CITIZENFOUR

Citizenfour (Avalon)

CITIZENFOUR

Tiene mucho mérito esta película. Para empezar, su directora Laura Poitras empezó a grabar sin saber si el sujeto que se iba a poner delante de las cámaras era un fraude ni saber dónde llegaría con el metraje indefinido que iba a rodar sin guion alguno. Además, lo hacía en un hotel de Hong Kong poniendo los recursos necesarios sin la más mínima seguridad.

Quien se prestaba a ser grabado era Edward Snowden, entonces desconocido para todos y que solo había contactado anónimamente con ella y un periodista decidido a revelar la mayor bomba informativa del siglo junto a lo de Wikileaks: la vigilancia a la que somete la Agencia de Seguridad Nacional de los EE.UU. a todo el mundo en todas sus comunicaciones. Como un Robin Hood moderno, convencido de que tiene que dar a conocer lo que él considera como el mayor atentado a la democracia en siglos, Snowden empieza a relatar su versión de la historia ante la cámara sin mostrar ni una fisura. La única duda es cómo acabará pagando por la revelación, manifestando que probablemente pase el resto de su vida entre rejas.

Finalmente, la filtración sale a la luz pública y hoy él vive en Moscú con su novia. ¿Y la película? Poitras la montó en Berlín (para poder escapar al control gubernamental) a partir de las 20 horas grabadas con Snowden, otras entrevistas, conferencias y las respuestas oficiales. Con música de Trent Reznor y un montaje que casi lo hace parecer un thriller, la cinta obtuvo justamente el Óscar al mejor documental del año. Impensable pensar en un Watergate así en España.

 

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