EL JOVEN BRYAN

El Joven Bryan, asuntos internos

 

A pesar de que sus grupos de mayor impacto son otros -Le Mans, La Buena Vida-, si los componentes de El Joven Bryan se descuidan cualquier día acaban por igualarlos o superarlos. Interial, su segundo disco, es su mejor prueba, que Javier, su cantante, nos presenta, y del que se sienten más que satisfechos.

 

¿Cómo se ve ahora desde la perspectiva vuestro primer Ep como El Joven Bryan Superstar?

– Como un primer paso que fue: el fruto de juntarnos unos amigos y poder hacer un disco. Ahora queda muy lejos. Antes te fijabas más en lo que se hacía cerca de ti, en lo que salía, y ahora nos fijamos más en lo que sale de nosotros que en lo que hay alrededor.   

 

¿Cómo se empezó a gestar la evolución?

– No hay nada premeditado, pero el cambio tiene su lógica. Siempre estamos separados por los estudios y, cuando nos juntamos en el 96 para grabar el segundo disco, nos dimos cuenta de que estábamos cansados de las canciones pop y de los estribillos de toda la vida. Empezamos a interesarnos por otros sonidos de música electrónica y quisimos que el ambiente tuviera una importancia especial, con una atmósfera, además de las letras, para manifestar lo que nosotros queríamos decir  emocionalmente.

 

Lo que está claro es que habéis buscado premeditadamente el ambiente en cada canción.

– Después de grabar las nueve canciones, intentando lograr un ambiente para cada una, nos dimos cuenta que se había conseguido una unidad. No creo que cada una sea diferente a la otra, sino que es un disco para escuchar desde la primera y no quitarlo hasta el final. En otros discos vas sólo a por las canciones que te gustan.

 

¿Es «Tarde de fiesta» lo que queda del disco anterior?

– Sí puede ser, en cuanto a que es una canción de guitarras, que tiene un punto de alegría. Aunque a mí me parece que es «Para estar bien» la que tiene más relación, por ser más pop, más lo de antes.

 

¿Cuánto hay de depuración en el proceso de composición? Lo digo por que siempre os salen discos breves?

– Aquí hemos dejado una canción fuera que tiene Siesta para incluir en recopilatorios o ediciones en Francia. De todas formas, ese proceso lo hacemos en el local de ensayo. Para este disco había preparadas más de quince, lo que pasa es que queríamos lograr un disco más homogéneo y las otras no casaban bien.

 

Este disco conduce a un mundo más cinematográfico ¿Qué tipo de cine sería el más identificable con vuestro sonido?

– Eso también nos lo dijeron los del sello y nos sorprendió bastante, y es algo que nos encanta. Es curioso, porque dos de nosotros estudiamos cine y nos gusta mucho el cine, en especial el ambiente de tranquilidad en las películas francesas, que no sé cómo lo consiguen, y también las películas independientes americanas. Pero sobre todo la nouvelle vague francesa.

 

¿Y si tuvierais que elegir una película, cuál sería ésta?

– Tendría relación con bandas sonoras de jazz como Ascensor para el cadalso de Louis Malle o la película sobre la historia de la vida de James Dean. También No va más de Claude Chabrol, que ganó este año el Festival de Cine de San Sebastián.

A la hora de componer, ¿se piensa si una canción está mejor en un disco de un grupo u otro -Le Mans, La Buena Vida, El Joven Bryan-?

– Alguna vez sí ha pasado, pero por lo general no, y más últimamente que no tienen nada que ver. Supongo que en un primer momento a todos nos gustaban lo mismo y que desde fuera era más evidente, aunque a nosotros nunca nos lo pareció, pero ahora los últimos discos de cada grupo son muy diferentes.

 

¿Existe una necesidad de marcar distancias con los otros grupos?

– Si participas en otro grupo es para hacer algo diferente, sino no viene a cuento. Pero no te fuerzas: haces las canciones y ya sabes en donde encajan. Es enriquecedor estar en dos grupos o más, y esa otra gente te da nuevas perspectivas, porque somos personas diferentes, aunque toquemos en estas bandas, y cada uno tiene diferentes intereses.

 

¿Es Siesta el sello que mejor se identifica con vuestro sonido?

– Se portan bien y, si tienen dinero, nos permiten hacer cualquier cosa, aunque nosotros siempre lo proponemos con la boca pequeña. Otra cosa distinta es que nos gusten todos los grupos que editan, pero eso nos pasa con todas las compañías.

 

¿Nadie en el grupo ha propuesto acercamientos a sonidos dance?

– Ahí hay algo porque atraen estos sonidos. Te pones a jugar con las máquinas en el estudio y es tan grande el juego que pueden dar… Lo que pasa es que al final lo importante de una canción es el aire que despide, junto con la melodía, y da igual que sea tocada con una guitarra española o como  dance. Lo que nos interesa es jugar con esos ritmos, mezclar guitarras españolas con módulos de sonido y de efectos que cambian todo. Lo que cogimos de la música de baile son las estructuras de las canciones, que son más largas y despiden un ambiente muy especial. Pero no tenemos idea hacer un disco abiertamente bailable.

 

Os voy a decir una serie de nombres que han salido al escuchar vuestro segundo disco y me comentáis lo que queráis: Ennio Morricone.

– Es un orgullo la comparación. Hace bandas sonoras increíbles, aunque algunas suenan demasiado grandiosas.

 

La trompeta de Mark Isham -por ejemplo, para algunas canciones de Marianne Faithfull-.

– Otra maravilla que nos gusta.

Sr. Chinarro

– No los hemos oído.

 

Joy Division

– Nos gustó mucho en su momento, con 15 o 16 años, cuando empezamos a interesarnos por otra música que no fueran los Beatles. Conseguían unos ambientes muy especiales.

 

Dominique A

– Está bien, pero no nos emociona. Es muy premeditado el ambiente naif de sus discos.

 

P J Harvey

– Más que su música o las melodías, lo que nos gusta es que logra hacerte ver lo que expresa, aunque no entiendas una palabra de inglés. Algo similar a lo que sucede con Anari, aunque no sepas euskera. Es lo mejor que le ha sucedido a la música en Euskadi en mucho tiempo y estamos muy emocionados con ella. Aunque molestan un poco las continuas comparaciones con P J Harvey.

 

Leonard Cohen

– Todo el mundo nos lo dice y puede que sea por el timbre de voz de Javier, que se encuentra más cómodo con el tono grave. Nos gusta, aunque nunca nos ha llamado la atención especialmente.

 

Tindersticks

– Sí, nos gustan mucho.

 

Por último, ¿tiene continuidad El Joven Bryan?

– Sí, seguro. Estamos en época feliz, muy contentos con el disco y con ganas de grabar algo pronto, un maxi o otro disco largo.

Xavier Valiño

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