COLDPLAY
Acudir al mismo trabajo aburrido todos los días. Según Coldplay, eso es lo que haces cuando no pones el corazón y el alma en lo que haces. “La única forma en la que me puedo plantear hacer un álbum es simplemente vivirlo y respirarlo todos los días hasta que esté terminado”, explica el cantante del grupo Chris Martin. “Durante tanto tiempo como haga falta”.
Para su tercer álbum, X&Y, hizo falta un maratón de 18 meses de trabajo antes de que estuviesen preparados para la estrofa final. Pero cuando eres un apasionado de tu música, haces lo que haga falta. “Nos esforzamos hasta donde podíamos llegar”, explica el guitarrista Jonny Buckland. “Necesitábamos sentir que habíamos progresado, que nos emocionaba lo que hacíamos, y no queríamos dejarlo hasta que estuviese bien”.
Y aquí está X&Y. Las letras tratan de los grandes temas como vida y muerte, amor y pérdida, sobre estar fascinado por el mundo que nos rodea, pero también sobre aceptar que algunas cosas puede que nunca se lleguen a comprender del todo. “En matemáticas X e Y son siempre las respuestas, pero en la vida nadie sabe”, comenta Chris. “Para mí el álbum trata sobre esas preguntas sin respuesta, y lo que se debería hacer acerca del hecho de que no se pueden explicar todas las variables desconocidas”.
El segundo álbum, A Rush Of Blood To The Head, colocó al grupo con firmeza en la primera liga, y en el 2003 hicieron una larga gira por estadios de todo el mundo, colgando el cartel de todo vendido. Justo después Chris y Jonny se fueron a Chicago para componer, y trajeron de vuelta algunas maquetas para que todos trabajasen sobre ellas en Liverpool con su colaborador habitual Ken Nelson.
Determinados a evitar su acostumbrado agotador calendario de grabación, trabajaron a un ritmo relajado, entrando cada uno en el estudio para añadir sus toques propios. No fue hasta el verano del 2004 que empezaron a darse cuenta de que algo no estaba bien. “Se había convertido en algo bastante fácil”, comenta Will. “Y ninguna cosa buena se consigue fácilmente. No tenía ninguna pasión, ninguna energía”.
“Lo que estábamos haciendo sencillamente no era lo bastante bueno”, sentencia Jonny. “No sonaba a que hubiese ninguna interacción entre nosotros. Te puedes obsesionar demasiado en hacerlo perfecto, y olvidarte de lo que de verdad importa”.
Así que aquel verano, por primera vez en un año, empezaron a salir juntos otra vez. Jugaban al fútbol y al baloncesto. Salían a comer. Hicieron vídeos tontos para colgar en su página web. Se olvidaron de todas las distracciones de estar en un gran grupo y recordaron que en primer lugar eran amigos. Y luego se dieron cuenta de lo que faltaba. “Para ser un gran grupo, hay que tocar juntos”, dice Jonny sonriendo.
“No tenía ninguna identidad”, explica Chris. “Así que decidimos que teníamos que despojarnos de todo lo superfluo, volver a entrar en un local de ensayo de mala muerte lleno de cerveza por el suelo y nombres de grupos grabados en las columnas y, simplemente, tocar juntos”.
A principios de enero Chris se fue a Ghana para renovar el compromiso que desde hace mucho tiempo tienen Coldplay de ayudar a que el comercio sea más justo en los países en desarrollo. Fue un viaje penoso y duro, pero Chris dice que le proporcionó inspiración fresca. Después, hubo unas cuantas semanas de trabajo intenso en el estudio y se añadieron tres canciones nuevas, incluyendo “A Message”, una canción que Chris describe casi como un regalo sorpresa. “Me desperté en medio de la noche, corrí escaleras abajo y me vino la canción, como un visitante nocturno. Simplemente vino, en su forma completa. Fue tan emocionante. Como el último pez que coges antes de guardar los bártulos, cuando todo el mundo ya se ha ido a casa”.
“Con cualquiera de nuestros discos, en primer lugar tiene que ser una gran canción”, explica Will. “La diferencia está en lo que hemos escogido hacer con algunas de esas canciones. Algunas tienen un ritmo más rápido, algunas son un poco más rock, algunas tienen más bien un sonido electro. La voz de Chris suena increíble y todos tocan mejor que lo habían hecho nunca hasta ahora”.
A pesar de haber trabajado en varios estudios, el tramo final fue bastante rápido. “El resto era más bien como una investigación”, explica Chris. “Lo que está de hecho en el disco no está tan elaborado. Todo ocurrió bastante rápido. Este álbum es la declaración más cruda de nuestra banda, el sonido de nosotros siendo nosotros mismos”, continúa. “Hay cuatro personas tocando estas canciones, ninguna de las cuales puede reemplazarse por nadie más. Jonny, Guy y Will son todos capaces de hacer algo que yo nunca habría pensado hacer, pero eso suena sencillamente genial. Y para mí, eso significa más que cualquier premio porque me hace sentir algo de verdad. El resto es sólo algo agradables cuando pasa, pero no es la razón por la que hacemos música. Queremos hacer algo que nos mueva cuando lo escuchamos. Porque quitando todo el bombo, la promoción, los premios y ese tipo de cosas, lo que queda es en realidad la música.”