DAMIEN JURADO 2009
Damien Jurado, atrapado por su pasado
Ahí está, hombre tocado, herido de gravedad por su reciente separación matrimonial. 17 años compartiendo el mismo camino para, de repente, pasar una de las páginas más dolorosas de su existencia en compañía de un público que siempre le jurará fidelidad. Caught In The Trees es el resultado, que esta semana presenta en gira.
¿Qué es la vida si no una sucesión de sueños rotos, de proyectos derruidos por el viento del olvido? Mientras unos se pasean cabizbajos y a contracorriente, resignados por un destino que siempre termina por ser injusto, otros con capacidades creativas prefieren aislarse entre cuatro paredes frías y solitarias. Desde aquella desoladora posición, juegan a ser Dios. Quitan, ponen, proyectan luz sobre unos, atrapan a otros en las redes de la sombra y configuran un mundo a su medida, un mundo perfecto, equilibrado, pero generalmente frustrante por su utopía.
En este caso, Damien Jurado tiene a su disposición un mástil y seis cuerdas comparables a media docena de armas neutrales sobre las que arroja ilusiones perdidas que, por su cuenta, se disfrazan de funambulitas para desafiar a Newton y a la rojez de su manzana. No obstante, la historia de la evolución humana no tiene secreto alguno y, por lo tanto, ningún remedio: ingenuidad de niños desnudos construyendo un modesto pero hermoso castillo de arena versus la enfermiza atracción adulta por los lingotes que termina derivando en aquellas monstruosas edificaciones habitadas por hormigas humanas con vistas al mar muerto… de asco.
Envuelto en esas sensaciones más agrias que dulces, el cantautor indie originario de Seattle Damien Jurado publicó recientemente un último disco titulado Caught In The Trees que, además de haber sido maravillosamente recibido por la prensa especializada, le sirve de excusa perfecta para ofrecer una gira de presentación con aires de terapia de choque que este sábado llega a Pontevedra. Porque, tropezándose cada noche con seguidores y seguidoras que no esconderán su amor hacia esas composiciones directamente levantadas de su sensibilidad sin fondo, le ayudará sin duda a superar uno de los tragos más asfixiantes de su vida.
Tengo entendido que grabar Caught In The Trees te llevó un año, lo máximo que has invertido en un disco. ¿Qué fue diferente en este proceso creativo?
– En este caso se trató más de un esfuerzo de colaboración que en ocasiones anteriores. Cuando tienes a más gente metida en el proceso, lleva más. Además, quería tomarme mi tiempo; no quería que nada se apresurara.
Es cierto tu sonido está mas arropado que nunca. ¿Cómo fue la evolución del grupo hasta llegar a este sonido?
– Fue realmente importante tenerlos conmigo por todo lo que estaba pasando, ya que se trataba de algo muy personal, un momento crucial en mi vida, algo por lo que no había pasado antes. Y ellos estuvieron ahí la mayor parte del tiempo, así que tenerlos contribuyendo en la forma en la que lo hacían fue muy importante. Y también, por ejemplo, como no había hecho muchas colaboraciones antes, y al tener a Jenna Conrad alrededor, me planteé cosas como que ella debiera cantar en la mitad del disco.
¿Cómo llegaste a esa idea?
– Para mí es como si estuviese harto de cantar todo el rato, y creo que alguna gente puede cantar mis canciones mejor de lo que yo lo hago. Realmente es un hecho probado, porque he escuchado a gente que hacen versiones de mis canciones mucho más asombrosas de lo que yo podría hacerlas nunca. Así que, no sé, creo que había una parte de mí que pensaba que podía componer esas canciones realmente bien, tocarlas más o menos bien, pero que no podía cantarlas ni tocarlas muy bien. El otro día en Londres estábamos con la prueba de sonido y Jenna estaba ensayando al piano la canción “Dimes”. Me sonaba muy bien. No me daba cuenta de lo buena que era hasta que se la escuché a ella. Ella me dijo que sí, que era muy buena, que yo la había escrito. No sé lo que pasará en mis próximos discos, pero me gustaría estar menos presente en la parte de las voces. Ya hice que una canción de un disco anterior, Ghost Of David, la cantase otra persona. Es algo hacia lo que me gustaría tender, pero sé que confundiré a los medios y a mis fans, así que…
Este disco habla de una experiencia muy personal, como un divorcio, y no hace mucho comentabas que el foco de las canciones debería salir de las personas para centrarse en otras cosas. ¿Todavía lo crees? ¿Cómo casa eso con la dirección más personal que ha tomado tu música últimamente?
– Sí, todavía lo creo. De todas formas, con este disco creo que iba hacia cosas más personales. Es realmente extraño por la situación en la que estaba. Entre mi anterior álbum y éste, mi vida personal me puso en una situación en la que tenía que cantar, como si no tuviera otra elección, como si yo mismo me estuviera reteniendo como rehén, como si mi situación personal tomase completamente como rehén a mis canciones. Pero todavía lo creo y las canciones que estoy componiendo ahora no tienen nada que ver conmigo, ya que me encanta inventarme historias. Incluso cuando empecé Caught In The Trees no me di cuenta de que las canciones hablaban de mí hasta que me puse a grabar las voces. Cuando me di cuenta, fue algo muy fuerte. Tan fuerte era que fue muy difícil grabar las voces porque… continuamente te rompes. Hay una línea en “Coats Of Ice” en la que digo “¿Cómo es ser aquello de lo que cantas?” Eso habla de mí, ¿sabes?