

Por lo tanto, ¿qué tiene Tulsa y su sonido? “No creo que haya un sonido de Tulsa como tal. Se trata más bien de individuos,” explica. “Pero sé a qué te refieres. Al oeste de Oklahoma hay mucha música country. Y la parte este de Oklahoma está más cerca del Mississippi y hay más músicos de blues. En Tulsa tenemos ambas influencias y también algo de jazz. Supongo que es lo que ha definido mi sonido.” 

Independientemente de sus orígenes, el sonido de J.J. Cale ha influido profundamente a artistas como Eric Clapton y Dire Straits, y sus temas han sido versioneados por infinidad de artistas, desde Lynyrd Skynyrd, Deep Purple y los Allman Brothers hasta Johnny Cash, The Band, Santana, Captain Beefheart y Bryan Ferry. 

En 1970, Clapton grabó “After Midnight”, un tema compuesto por J.J. Cale a mediados de los 60. Los elogios de Clapton en todas las entrevistas pronto empujaron al modesto y retraído J.J. Cale a la luz de una atención pública que en realidad nunca buscó ni deseó. J.J. Cale se sintió agradecido por el reconocimiento. Pero la noción de la celebridad le espantaba y sigue espantándole en la actualidad. “Soy un guitarrista y compositor, y tuve suerte cuando Clapton escuchó uno de mis temas,” afirma. “No me va el rollo de la farándula. Siento la misma pasión por hacer música que los demás, pero nunca he querido dar la cara. Y sigo sin querer ser famoso.” 

En el 2002, regresó a la carretera tras una larga ausencia. “Llevaba un tiempo sin tocar en directo así que me puse a ello lentamente y me lancé en solitario,” recuerda. “Después llamé a un batería y más tarde a un guitarra. Y así hasta que estuvieron allí todos mis amigos y tuvimos que traer dos autobuses para la gira. Después de la gira, me pareció una buena idea hacer un disco.”

To Tulsa And Back ha sido el resultado: J.J. Cale del clásico. “Compongo temas cuando no tengo nada más que hacer y los archivo. Así que tenía muchísimos por ahí guardados desde hace años,” explica.

En canciones como “My Gal”, “Chains Of Love” y “Blues For Mama”, el tema sigue siendo el mismo de siempre. Pero en otros como “Stone River” y el político “The Problem” aborda nuevas preocupaciones acerca del mundo en que vivimos. “Puede decirse que con la edad he ido escribiendo algunos temas un poco más políticos y medioambientales,” afirma. 

Intemporal e imperecedero, J.J. Cale ha regresado y suena tanto o mejor o nunca, aunque su música nunca llegó a irse. A fin de cuentas, ¿qué son ocho años entre viejos amigos?

Xavier Valiño

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