ELLOS 2009
Ellos, lo tuyo si tiene respuesta
Han pasado cinco años desde el anterior disco de Guille Mostaza y Santi Capote, más conocidos como Ellos. Pero todo tiene un lado positivo, y en este caso lo bueno es el dúo ha vuelto con el estilo reforzado y mejorado, haciendo lo que mejor les sale: canciones de las que se quedan contigo para siempre, pero de otra manera. Su tercer álbum, Qué fue de Ellos, marca tanto su retorno como otro capítulo en su historia.
En lo esencial, siguen siendo Ellos. “Quizá haya quien escuche el disco y se sorprenda porque no le parezca tan ligero y luminoso como los dos anteriores”, reflexiona Guille. “Este disco es un poco más potente, más rock, más oscuro, de ahí la portada. Es el disco negro de Ellos”.
Lo cual no significa ni que se hayan hecho góticos ni que hayan tirado por la canción de autor en plan “de un momento a otro me corto las venas, tronco”. No. Se trata de algo tan simple como es crecer y evolucionar. “Cuando terminamos la excesiva gira del disco anterior decidimos descansar para no quemarnos. Yo me puse a producir a Los Planetas, luego a Mirafiori, Portonovo, Vïrus, Platino… Fue una especie de respiro, pero seguía escribiendo, es algo que nunca dejo de hacer, es un proceso continuo que comienza cada vez que concluyo un disco. Voy acumulando ideas y experiencias y las voy volcando en las letras”.
A finales de 2006 ya tenían maquetadas las canciones. En febrero de 2007 entraron en los estudios Rec Division de David Kano, en Madrid. “Nosotros buscábamos un ojo crítico, alguien ajeno que nos dijera qué hacer y qué no hacer. Yo tiendo a la avalancha de ideas y necesito que alguien me indique lo que no vale. Después de hablar con varios productores, nos decantamos por él. A David en principio no le interesaba el pop, pero a medida que transcurría la grabación fue involucrándose más y más, hasta el punto convertirse en coproductor. Nos ayudó mucho y era de eso de lo que se trataba”.
Otra novedad es que, por primera vez, Guille y Santi no estaban solos en el estudio. Músicos como Cristina Plaza (Clovis), Alejandro Sergi y Juliana Gattas (Miranda), Juanjo Reig (Krakovia) y Diego Gutiérrez, además del propio Kano, han colaborado en la grabación. Para redondear la jugada y darle el postín sonoro que merece, el álbum fue masterizado en los míticos estudios Sterling Sound de Nueva York por el australiano Leon Zervos, toda una eminencia en su campo.
Durante los doce meses que duró la grabación, “grabábamos sin fecha límite, sin mirar el calendario, sin prisas; eso sí, siempre por la noche, solíamos acabar las sesiones cuando salía el Sol”, apunta Guille. Al miso tiempo, el dúo también cambió de discográfica y acabó fichando por PIAS Spain. Un tiempo que incluso dio de sí para que Guille y Kano crearan un grupo paralelo para divertirse haciendo rock & roll mutante, Krakovia. Mientras, los fans se consolaban con los discos anteriores de Ellos: su debut en 2001, Lo tuyo no tiene nombre, y su continuación, editada en 2003 bajo el título de Ni lo sé ni me importa.
Estamos en primavera de 2008 y la espera ha concluido. Ya sabemos qué fue de Ellos. La respuesta es sencilla. Han hecho 12 temas que llevan su registro sonoro a otros terrenos y con una temática casi conceptual: las relaciones sentimentales en diferentes etapas de lo que es una crisis. “Nos hacía falta dar un paso más. No queríamos quedarnos anclados en un sonido maquetero; es algo que puede acabar devorando a un grupo y necesitábamos huir de ello. Es cierto que esta vez hemos radicalizado tendencias, que lo que antes sonaba ligeramente guitarrero ahora es muy guitarrero, y lo que antes era electrónico ahora es muy electrónico, pero el alma sigue siendo pop. Se trataba de eso. De hacer lo que nos apetecía”.
Eso es lo que han hecho Guille y Santi: explicarnos de una vez por todas que siempre han estado aquí, que en realidad nunca se fueron muy lejos y que lo único que han hecho en todo este tiempo es crear canciones pegadizas y adictivas que aclaren de una vez el enigma acerca de qué fue de Ellos. Por primera vez LA pregunta llega acompañada de la respuesta, así que no la busques en el viento: la tienes en el disco al que acompañan estos papeles, qué fue de Ellos.
