FON ROMAN
Fon Román, cuerdas del corazón
Fue el guitarrista de Los Piratas. Acabada aquella etapa, Fon Román formó Trash of Dreams con Suso Saiz para, poco después, debutar en solitario con Silencio cómodo en un jardín descuidado. Casi cinco años después le da continuidad con Entretelas.
¿Cómo fue la respuesta a tu primer disco y cómo ves hoy aquel álbum?
– Creo que tuvo buena acogida, quizás más de crítica que de público, lógico teniendo en cuenta que aunque mi trayectoria era larga y no dejaba de ser una nueva propuesta con una nueva voz.
Aunque han pasado cuatro años, estuviste envuelto en otros proyectos como Trash of Dreams y, también, tu disco llegó a México. ¿Sigue vigente aquel proyecto con Suso Saiz o cualquier otro?
– Pues Trash of Dreams está de momento aparcado. Estamos involucrados en otros proyectos y no hemos encontrado tiempo para retomarlo, Suso en sendas producciones y yo centrado en el disco nuevo. En mi caso, la necesidad de la parte experimental está ahí en ebullición y queriendo encontrar espacios por donde salir. No a mucho tardar le daré continuidad a esa necesidad.
¿Cómo fue tu experiencia mexicana, ya que incluso estuviste viviendo allí una temporada?
– La verdad es que en líneas generales fue casi todo positivo, sobre todo por la gente que conocí y las perspectivas de trabajo que se abrieron después mis dos estancias. Estoy preparando mi retorno para octubre y hacer una pequeña gira por salas.
Este nuevo álbum ya llevaba un tiempo preparado, ¿no? ¿Se te hacen hoy viejas estas canciones?
– Las canciones tienen más de dos años. Lo que pasó es que hubo demoras en la grabación y mezclas, y por eso se retrasó la salida. En la composición, las propias canciones dejan de tener siempre el sabor de la primera vez cuando las escuchas terminadas, no grabadas. Desde ese momento empieza un trabajo de manoseo que hace que pierda la frescura del inicio. Pero una buena canción nunca se hace vieja; la envejece una producción poco acertada.
Al entrar a grabar este nuevo disco, ¿qué buscabas y que no querías repetir?
– Uno siempre intenta acercarse a la idea de disco que tiene en la cabeza, tanto musicalmente como de producción, pero se producen siempre desvíos que forman parte del camino y son esencia básica para que el resultado final sea más rico. En el caso de Entretelas, el resultado ha superado mis expectativas, sobre todo en algo que no habíamos conseguido hasta el momento: que cada instrumento tuviese su espacio, que hubiese capas diferenciadas, que respirasen. Eso hace que tenga musicalmente más profundidad y definición.
Te decidiste a montar tu propio sello para editarlo. ¿Cómo te has visto en el proceso? ¿Ha merecido la pena?
– Bueno, desgasta un poco la verdad. Se abren muchos frentes y tienes que estar en todos de alguna forma. Se añade el hecho de que mi experiencia en ese sentido era casi nula, por eso siento que el esfuerzo ha sido doble. Creo, de todas formas, que es un buen camino hacia la independencia real, donde un equipo humano caminamos hacia una misma dirección, en una estructura más personalizada.
¿Puedes explicar el concepto del álbum Entretelas (creo que tiene que ver con el trabajo de The Öwn)?
– Bueno, The Öwn lo que hicieron realmente fue llevar la idea conceptual de Entretelas a material tangible creando una pieza artística en forma de panel y tejiendo en ella la palabra Entretelas. La elaboración de la pieza fue grabada para convertirse posteriormente en el videoclip de presentación con la canción “Dos elevado a uno”. Todo ello sirvió también para realizar todo el material gráfico utilizado para el formato físico.
¿Quién más participa en la parte artística del álbum?
– Hay otros artistas involucrados, no en el álbum en sí, sino en la realización de videoclips artesanales para canciones del disco. Está el caso de Curro González que hizo un vídeo con plastilina para la canción “Mis movimientos”; también los hermanos Jesús y Julio de la Iglesia que están haciendo un vídeo con sombras que presentaremos en breve.
