CIUDADANO

Ciudadano, el nuevo mundo

 

Puede que muchos hayan descubierto Ciudadano con su tercer disco, Libros de viajes, editado hace unos meses, o que, simplemente, no los conozcan aún. Tal vez se deba a que sus dos primeros discos tuvieron una repercusión limitada. Salieron con pequeños sellos que se encontraron pronto con problemas de infraestructura, falta de promoción, casi nula distribución…

 

Pero, a pesar de ello, el grupo está seguro de que en sus dos primeros álbumes había buenas canciones. Starsky And Hash, su debut en 1997, hace ahora una década, fue un disco un tanto amateur, con los componentes del grupo entre los 17 y 19 años, y, como ellos mismos reconocen, les faltaba soltarse, confiar más en ellos mismos y no buscar tantas referencias reconocibles en las que sentirse seguros.

 

Con 38 minutos en el aire, su segundo disco en 2002, el grupo pasó por un momento extraño, como de dispersión. De nuevo el grupo asegura que contenía buenas canciones, muy buenos textos, pero que faltó concretarlas. Según la banda, se trató de un batiburrillo de ideas que no apuntaban a ninguna parte en concreto, aunque, escuchados hoy en día, a cualquiera de esos dos discos el grupo les tiene un gran cariño y siguen defendiendo buena parte de sus canciones.

 

         Tres años después, sin una compañía clara, Ciudadano decidió grabar una demo con lo que iba a ser su posible futuro disco para enviarla a distintos sellos y ver si alguno se interesaba en el proyecto. La segunda discográfica a la que enviaron esa demo fue Astro y tuvieron una respuesta muy rápida por su parte.

 

Ellos –Xema Fuertes (guitarra, harmónica, steel), Caio Bellveser (bajo, steel), Dara Mirallave (Rhodes, órgano, voz), Jorge Pérez (voz, teclados, melódica) y Marcos Junquera (batería)- lo tuvieron claro desde el primer momento, ya que les apetecía que el disco saliese con Astro. Enseguida hubo entendimiento y, tras dos intentos frustrados, fue muy importante ver cómo se apreciaban las canciones que contiene su último disco, Libros de viajes.


¿En algún momento pensasteis en regrabar alguna de sus canciones?

– No hemos hablado de eso nunca, pero sinceramente es algo que yo a veces pienso. De todos modos, es algo que no me ronda la cabeza más de dos minutos porque están bien así como están, grabadas en aquel momento, con 18 años tocando regular o con la mente dispersa, sin tener del todo claro a dónde apuntabas. Ése fue el momento en el que se hicieron y el momento en el que de verdad tenían un sentido importante para nosotros. Hoy podríamos grabarlas mejor, sin duda, pero perderían sinceridad. Tocábamos y cantábamos aquellas canciones así en aquel momento porque no sabíamos hacerlo mejor, pero también porque las estábamos viviendo de ese modo.


¿En qué se nota la evolución en vuestro nuevo disco?

– Hablaba antes de que en los primeros discos nos faltó encontrar una voz propia. Me parece que Libros de viajes es un buen paso hacia esa dirección: encontrar lo que quieres decir y cómo. Es un disco muy personal en el que, obviamente, tampoco es difícil ver conexiones, ya que nuestra pretensión no es inventar nada, pero en el que sí está esa sensación de que hemos hecho algo personal, más creativo. Además, en estos casi diez años hemos crecido también como músicos, claro.


¿Cómo está siendo la respuesta de la gente y de la crítica? ¿Ha habido diferencias con los otros dos discos?

– Una diferencia realmente grande. La crítica siempre nos ha tratado bien. Creo que la mayoría de los críticos antes de poner mal a un grupo como Ciudadano, directamente lo ignoran y ya está. En cualquier caso, el disco está teniendo palabras mucho mejores que las que tuvieron los otros dos discos y, sobre todo, se le está dando mucho más espacio. Me da la sensación de que la gente lo está oyendo con atención y está intentando ir más allá de una simple escucha superficial. A mí eso me alegra porque creo que es así como ha de oírse Libros de viajes. Creo que es un disco que requiere una cierta insistencia.


¿De qué habéis quedado más y menos contentos con el disco?

– Estamos muy contentos en general. Creo que es un disco muy equilibrado con un cuidado grande de los detalles. Hemos trabajado bien los arreglos y pienso que el productor César Verdú ha aportado muchas cosas interesantes. Lo que me gusta menos es algo típico en las grabaciones, y es no poder haber sacado la dinámica que sí hay en esas canciones tocadas en directo. En el directo las canciones se llenan de aristas y jugamos más con las intensidades. Eso se ha perdido, quizá demasiado, y es una pena.


¿Qué canción creéis que representa mejor el álbum y cuál es la que más está gustando?

– Para mí es difícil elegir una canción. Lógicamente estoy contento con todas, si no no estarían el disco, las hubiésemos descartado como se descartaron las que no nos convencieron. Me gusta mucho “Tiro con arco”, sobre todo por la letra. Mucha gente dice que es un disco triste, pero yo no lo veo así. Está claro que es un disco melancólico, lleno de medios tiempos y que no es un disco que incite al baile, pero sí creo que hay mucha esperanza en él. Me gusta “Tiro con arco” porque hay una frase que define bien eso: “en la casa abandonada sigue una luz en la ventana”. La canción que más está gustando creo que es “La guerra con los esquimales”. Es la canción más pop del disco, una canción muy directa, la de escucha más fácil; por su duración es perfecta para poner en la radio y, además, tiene un videoclip que están emitiendo con cierta frecuencia en los canales musicales. También salió en algún recopilatorio de estas navidades. Supongo que todo eso ayuda a que la gente se familiarice más con ella que con el resto de canciones.