Guille Mostaza explica cada una de las canciones del disco:
1. “Esto no es un adiós”: Tenía claro que la reaparición de Ellos tenía que ser épica, como si viniéramos de una batalla y fuéramos a meternos en otra aún más grande. Es un buen instrumental para abrir los conciertos y también de hacer que quien empiece a escuchar el disco espere algo grande.
2. “Lo dejas o lo tomas”: Habla de cuando quieres que te quieran por lo que eres y no por lo que haces. Es la canción más electrónica del disco, pinchable y muy bailable, en ella colaboran Ale y Juliana de Miranda que tienen una parte estelar en la que hacen unas armonías vocales preciosas.
3. “El anillo”: Es como la otra cara de la moneda de aquel “Campeón” que aparecía en nuestro segundo álbum. Aquí hay un triunfador y alguien que se aprovecha del triunfador y que se bebe su vino y se acuesta con su mujer cuando él no está en casa. La música es muy contundente. Recupera las guitarras cortantes y distorsionadas rollo rock de los 80, tiene una voz femenina que pertenece a Cristina, del dúo Clovis.
4. “No te enamores”: Es el típico lamento autoindulgente de quien sufre una ruptura sentimental y cree que algo así sólo le pasa a él. Tiene algo de AOR subyacente, siempre me han gustado grupos como Supertramp y Alan Parsons, esos grupos que nadie confiesa nunca que le gustan, aunque probablemente pocos puedan encontrar el paralelismo. También es conocido por los amigos como “el tema de los falsetes”.
5. “Todo el mundo está en contra mía”: A veces todo se tuerce tanto que parece que haya un complot contra ti. Es una sensación tan familiar que tenía que cantar sobre ella. Es un medio tempo, aunque no sabría definirla del todo porque nunca nos planteamos referentes musicales a la hora de componer, lo que hacemos nos sale así y ya está.
6. “Nada más puro”: [El desaparecido director de cine] Manuel Toledano me encargó un tema para un musical. Quería que hablara de drogas. Como no soy amigo de lo evidente, hice una letra con varias lecturas. Es un tema muy acústico, muy glam setentero. Me gusta mucho. Nunca antes habíamos sonado así. Mención especial a la parte final en la que hay diez pistas con mi voz, cada una con un registro diferente, para crear ambiente de hooligans de bar.
7. “Paso de ti”: Pues eso, que voy a seguir con mi rollo y que se acabó, ya no me importa lo que hagas o digas. Es un tema bailable, más electrónico y también la conclusión de “Lo dejas o lo tomas”. También hacen una pequeña aportación los argentinos Miranda.
8. “Era de verdad”: Tu pareja dice que te va a dejar. Tú no le crees. Hasta que un día descubres que iba en serio y se va. Tiene un ritmo a lo Motown y algún pasaje un tanto psicodélico por el medio. En general, estoy especialmente satisfecho de todo el trabajo vocal del disco, y el estribillo de esta canción es un claro ejemplo.
9. “Si me vas a dejar”: Aunque muchos nos consideran un grupo tecnopop nunca nos hemos sentido a gusto con esa etiqueta ya que siempre tenemos presente las guitarras, y esta una de esas canciones guitarreras y rápidas marca de la casa. Habla de otra fase más en el proceso de los fracasos de pareja, esa en la que sientes la constante amenaza de un final inminente.
10. “Berta”: Los discos anteriores siempre tienen una canción en la que canta Santi así que, al yo cantar sólo en los estribillos, la letra no es sobre mí. Es de una chica conflictiva que aúna varios aspectos de algunas que he conocido en estos últimos años, gente sin rumbo, sin decisión ni voluntad, que ve cómo su vida se desmorona y no hace nada para evitarlo.
11. “Lejos de lo perfecto”: O lo que es lo mismo: no soy lo que esperabas. A mi juicio es el tema más raro del disco, así que hice una línea de bajo acorde a la situación que comienza cuando acaba mi amado sintetizador Roland Juno-60. En la parte de antes del solo se puede volver a oír a los dos vocalistas de Miranda.
12. “He vuelto”: Se puede decir que es una balada, pero a lo clásico, no a lo Carey, sólo voz y piano, y un pequeño arreglo de cuerda, nada más. Para captar el ruido ambiente sacamos los micrófonos por la ventana del estudio, así que lo que se oye es la madrileña Plaza de los Mostenses a eso de las 4 de la noche, que era la hora a la que solíamos grabar. He vuelto, aunque realmente nunca me había ido.