¿Y son ‘entretelas’ las palabras, las frases con las que se van
montando las canciones? ¿Cómo encaja en eso la película Cita en San Luis?
– El título de Entretelas surgió viendo Cita en San Luis. En esa película, Judy Garland cantaba la canción “Trolley Song”, y una frase de la canción me llamó la atención, “Heard Springs” (“cuerdas del corazón”), y observé que en los subtítulos ponía “Entretelas”. El propio significado (de lo íntimo, de las entrañas, el lugar de donde vienen las canciones) y la morfología de Entretelas (telas, retales), encajaba con la forma que había hecho las canciones, con cómo había utilizado las palabras y frases como retales, por trozos, para componer todo el disco. Como si fueran once cuadros de una exposición sola colectiva donde las palabras y frases fueron la pintura con la que rellenar el esqueleto melódico y armónico de las canciones. Todo encajó y adquirió un sentido unitario que conceptualmente transmitimos a través de la pieza física “Entretelas” a la que hacía mención anteriormente.
Este nuevo álbum tiene más instrumentación, más trabajo de producción que el anterior. ¿Te lo planteaste así o surgió en el estudio?
– En el planeamiento previo de preproducción marcamos más o menos esa dirección, aunque después fue mutando en los estudios donde grabamos. No creo que tampoco tenga mucha más instrumentación, sino que hay más definición en lo que usamos.
Cuando lo compusiste, ¿pasabas por una etapa más tranquila, más feliz? Al menos así lo parece en los textos.
– Dentro del poso melancólico que suelo impregnar en mis composiciones, con diferencia a Silencio cómodo en un jardín descuidado, creo que hay una parte del disco con más luz y alegría, y creo que sí que tuvo que ver con un estado interior más optimista y relajado.
¿Sigue siendo así hoy en día? ¿Cuánto hay en ello de aceptarse uno mismo como es?
– Bueno, estoy en una etapa delicada en la que noto un enfrentamiento con mis sombras. Creo, sin embargo, que es algo bueno, ya que es una oportunidad de observarlas, de verlas con nitidez y de esa forma integrarlas como parte de uno mismo.
Me gusta especialmente “El morboso”. ¿Qué me puedes contar de la canción?
– La canción habla de las dualidades, en este caso de la doble vida que suele coexistir en nuestro entorno, de la atracción incontrolable que tenemos hacia otras personas, en muchos casos hacia las que no deberíamos tener. Aparece entonces el morbo de caer en lo prohibido, pero aun así uno sigue yendo de la mano de la persona que le protege, manteniendo así su vida tal cual debería ser para los otros. Musicalmente, hay varias partes diferenciadas en la canción que tiene que ver con los propios estados. El primero es obsesivo, en la estrofa y nexos, con una guitarra-bajo haciendo un patrón repetitivo. El estribillo es más liberador con la aparición de una parte más armónica, que hace que se dulcifique. Después hay una parte instrumental que define la angustia y la culpabilidad y, por último, una especie de catarsis final más emocionante, el de la aceptación y vuelta al estado natural.
¿Cuáles son los últimos discos, las últimas películas, los últimos libros que te han sorprendido?
– Los discos de Lucky Dragons y Gold Panda, las películas Cisne negro y Ponio y Susuke y el libro El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, de Haruki Murakami, así como nuevos poemas de Rilke.
¿Cómo llevas la responsabilidad de tener que tomar tus propias decisiones después de pasar una buena parte de tu vida en la música dentro de un grupo en el que todo estaba más diluido, más repartido?
– Antes los roces, los desgastes, eran con tus compañeros. Ahora lo son contigo mismo. También tiene que ver con la personalidad de cada uno. Es distinto tomar decisiones en grupo, ya que nunca el acierto o fracaso es de uno solo, y por eso pueden ser menos deliberadas esas decisiones. A mí me cuesta decidir y por eso lo de llevar toda la responsabilidad me cuesta bastante, pero creo que estoy aprendiendo de mí mismo y del mundo profesional al que pertenezco, que en cierta manera en el grupo lo desconocíamos en su parte más cruda y real.
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