GREG DULLI
Greg Dulli, pasión exacerbada
El artista norteamericano Greg Dulli dará inicio a su gira española el próximo 4 de noviembre, con un exclusivo concierto acústico en la sala Capitol de Santiago de Compostela. La cadena MTV ha calificado en estos días a Dulli como “el más grande de los compositores vivos”, a raíz de su reciente y apoteósica actuación en el Bowery Ballroom neoyorquino. El recital supondrá además la puesta de largo de la asociación compostelana Desconcierto Cultural, con su siclo Autorretratos, un nuevo elemento de dinamización en la escena musical y cultural gallega.
Greg Dulli lideró durante los años noventa The Afghan Whigs, una de las más fascinantes anomalías de aquellos años. En un universo musical dominado por el grunge, la distorsión y el ruido, la banda de Dulli hacía gala de una inédita elegancia y de una notable ambición literaria, incorporando incluso guiños a la tradición soul. Tras la disolución de The Afghan Whigs, convertida ya en banda de culto, Dulli se centró en The Twilight Singers, nombre con el que ha publicado cuatro álbumes hasta la fecha.
Además, en los últimos años ha colaborado incesantemente con múltiples artistas, alcanzando notable repercusión su trabajo junto a Mark Lanegan (quien también recaló en Compostela recientemente) en The Gutter Twins. Para su concierto santiagués, el líder de los extintos Afghan Whigs se hará acompañar por Dave Rosser (Twilight Singers) y Rick Nelson (Polyphonic Spree). Además de los clásicos de sus diferentes formaciones, tendremos oportunidad de escuchar las nuevas canciones de su próximo disco como Twilight Singers, que verá la luz en Subpop a principios del 2011. La velada contará además con el aliciente de la actuación de Jane Joyd como artista invitada, proyecto de pop y folk de la coruñesa Elba Fernández que ha sido saludado como un auténtico diamante en bruto, una de las promesas más estimulantes de la escena musical gallega.
Con estos antecedentes, calificar de promiscuo a Dulli no sería, por lo tanto, incorrecto, al menos musicalmente hablando. En realidad, así es como se define él mismo cuando se le pregunta si, habiendo colaborado en tantos proyectos, le tentaría volver a una situación de banda a jornada completa. “Es como si hubiera estado casado muchos años, y ahora estuviese soltero y con licencia para hacer el tonto”, se ríe, “y aún así puedo consolidar sólidas relaciones sin el factor de compromiso que probablemente me ataría. De hecho, he seleccionado una banda básica para mi próxima grabación de Twilight Singers, esta vez un álbum de material original, que ya está casi listo”.
“Más o menos me decidí por un grupo”, explica, “porque yo mismo estuve en uno por mucho tiempo, pero el deseo de conformar parte de una banda no era tan fuerte en mí como en otra gente. Ya no soy el veinteañero que maduraba junto a alguien, que iba de copas con ellos todas las semanas, por lo que tengo que informarme con quién estoy trabajando, y la mejor manera de hacerlo para mí es en el estudio de grabación”.
Por eso interesa conocer cómo es su proceso creativo. “Soy un cantautor narrativo”, me contesta. “Creo que en parte se debe a que he escrito cuentos cortos y guiones y a que tengo que seguir algún tipo de trayectoria en línea recta, al menos para mí mismo. Escribo temas para mí, y sólo cuando están más o menos presentables pienso en interpretárselos a otras personas. Estoy constantemente buscando ‘sujeta-libros’: el primer y el último tema, porque así me resulta más fácil ir dejando señas por el camino, por decirlo de alguna manera”.
Deshilar la narración es algo que Dulli hace con naturalidad. Admite, de todas formas, que los procesos y la motivación para escribir canciones y cuentos cortos son diferentes. Gran parte de la música de Afghan Whigs, de Twilight Singers y The Gutter Twins ha sido catalogada como sombría, tanto en tema como tono musical.
¿Sugiere esto también que la música nace debido a un estado de ánimo melancólico o, dicho de otra manera, puede Dulli componer un tema cuando se siente bien? “He escrito”, comienza, deteniéndose luego para pensar largamente antes de proseguir, “quizás un álbum cuando me sentía contento, y ése fue la grabación final de los Whigs (1965, editado en 1998). Aquellos son los temas más felices que probablemente haya escrito o escribiré. Más me valdría no decir esto, pero… ¡qué diablos! Cuando me siento bien no me entran ganas de tocar. Habitualmente me siento a improvisar con alguien cuando me siento feliz, pero casi nunca compongo un tema. Los cuentos cortos son harina de otro costal. Puedo ponerme a escribir cuentos cortos cuando estoy bien, aunque casi nunca me resultan felices. ¡No sé lo que dice eso de mí!”
Y si el proceso creativo es diferente, ¿qué es lo que le satisface más: escribir una canción o un cuento corto? “Son cosas completamente diferentes”, responde categóricamente antes de proseguir. “Para mí, una canción resulta un poco más satisfactoria porque tiene un enlace emocional con la música. Puedo ir en mi coche de noche mientras la escucho y estar orgulloso de mí mismo”.
¿Y qué comenta acerca de sus influencias? “He estado indudablemente influenciado por escritores. Mis dos escritores preferidos son Lord Byron y Jack London, puramente por su uso del lenguaje, por su capacidad de hacerme sentir algo que ni siquiera sabía que sentía. Creo que ambos poseían el talento innato de descubrir verdades simples y describirlas sobre el papel. Pero en lo que respecta a los cantautores, cualquiera desde Robert Jonson a Bob Dylan, a Marvin Gaye y todo el que se encuentre entre ellos y por encima”.
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