FANNY & ALEXANDER 2008
Fanny & Alexander, melodías galegas
Efi Arias y Noel Feáns presentan segundo disco, Finais dos 70s, comezos dos 80s, en el que inciden en poner música (en parte electrónica) a poemas de autores gallegos de ahora y siempre. Pero su disco no lo es todo, así que aprovechamos para preguntarle a Noel, el tipo con más iniciativas musicales por metro cuadrado, por sus otros proyectos.
Lo primero que llama la atención del grupo son los textos, poemas de autores gallegos. Sorprende que gente joven reivindique esa forma de hacer música, con una idea utilizada a finales de los 60 y principios de los 70. ¿A qué se debe?
– Es algo que introdujimos en el primer disco, Lusco e fusco, donde además de letras nuestras hicimos el experimento en alguna canción, con poemas de autores de la talla de Manoel Antonio. Nos gustó el resultado y en este segundo disco decidimos centrarnos en la música y dejar que los que nacieron con ese talento pusieran la letra, en este caso poetas gallegos contemporáneos como Daniel Salgado, Elvira Riveiro o María do Cebreiro. También influyó bastante que veníamos de musicar el poemario Berlín de María Lado -también incluido en el disco-, recitado por la propia autora a modo de spoken word, en la línea de ciertos experimentos de Patti Smith o la colaboración entre William Burroughs y Sonic Youth. En general, nos interesan mucho la interrelación entre música y poesía, dos disciplinas que, por extraño que parezca, no suelen coincidir todo lo que debieran.
¿Y utilizar poemas tiene que ver con que cualquier letra que podáis componer sería difícil que pudiera eclipsar estos textos?
– Si, está claro que es otro motivo de peso. Es difícil ser Leonard Cohen, no se suele reunir en la misma persona el talento lírico y el musical. Aun así, la comodidad de no tener que escribir la letra tiene su contrapeso en la enorme dificultad que reside en encontrar el poema adecuado y, sobre todo, poderlo adaptar a una forma musical. En estos tiempos en los que casi ningún poeta -por suerte- sigue los cánones de la métrica y la rima es un trabajo de chinos.
Siempre utilizáis música electrónica como base de las canciones. ¿Es algo así como la filosofía del punk, la de quien compone sin ser músico, porque es más fácil?
– Si y no. Defendemos el Do It Yourself a muerte, pero en nuestro caso es una opción, no una necesidad. A lo largo de nuestra vida hemos pasado por grupos de todo tipo: punk, post-rock, ska y hasta trip-hop. Ya hemos aprendido a tocar los instrumentos y hemos chupado horas y horas de local de ensayo. Ahora con Fanny & Alexander nos interesa mucho más hacer música que la manera de hacerla, no nos planteamos si necesitamos un bajista o un batería. Preferimos ser sólo dos y poder grabar en casa, mucho más operativo. Tocamos todos los instrumentos nosotros mismos y los que no sabemos, o aprendemos o los programamos. En vez de ser el clásico grupo que toca en directo todas las semanas y pasa por el estudio una vez cada dos años, somos un grupo de estudio que de vez en cuando toca en directo (risas).
Me da que vuestros gustos tocan muy diversos estilos, aunque no se note tanto en las canciones. ¿Habéis encontrado el sonido que mejor os va, el que más os gusta, el más cómodo?
– No, precisamente la idea que hay detrás de Fanny & Alexander es ésa, no tener un sonido concreto, mezclar de todo sin complejos. No nos interesa tanto que haya un sonido característico como que haya un concepto característico, el del ‘todo vale’, ese espíritu postmoderno que desarrollaron Os Resentidos del que nos sentimos herederos, aunque lo nuestro sea mucho más pop.
¿Os sorprende la acogida que está teniendo el disco?
– La verdad es que sí. Esperábamos una buena acogida a nivel gallego, pero el hecho de sonar o aparecer en medios estatales si que es sorprendente, sobre todo cantando en gallego y no teniendo una discográfica con sede en Madrid detrás. Está claro que propuestas como Lisabo o Antónia Font han abierto una puerta que llevaba cerrada muchos años.
Sé que os gustan Os Resentidos, ¿pero creéis que cuando los relacionan con vuestra música hay razón para ello?
– Ya te digo que es algo más conceptual que otra cosa. Ellos se propusieron modernizar la música gallega sin renunciar a la lengua ni a la idiosincrasia propia y ése es, en resumen, el objetivo primordial de Fanny & Alexander. Os Resentidos demostraron que se puede estar en la vanguardia musical universal sin tener que ‘emigrar’ física ni mentalmente. Igual que un japonés no deja de escuchar a Sigur Ros porque cante en una lengua tan ‘pequeña’ como el islandés, un alemán o un andaluz no debería de tener prejuicios con Fanny & Alexander por cantar en gallego. Ésa es la idea: gallegos y universales al mismo tiempo.
Sí hay un lazo entre vuestra 'postpunkeirada' y la "Pandeirada Mixta" de Os Resentidos. ¿Homenaje, casualidad?
– Pura intencionalidad. En cierta manera “Postpunkdeirada” es la evolución natural de “Pandeirada Mixta”. En general hacemos las canciones por puro impulso creativo, pero en este nuevo disco hay dos, “Postpunkdeirada” y “Cando eu era mozo”, que fueron muy planeadas y partieron de un concepto: llevar determinados instrumentos, melodías y ritmos tradicionales gallegos al siglo XXI. En la primera queríamos hacer un tema guitarrero y con electrónica en el que el ritmo fuese tradicional. En la segunda queríamos transformar un tema tradicional en un tema r’n’b como lo podría haber hecho Timbaland o los Neptunes.
