IGLOO
Igloo, viajes por nebulosas
Tras La transición de fase (2009), Igloo entró en una nueva etapa. La del reconocimiento que llevaban buscando con sus dos primeros trabajos: el álbum Igloo (2005) y el mini-álbum Una luz de estío glacial (2006). A partir de ahí les llovieron los premios, se sumaron muchos conciertos a su gira y su público empezó a crecer exponencialmente. Ahora, con su nuevo disco, Infinito 3, las letras y su sonido se oscurecen un tanto, tomando la ciencia como una de sus referencias. Al habla Beni Ferreiro, principal compositor de la banda y el único que continúa desde sus inicios.
¿Qué fue lo que os motivó en esta ocasión a grabar el tercer -o cuarto, contando el mini-LP- disco? ¿Había una intención detrás o simplemente era que teníais ya un nuevo grupo de canciones?
– Desde que acabamos la grabación del anterior trabajo seguimos con la dinámica de ir haciendo canciones, con lo que en algo más de un año teníamos una treintena de nuevos temas que el verano pasado comenzamos a preparar en forma de maquetas. Con esto, también nos parecía muy importante sacar un nuevo trabajo ahora que la banda se encuentra en un buen momento.
En la grabación de este disco, ¿qué os planteasteis? ¿Qué era lo que queríais y lo que no pensabais repetir?
– En nuestra mente siempre mantenemos la idea de continuar evolucionando el sonido y con respecto a los discos anteriores. No buscamos un cambio radical; cualquier persona que conozca el sonido de Igloo de los discos anteriores identificará a la primera escucha este nuevo trabajo, pero sin duda apreciará que hay en este disco reflejos de una gira de más de 70 conciertos y un mayor empeño por un sonido mejor.
Da la impresión de ser vuestro disco más oscuro. ¿Qué motivó ese cambio de registro?
– Las letras de este álbum tienen una vertiente más personal y más gris que sus predecesoras, por lo que la música se construyó alrededor de ellas y dio un matiz también más lúgubre.
También aparece la guitarra acústica por primera vez. ¿Por qué ahora? ¿Lo pedían las canciones?
– La canción de “Momentos buenos” seguramente será la única hecha con acústica en los trabajos discográficos de Igloo (aunque nunca se sabe…) Es un tema que compusimos hace muchos años y que habíamos improvisado con eléctricas e incluso electrónica, pero no nos convencía. Como en la gira pasada hicimos muchos conciertos acústicos, probamos este tema con ellas y nos gustó mucho el resultado, por lo que no tuvimos dudas para incluirla en este disco. Además contamos con Jorge Ortal para los arreglos de cuerda, que acabaron por colocarla entre nuestras favoritas.
Los textos también parecen más personales. ¿A qué se debe?
– Hay de todo, pero claramente el reflejo es personal, incluso en letras que tratan sobre series, como “Zumo V”, de la serie True Blood o “El mundo perfecto de Kira”, de Death Note. Todas surgen de ideas que vivimos en nuestro día a día. Otras muchas canciones sí reflejan la vida de personas cotidianas, de sus quehaceres y sentimientos.
También diría que es vuestro disco que mejor capta el sonido que luego lográis en directo. ¿Es así? ¿Fue intencionado?
– Claro, es algo que buscamos siempre. El representar el sonido de los directos en nuestros trabajos, y a la inversa, es nuestra intención. A medida que te sumerges en largas giras, incluso tu manera de componer se ve influenciada, porque en nuestro caso queremos componer canciones que luego sean defendibles en el escenario.
¿Es “E.L.O.” un homenaje velado a la Electric Light Orchestra y, si no es así, de dónde viene el título?
– Esa misma pregunta nos la hacía Iago Lorenzo, el productor del disco (risas). No, son las siglas del estribillo de la canción (Every Last One). Queríamos que nadie leyese un título en inglés en la contraportada y que no se esperase encontrarse con la canción a la hora de ir escuchando el disco.
¿Por qué incluir un tema en inglés? Parece que vais en la dirección contraria de lo habitual, grupos que empiezan con el inglés y se pasan al castellano, aunque me imagino que es algo puntual.
– Es algo muy puntual, aunque hay un montón de suposiciones. Incluso nos gustó mucho una idea que decía que íbamos a hacer un sólo tema en inglés en cada álbum para después de diez trabajos recopilarlos en un disco con temas sólo en inglés (risas). A Iago Lorenzo le gustó mucho esta canción escuchando las maquetas previas. Hicimos una versión de letra al castellano pero no nos convenció, sin embargo en inglés sí nos gustaba, así que aprovechamos una de las virtudes de estar en una discográfica independiente como Ernie, que es tener la libertad de poder hacer temas en el idioma que quieras (estamos practicando el pársel y el wookie para otros trabajos).
De “Silvia Saint” del primer disco pasamos aquí a “Nina Kulagina”. ¿Demuestra eso algún tipo de evolución en la temática de las canciones o es una casualidad?
