Gett, el divorcio de Viviane Amsalem
Gett, el divorcio de Viviane Amsalem (Cameo)
Gett es como llaman en Israel al documento de ‘emancipación’ de una mujer respecto de su marido del que quiere divorciarse y que solo este tiene la potestad de autorizar, algo vigente aunque resulte dificíl creerlo, y rayano en la esclavitud. Cerrando la trilogía centrada en el papel de la mujer en su país (tras To Take a Wife, 2004, y Los siete días, 2008), los hermanos Ronit y Shlomi Elkabetz se centran ahora en el calvario de cinco años de una mujer para lograr su divorcio, su libertad.
Esta Juana de Arco contemporánea, Viviane Amsalem, está intepretada por la propia directora de la película, Ronit Elkabetz. Toda la acción transcurre en la sala de espera y en el propio Tribunal, unas estancias austeras y funcionales, sin que en ningún momento la cámara se asome el exterior. Este frío escenario podría dar lugar a una cinta excesivamente teatral, pero sus responsables usan con habilidad los recursos y la elipsis cuando es necesaria.
Para ello se apoyan casi exclusivamente en sus actores, todos perfectos, y en unos diálogos que mantienen la tensión en todo momento sin resultar farragosos. De la comedia del absurdo al drama, el film vive la desesperación, la humilllación y la impotencia de su protagonista femenina, de esa mujer que padece unas leyes ancladas en el tiempo, y en los verdugos encargados de su ejecución, un tribunal rabínico enteramente masculino férreamente atado a la religión.