"Pánico", la versión de The Smiths, no está en el disco, pero podría ser todo un himno. ¿Lo habéis notado ya?
– Sí, la verdad es que triunfa bastante, algo bastante lógico en estos tiempos de reggaetones, OTs y derivados. La gente empieza a estar un poco harta y es lógico; el mainstream de hace veinte o treinta años tenía mucha más calidad. Inicialmente sólo la íbamos a hacer en directo, pero al final la metimos también en la edición online en mp3 (en la comercial en CD no va incluida). De hecho en las camisetas del grupo también utilizamos el motivo de ‘Merda de DJ’ y están teniendo muchísimo éxito.
Además del grupo, mantenéis otras iniciativas. Con la red, hoy las posibilidades son casi infinitas, ¿no? ¿Echáis de menos que otra gente lleve a cabo sus ideas?
– Sí, opinamos igual. Hoy en día grabar en casa por cuatro duros es una realidad, la falta de medios ya no es una excusa. Y la informática permite a cualquiera con un mínimo de cultura musical e interés estar haciendo música en cuestión de semanas. De ahí a Myspace y, después, como cantaba el amigo Tom Petty, Into the great wide open, que es ese público inmenso que es la red en cuanto a difusión musical. Realmente no hay límites: bandas como Arctic Monkeys lo pueden atestiguar. Y si alguien es bueno, antes o después va a acabar en tu Ipod.
¿Podéis contar a quien no las conozca las webs que lleváis?
– Por un lado está A Regueifa Plataforma (www.aregueifa.net), que es un netlabel en el que se edita bajo licencia copyleft todo tipo de creaciones, desde discos a libros electrónicos. Hace un año y medio nació Sono-Tone (www.sono-tone.net), que es una revista musical online centrada sobre todo en la escena gallega. Son dos proyectos que eran muy necesarios para poder difundir la copiosa producción de la nueva escena gallega. No paran de salir grupos y era necesario un canal de edición gratuita que no dependiese del mercado y un medio de comunicación online que tampoco respondiese a criterios comerciales, por eso nacieron A Regueifa y Sono-Tone.
Además, ahora inauguráis un sello discográfico. ¿Cuáles son las iniciativas del sello?
– El sello, A Regueifa Discos, está estrechamente vinculado al netlabel. La intención es que se convierta en el sello indie gallego de referencia, eso sí, editando sólo a bandas que canten en gallego. La razón que justifica esta discriminación positiva es evidente: los grupos que cantan en ingles o castellano lo tienen mucha más fácil para encontrar discográfica por una simple cuestión cuantitativa.
¿Qué grupos o discos gallegos recomendaríais a alguien que nunca haya escuchado nada de lo hecho en Galicia, tanto de antes como de ahora?
– En cuanto a clásicos gallegos, nuestros imprescindibles son Andrés Do Barro, Queimada, Voces Ceibes y allegados, NHU, Goma-2, Los Tamara, Radio Océano, los primeros Siniestro Total, Os Resentidos, Os Diplomáticos… Y para hacerse una idea de la variedad y calidad de la escena gallega actual recomendaríamos pegarle una escucha a recopilatorios como Manifesto Dobarrista, A per loca o los institucionales de Galician Tunes.
¿Creéis que éste es el mejor momento de la música en Galicia?
– A nivel de calidad y variedad, sin duda. Hoy en día cualquier adolescente gallego, independientemente del estilo que le tire más, puede tener a un par de grupos gallegos entre sus favoritos. Eso nunca había pasado. La verdad es que la escena está viva y tiene una producción tan copiosa que a un melómano medio se le hace complicado seguir y estar al tanto de todo lo que va saliendo.
¿Y cómo se ve a la industria musical tradicional desde vuestra perspectiva?
– Felizmente, en vías de extinción. Hemos llegado a un punto en que los discos se editan en realidad con fines promocionales, que lo que de verdad se puede ‘vender’ son los conciertos. Ha cambiado el modelo de negocio: antes era al revés, se daban conciertos para promocionar los discos. Hoy los discos se pueden regalar online perfectamente, editando tiradas limitadas para los que aún disfrutamos del formato físico. Pero está claro que quien quiera vivir de la música va tener que sudar encima de un escenario y no esperar cómodamente el cheque mensual de la compañía. Lo bueno es que parece irreversible porque a las nuevas generaciones ni se les pasa por la cabeza comprar un disco. La música ha vuelto a su estado natural, a antes de las grabaciones fonográficas, cuando los músicos vivían de interpretar su música y no de los royalties y ventas de discos.
Por último, ¿cómo han sido hasta ahora los conciertos de presentación y qué proyectos hay de seguir tocando en directo?
– Ha sido una experiencia muy positiva salir del estudio, da otra perspectiva a lo que haces. La idea es seguir tocando. Este verano tenemos ya un par de citas importantes confirmadas: en junio, en Santiago, con Iván Ferreiro y Deluxe, y en agosto en el festival ArteNativa de Valga, un festival que nació el año pasado con intención de convertirse en la cita de referencia del indie gallego.