¿Son Mazzy Star, Red House Painters o Low el punto de unión entre los componentes del grupo?

– Bueno, esos son grupos que a todos nos gustan, aunque sinceramente no somos muy fans de ninguno de ellos. Nos gustan muchas cosas, especialmente Neil Young, Leonard Cohen, Calexico, Love, el blues, el swing…


¿Algún descubrimiento musical reciente?

– Nos gusta mucho José González. Me parece que ése es el descubrimiento reciente que unánimemente más nos ha gustado a todos.


¿Cómo fueron vuestras aportaciones al disco Guateque y en el homenaje a The Smiths? ¿Alguna otra aportación en otro disco?

– Nos lo propusieron y la verdad es que nos apetecía mucho participar. Nunca tocamos versiones en directo, pero cuando nos proponen algo así es difícil resistirse. En esos casos que citas se trataba de revisitar una canción de The Smiths, un grupo que siempre nos gustó mucho. Escogimos “The Boy With The Thorn In His Side” y la tocamos junto con Joaquín Pascual de Mercromina un par de veces. Después la grabamos, y creo que el resultado es bastante curioso: conseguimos darle un ambiente muy especial. La verdad es que hacer una versión de un grupo como The Smiths impone mucho respeto, ya que son canciones a las que no les falta ni les sobra nada. Sólo puedes intentar ofrecer tu modesta visión. La otra versión forma parte de una disco editado por Gran Vía Musical. Se trata de grupos de ahora haciendo versiones de sus canciones preferidas de las bandas nacionales de los 60 y 70. Nosotros escogimos “El Río” de Miguel Ríos porque nos gustó desde siempre. Lo que pasa con esta versión es curioso, porque sí la hemos incluido en el repertorio de los directos y la sentimos muy nuestra. Además de estas dos versiones, también participamos en el disco tributo a El Niño Gusano Pana, pijama, lana, y pronto saldrá una canción nuestra en el homenaje a Parálisis Permanente que editará La Fundación Autor. Hace poco nos llamaron para estar en el disco tributo a Surfin’ Bichos, y es algo que nos apetece especialmente. Admiramos mucho a los Surfin’, y además nos une una amistad grande con ellos, así que será un gustazo.


¿Cómo veis el estado de la escena musical en España actualmente en lo que respecta a la edición de discos y giras?

– Sabemos que no es un buen momento para la venta de discos, eso le ve cualquiera. Creo que es un mal momento para la industria discográfica. No se va a acabar con la música; eso son cosas que cuando las oigo me indignan porque no son ciertas. Se va a acabar con el mercado discográfico tal y cómo está ahora organizado, y eso repercute también en los sellos independientes ya que forman parte de ese mercado. No sé cuál es la solución. Si lo supiera, tal y como está todo ahora, me haría millonario.
Lo que sé es que habrá que buscar otras soluciones porque algunos métodos se han agotado. También imagino que es un problema cultural; la gente no está dispuesta a pagar por las canciones si puede disponer de ellas gratis, así que acumulan CDs vírgenes o archivos de mp3 como quien se hace una biblioteca con libros fotocopiados. A veces también falta respeto para las bandas por parte de las salas, y eso es algo de lo que casi nunca se habla. Faltan salas en condiciones técnicas donde grupos como nosotros podamos tocar a gusto. Hoy en día afrontar una gira suele ser plantearse perder dinero porque los costes de alquileres de sala son altos. Hemos pasado de manejar cachés muy cortos a que sean las propias bandas quienes paguen por tocar. Las bandas pagan por salas mal acondicionadas y en las que muchas veces se las trata mal. Es algo muy preocupante.

 

Por último, ¿cuáles son los planes del grupo para los próximos meses?

– Tenemos en mente hacer un concierto especial para la Universidad de Valencia. Se trata de musicar montajes de las cuatro películas de Terrence Malick. No intentamos hacer una nueva banda sonora, si no hacer canciones inspiradas en esas películas y que, cuando las toquemos, nos acompañen fragmentos de ellas proyectadas en el escenario para que así se entiendan mejor. Es una idea que ha ido creciendo y que es muy posible que no se quede sólo en ese concierto. Además, formará parte del grupo, si todo va bien, Abel Hernández (El Hijo), que es alguien que admiramos desde sus tiempos de Migala y al que también le gusta mucho el cine de Malick. El proyecto está empezando a tomar forma y se llama ‘Ciudadano imagina a Terrence Malick’, ya que se trata de un cineasta enigmático, del que casi no hay fotos y ninguna entrevista, que huye de la promoción, y su escasa producción, sólo cuatro películas en más de treinta años, lo han convertido casi en una leyenda. Nosotros intentamos imaginarnos cómo es, acercándonos a su cine, viendo sus películas una y otra vez y utilizándolo como inspiración.

 

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