– Desde luego, no sería en este caso una buena evolución (risas). No tiene nada que ver: la primera es un homenaje a… nuestra adolescencia, y la segunda sería un homenaje… a temas de conversación surrealistas que surgen en noches con amigos. La letra de “Nina Kulagina” partió de una conversación con unos amigos sobre esta mujer rusa con poderes de telekinesia y que el KGB estudió durante la guerra fría para poder utilizar estos poderes psíquicos como arma.
El título del álbum, Infinito 3, la foto del astronauta y títulos como “Nanomédicos” parecen indicar que la ciencia está muy presente en vuestro imaginario. ¿Hasta qué punto?
– Pues un punto bastante elevado, dado que estamos más influenciados por el señor Punset, Redes y demás en mayor medida de lo que pensábamos. El mundo de los universos paralelos es algo que me fascina, me resulta hipnótico y muy etéreo, desde luego; es algo que nos rodea y que está ahí constantemente. Y el futuro… bueno, realmente el futuro lo estamos viviendo ahora mismo, aunque no nos demos cuenta.
¿Sentís que en los últimos tiempos parece haber una mayor receptividad hacia el grupo?
– La transición de fase tuvo una gran acogida por parte del público y ello se vio reflejado en premios como el de Maquetón 40P de Vigo, el de San Miguel, que nos llevó a tocar con Franz Ferdinand, o el de la Unión Fonográfica Independiente otorgado por Radio 3, que fue de los premios más importantes, dado que es un premio de gran reconocimiento. Gracias a él fuimos a tocar a los conciertos de Radio3 de TVE, que nos abrió muchas puertas. Todos fueron conseguidos gracias a una participación masiva de la gente, a la que les estamos enormemente agradecidos.
¿Qué es lo que más os ha gustado de lo que han dicho sobre vosotros y, también, lo más curioso?
– Creo que sobre todo nos quedamos con el apoyo de nuestros fans, gente que hemos ido conociendo todos estos años y que seguimos conociendo en cada concierto. Su apoyo constante es de lo más importante para seguir haciendo canciones y tocar en directo. Que alguien se acerque y te diga que se siente identificado con “Todo bajo el cielo”, porque fue algo que le pasó en su vida, te llena muchísimo. También nos hace mucha gracia que algunas veces nos llegue alguien de buen rollo y se nos ponga a cantar nuestras canciones a nuestro lado, la verdad es que nos partimos de risa cuando sucede. De las cosas más curiosas fue un mail que me llegó diciéndome que esa persona había tenido una serie de viajes astrales y que su conexión resultó ser un tema del disco anterior titulado “Al otro lado del universo”. Decía que en sus experiencias viajaba por nebulosas y por planetas desconocidos y que su hilo musical constante era el arpegio de la guitarra del tema. Tras un par de mensajes dejé de tener contacto con esta persona… Espero que no se quedase sin batería en el mp3 y se quedara tirada en Dagobah o algún otro planeta muy, muy lejano.
Os he visto en varias ocasiones acompañando a Eladio y los Seres Queridos. ¿Qué tal ha ido? ¿Alguna otra colaboración de los miembros del grupo?
– Nos llevamos genial con la gente de Eladio y los Seres Queridos. Comenzamos haciendo alguna participación ocasional y, al final, eran unas cuantas canciones, así que estuvimos un verano tocando con ellos en varios festivales. Tocar con otra gente es algo que nos gusta y enriquece mucho. El pasado verano hice un concierto improvisado con Fabián y Miguel de Maga en el que llamamos a gente de otros grupos, como de Maryland y los Seres Queridos, y salió un evento realmente interesante, nos lo pasamos genial aquel día.
¿Por qué pensáis que ahora mismo es Galicia la zona del Estado con más bandas haciendo música salvaje y oscura -Triángulo de Amor Bizarro, Franc3s, Disco Las Palmeras, Indómitos…-?
– Creo que todos los grupos que aparecen en Galicia tienen mucha personalidad. Las influencias generacionales en bandas que mencionas son muy evidentes también, pero lo más interesante es que ahora mismo te puedes encontrar un gran abanico de estilos dentro del panorama independiente.
¿En qué medida os compensa hacer música? ¿Cómo lo lleváis en estos tiempos tan revueltos?
– Nos compensa porque hacer música es lo que más nos gusta y lo que más nos llena. No buscamos compensaciones en ella. Creo que si alguien parte con esa idea inicial, no aguantará muchos años, y más en este estilo, en el que ‘independiente’ es una constante para todo. A medida que vas haciendo trabajos y realizando conciertos, comienza a haber compensaciones de otros tipos, pero los músicos somos tan peculiares que nos gastamos todo lo que ganamos para seguir haciendo música.
Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de este tiempo en el mundo de la música?
– Nuestro concierto en San Sebastián con Franz Ferdinand ha marcado un antes y un después, tanto por cómo se consiguió como por la gente tan especial que conocimos allí (se ha creado un vínculo muy estrecho con ellos). Y fue una noche tan especial que incluso acabamos con Alex Kapranos y compañía por los locales allí en busca de sus amigos de Daft Punk, que pinchaban esa misma noche. Hay fotos en el móvil de alguno de la banda que nunca verán la luz (risas).
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