FOUNTAINS OF WAYNE 2008
Fountains Of Wayne en concierto
(Sala Capitol, Santiago, 14 de enero de 2008; Promotor: Idearock / Lovetoart. Público: 400 personas)
Le llaman power-pop, pero en su caso podrían decir otras cosas, al menos por lo visto en Compostela. Fountains Of Wayne juegan en esa liga, la del pop eléctrico de guitarras, el mismo que remite a The Beatles o, sin ir más lejos, a la banda sonora de The Wonders, de la que alguno de ellos sabe mucho.
Pero, por suerte para ellos, lo suyo no se reduce exclusivamente a power-pop. En esa división, The Posies son superiores sobre el escenario. Por eso se agradecen todas las salidas de tiesto, todo aquello que no suena a lo que se supone que deberían sonar. En otros, eso sería dispersión; en ellos, lo que redondea sus directos.
Sí, Fountains Of Wayne sonaron más atractivos en los tiempos medios -como “Hey Julie” o “Fire In The Canyon”- y en los temas más bailables -en “Strapped For Cash” y “Traffic & Weather”, la canción que da título a su último disco, parecía que la Capitol volvía a ser por un momento una discoteca-. Al menos en la primera fila, los temas más guitarreros sonaban con demasiada reverberación como para poderlos disfrutar del todo, aunque, por suerte, eso no sucedía en otros lugares de la sala.
Cuando saltaron al escenario, Fountains Of Wayne parecieron lo que realmente son: tres tipos (omitamos al batería por esta vez, procedente, por cierto, de The Posies) con orígenes -y, sobre todo, pintas- muy distintas, que parecen ser de grupos distintos: un cantante, Chris Collingwood, con pinta de Ingeniero Técnico; un líder en la sombra, el bajista Adam Schlesinger, sin imagen y con pinta de no creérselo aún; y un guitarrista, Jody Porter, que parece salido de Eduardo Manostijeras y al que le costó entrar en ambiente, aunque después se convirtió casi en el triunfador de la noche -nada extraño en un grupo de guitarras-.
Acompañados de un batería, dos pipas que salieron a hacer percusión en uno de los temas -“solteros y con hambre de mujer”, según Chris-, los de Nueva York se fueron encontrando más cómodos a medida que iban cayendo alguna de sus canciones más recordadas, coreadas por parte del público, como “Denise”, “Mexican Wine” o el cuarteto final, en el que enlazaron seguidas “It Must Be Summer”, “Stacy’s Mom” (el plagio reconocido de The Cars), “Radiation Vibe” y “Survival”. Eso sí, el chiste sobre que lo único que sabían decir en castellano era “muñecas de gatitos” no lo entendió nadie. ¿O alguien nos lo explica?