DEMONHIGH
Demonhigh, noche hipnótica
Recientemente han colgado en Internet una lista con las canciones que escuchan habitualmente en su furgoneta. Ahí están 2Pac, FIDLAR, Los Saicos, Mac Demarco, Marvin Gaye, OutKast, The Gories, The Orwells, The Sonics, The Velvet Underground… Evidentemente, es imposible meter toda esa mezcla en su música. Pero lo cierto es que si se les pregunta directamente, Demonhigh reconocen que lo que más les influye es el garage americano y, sí, en su lista también aparecen Thee Oh Sees, Ty Segall, Allah-Las, Black Lips, Davila 666, Jacuzzi Boys…
El trío ha editado este año su debut Corazón ardiente, un auténtico pelotazo de diez canciones breves, directas y cargadas de descargas eléctricas. Senra estuvo antes en otro banda llamada Christ Divides y, al desmantelarse, formó Demonhigh. Pronto se unió Docampo, que comparte otro grupo, Fuzzipopes & The Devil’s Carpet, con la tercera y última incorporación, Mauricio.
“Lo que de verdad nos empujó a montar la banda viene de tocar siempre juntos de una manera muy espontánea. Nos conocimos en el instituto y, como no nos gustaba estudiar, preferíamos juntarnos y tocar. Los gustos poco a poco se fueron posicionando y coincidiendo. Cada vez era más divertido, así que solo nos queda compartirla con la gente y quienquiera que la disfrute también. Aparte, somos de familias pobres y soñamos con el día en que lleguemos a casa con unos buenos cheques”, señala Senra, guitarra y voz.
¿Cuáles eran las intenciones al formar la banda: algún artista de referencia, algún sonido en concreto?
– Las intenciones estaban claras: disfrutar haciendo lo que más nos gusta juntos. Nunca nos hemos planteado de más el sonido que sacamos, escuchamos muchísima música y de todos los estilos. Lo que nos salga al tocar será siempre ideal.
¿Estaba claro el sonido desde el principio o se fue gestando poco a poco?
– Nos gusta hacerlo espontáneo, claro que cada vez las canciones son mejores. Podríamos pasar de hacer una buena canción de rock’n’roll a hacer una ranchera bien chula.
Empezasteis como dúo. ¿Cuándo decidís incorporar a Mauricio y por qué?
– Sí. Nosotros somos ‘los tres de siempre’, hacemos muchas cosas los tres y queremos vivir estas aventuras juntos. Así que con la excusa de meter más sonidos y querer sonar más fuerte acabamos los tres pegados.
Grabasteis una primera maqueta con “Ya no sabes lo que quieres”, “Ya no es tiempo de Dios”, “Mundo fantasmal”, “Polvo zombie” y “Cara Canalla” pero tengo entendido que no os gustó el resultado, ¿no?
– Sí, más que una maqueta fue como una rata para probar los experimentos que estábamos llevando a cabo. El resultado, cutre, no es que la odiemos pero simplemente podemos hacer algo mil veces mejor. Esa maqueta la tenemos solo nosotros. Si alguien la quiere, que nos la pida.
Ahora que vuestro debut lleva unos meses editados, ¿cómo os sentís, cómo lo estáis viviendo?
– Es nuestro primer disco, el primer intento de hacer algo más serio. A mucha gente le gusta tanto como a nosotros, así que todo bien. Pero esto es solo el principio. Queremos dejarnos la piel en esto y no hay miedo.
Habéis conseguido canciones directas, cortas, bailables… ¿Cuántas no pasan el filtro? ¿Surgen todas así desde el primer momento?
– Quizás estamos en esa época de la vida en la que piensas poco y haces mucho. La plena juventud nos tiene locos y este tipo de canciones nos vienen perfectas para ponernos tontos y no dejarnos nada por hacer.
“Noche hipnótica” se distancia un poco del resto de canciones. ¿Había ganas de probar algo distinto?
– “Noche hipnótica” tiene su sentido: nace en un concierto con Novedades Carminha en el Náutico de San Vicente. Como dice el título, tenía que ser un poco hipnótica, como si tu cabeza fuese la rueda de una lavadora dando vueltas o como ese sentimiento de resaca fuerte que te fumas un cigarro y quedas medio aparvado. Sale de una noche de fiesta muy, muy divertida, y todo lo que dice la letra está vivida y sentida en primera persona.
También habéis hecho ya un acústico. ¿Qué tal la experiencia?
– La verdad que no somos mucho de acústico pero se puede pasar un buen rato igualmente acompañado de un vermú, ¿no?
Vuestras canciones envenenadas, distorsionadas, eléctricas, ¿se pueden entender como vuestra reacción frente a la sociedad en la que vivimos? ¿Influye en los textos la turbulenta situación actual?
– No. Hacemos canciones para gozar y nadie va a parar este corazón ardiente. Vivimos en nuestro propio mundo, así que todo en orden.
¿Creéis que las bandas deben reflejar o reaccionar frente a lo que sucede a su alrededor?
– Hay estilos de bandas y bandas de estilos. Cada uno elige y uno no es mejor que otro. Si hiciéramos todos lo mismo sería aburrido, lo importante es rajar.
En tiempos de descargas digitales y de crisis de la industria, ¿cuál creéis que debe ser el modelo, el objetivo de vuestra banda?
– Bueno, nosotros creemos que internet es una plataforma muy buena para llegar a muchos sitios, y que si alguien quiere tu disco se lo va a comprar igualmente con la portada bien chula y demás. Luego también están las camisetas, calcetines, conciertos de la banda…
Veo una relación con bandas gallegas recientes como Novedades Carminha, Terbutalina o Fantasmage. ¿Estáis de acuerdo? ¿Alguna otra?
– Sinceramente la única relación que veo es ser gallegos. Novedades Carminha son nuestros colegas y nos molan mucho y con Terbutalina hemos tocado una vez. Musicalmente yo creo que cada uno es un mundo.
Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de este tiempo en la música?
– Hay millones de anécdotas que tendremos guardadas de por vida, unas se pueden contar pero las mejores no. Una que no sea muy gamberra fue en Barcelona. Habíamos ido al concierto de Jacuzzi Boys y Mauri se reventó la pierna que tenía ya un poco tocada. Al día siguiente teníamos el vuelo súper temprano y nos quedamos medio sopas, el camino al aeropuerto fue un show: llegábamos tarde y Mauri no podía ni andar cuando me di cuenta de que me había dejado la cámara en la habitación del hotel. Con la sobada no me preocupaba mucho la cámara ya que iría el fin de semana siguiente a Barcelona y la podría pillar de vuelta, claramente una cafrada. No sé cómo hicimos pero pillamos la cámara y el vuelo coincidiendo con nuestros compadres Los Suaves. Pero sin duda las mejores las guardamos para nosotros y en privado os las contamos. Estamos deseando poder volver a callarnos una anécdota contigo.