CHRIS ISAAK LIVE

Chris Isaak en concierto

 

 
Hacia el final miró a su guitarrista y le dijo: “No estamos en Las Vegas, esto es la más refinada Ourenz”. Y en esa frase resumía la dicotomía del concierto, de su discografía, de su carrera desde el inicio: la de alguien que ha recogido el testigo de lo mejor de los primeros tiempos del rock’n’roll, en su estado más asilvestrado, más enérgico, más primoroso, hasta llegar a la etapa Las Vegas de Elvis: el espectáculo, el colorido, las ganas de entretener, el showman…

 

Tres hombres hirsutos, que han empalmado un año de cara bajo el nombre de Arizona Baby, abrieron la noche en el recuperado recinto de los Jardines del Posío para las fiestas de Ourense. En acústico, a pleno sol y 32º a chorro, y a pesar de los intentos del cantante, no lograron conectar con una audiencia que buscaba otra cosa.

 

 

Pasadas las 22:30, con la luna (a la que luego se referiría) abriéndose paso, Isaak y su banda salieron a escena. En 25 años sólo el guitarrista -además de la incorporación, ahora, de un percusionista latino-, con lo que la banda está más que engrasada. Y en dos horas lo demostraron con creces.

Hubo rock’n’roll, gospel, blues y rockabilly, además de tres versiones: una que reafirma sus antecedentes y el nombre recurrente al lado del suyo (“Pretty Woman”, de Roy Orbison), otra que significa prácticamente lo mismo (“Love Me Tender”, de Elvis Presley, con Chris Isaak paseándose entre el público ya en la quinta canción, metiéndose a todo el mundo en el bolsillo tras un arranque espectacular con “Lonely with a Broken Heart”, “Dancin”, “Two Hearts” y “Somebody’s Cryin’”) y un blues del padrino del funk (“I’ll Go Crazy”, de James Brown).

 

 

Si ahí o en temas propios y catárticos en directo como “Baby Did a Bad Bad Thing” manda la música, en otros domina el espectáculo. Queda claro que es estadounidense, que trabaja como actor, que es e intenta parecer amable, siempre con una sonrisa a mano (como aprendió de Roy Orbison), que realiza shows de televisión… Con sus bailes con sus músicos, sus coros gospel, sus juegos, su canción en castellano-mexicano, sus declaraciones que no se creen pero que se asumen de buena gana (“Ourenz es la mejor ciudad del mundo” repitió hasta en tres ocasiones), el entertainer deja a todos una agradable sensación, la que, por ejemplo, un músico británico nunca buscaría ni lograría, a menos que se llame Tom Jones. Y si le sumamos las canciones que tiene Isaak, lo que queda es un estupendo concierto de los que casi nunca se ven por aquí.

 

(Jardínes del Posío, Ourense. 24 de junio de 2010. Promotor: Esmerarte/Last Tour International. Público: 1000 espectadores)

 

 

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