ELVIS COSTELLO
Elvis Costello y la belleza inútil
Embarcado en una gira por nuestro Estado, Elvis Costello no parece el mismo que hace ahora veinte años cuando comenzaba su carrera con My Aim Is True. Concede entrevistas, se muestra amable ante cualquier pregunta y, a pesar de su relativo éxito entre nosotros, no deja de cantar las bondades de esta tierra, sobre todo por el trato que le dieron cuando vino a presentar su obra clásica The Juliet Letters con el cuarteto de cuerda The Brodsky Quartet, con los que recorrió pequeñas poblaciones de Castilla. Así que se trata de aprovechar su inusual buen humor.
Nada mejor que comenzar por el nuevo disco, All This Useless Beauty. ¿Qué queda del sonido primitivo con The Attractions?
– Es una pregunta algo complicada. Todo en él es maravilloso. Creo que es el disco con el que hemos intentado The Attractions y yo un nuevo sonido, más tierno y más suave. Cada uno de los miembros de la banda hemos estado trabajando en proyectos paralelos, tocando diferentes tipos de música. Al reunirnos de nuevo para grabar este disco, cada uno de nosotros aportó distintas experiencias. La diferencia con álbumes anteriores es que hay canciones que llevan escritas más de siete años y el proceso para grabarlas ha sido largo.
Puede que afirmar que este disco es una especie de vuelta a los primeros tiempos con The Attractions no sea especialmente afortunado.
– Creo que decir esto denota falta de imaginación y no hace honor a la verdad. No puedo descubrir ni una sola semejanza entre mi último disco y los primeros. Cuando escucho alguno de mis discos antiguos, hay momentos en que me parece que suenan bien y otros en que son terribles. Depende del humor que tenga ese día. Somos la misma gente de entonces, pero mayores. Todavía aprecio algunas cosas de esos primeros discos. Pero jamás imaginé estar sentado aquí hablando de un disco que hice en el 76. Es algo que está en tu corazón, no en tu mente, y cada uno lo recuerda de distinta manera.
¿Qué hay de esa ‘belleza inútil’ del título y que tiene de relación con el contenido de las canciones?
– Es una paradoja. La belleza no es un valor comercial, pero actuamos como si lo fuera. He tratado de contar pequeñas historias e ilustrar cómo me siento, pero sin utilizar el lenguaje del pop internacional. Por ello quizá sea difícil entender las canciones en un principio, aunque la melodía puede servir para darles sentido.
Una buena parte son canciones tuyas que habían sido grabadas por otros artistas. ¿Cómo se enfrenta uno a canciones que ya tenían vida propia en versiones de otros y que éstos habían hecho suyas?
– Con «I Want To Vanish» quise dar a entender que a veces me gustaría desaparecer. La canción «You Bowed Down» se la di hace algunos años a Roger McGuinn y lo mismo hice con «Shallow Grave», que escribí para un disco de Paul McCartney. «The Other End Of The World» era para Aimee Mann, «Complicated Shadows» fue cantada por Johnny Cash y «All This Useless Beauty» por June Tabor. Lo que he hecho es recuperarlas para este disco, y resulta curioso ver las diferencias en cuanto a la interpretación de las mismas.
En este último año no has estado precisamente parado. Primero, un concierto en Estocolmo con la Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca; luego, la colaboración con Burt Bacharach y una canción para la película Grace Of My Heart. Aunque lo más sorprendente es la colaboración con Brian Eno para la banda sonora de la serie televisiva Expediente X.
– Brian Eno trabaja como un artista muy visual. Crea espacios dentro de los cuales cabe una canción muy larga. El tema que compusimos para Expediente X, «My Dark Life», no tiene mucho que ver con la serie, aunque sí tiene un toque misterioso. Está inspirado en mi viaje a Rusia del año pasado.
¿Tan gratos recuerdos tienes de la colaboración con The Brodsky Quartet y de vuestra gira por España en tu experiencia de corte clásico como para repetir?
– La gira de enero del 96 con The Brodsky Quartet fue maravillosa. Nos permitió ir a tocar a pequeños sitios de Castilla donde nunca habíamos estado. Tuvimos mucho tiempo para ver museos y monumentos. Todo esto nos ayudó a divertirnos mientras trabajábamos. Me sorprendió porque no podía creer que toda aquella gente que vino a los conciertos conociera The Juliet Letters. Además, estaba el problema del idioma, pero eso no pareció importar a nadie de los presentes. Por eso siempre quise volver y de ahí esta nueva gira por España.