CAMPUS GALICIA ENTREVISTA TRAVIS

ENTREVISTAS 2001

Travis, la vida corriente

En la industria del disco, obsesionada por la imagen, muchos artistas se quejan de que la música ha quedado relegada por el vídeo y por las cada día más numerosas revistas de música a la moda. Travis, que han mamado las buenas melodías de la radio al viejo estilo, es un grupo que va, sin pretenderlo, contra esa tendencia.

Su segundo álbum, The Man Who, del año 99, les hizo llegar al público británico de una forma como no lo habían hecho con el primero, Good Feeling. Con el tercero, Travis ha tomado la concienzuda decisión de evitar la celebridad y hacer de la música la prioridad. En vez de vender imagen, Travis elige ir a por una nueva serie de cuidadas y bonitas canciones en lo que han titulado The Invisible Band.

– Vuestro anterior álbum resultó ser un éxito inesperado. ¿Cómo fue experimentar que ese disco superaba lo que la industria esperaba de vosotros?

– Neil: Fue muy divertido. Como banda, no creo que uno ponga sus expectativas por debajo. Por supuesto, uno quiere hacerlo bien, ya sabes. Cuando ocurre, es bastante agradable. Es bueno algunas veces ser el que la gente espera que pierda. Creo que la parte más interesante es cuando todas las revistas que solían rechazarte te ponen en la portada.

– Gougls (riendo): Lo que me sorprendió a mí fue que trabajamos tan duro como con el primero, Good Feeling. Hemos visto las dos caras de la moneda. Nos hemos dejados las pelotas en un disco que no consiguió nada y nos las dejamos en otro que pegó el reventón.

– Neil, has mencionado las revistas. El Reino Unido tiene una prensa especializada muy activa y fanática. ¿Lees estas publicaciones?

– N: Miro las fotos. Las hojeo un poco y miro los cortes de pelo (risas). Realmente no les doy mucha credibilidad. No nos afecta de un modo subconsciente ni nada parecido. Puedes conseguir tanto una buena crítica como mala. Si es un buen periodista y tiene algo que decir -y eso incluye las críticas negativas- las acepto y estoy feliz con ello.

– D: Igual que ha habido una masacre en la buena música, ha habido una masacre en el buen periodismo. Los periodistas tienen una misión que es muy similar a la de los músicos: informar, educar y presentar una opinión de una forma entretenida.

– N: creo que lo que más cabreó a la prensa es que, si hubieran podido, The Man Who no hubiera vendido una sola copia. Fue tratado como una escoria hasta la muerte cuando apareció. Cuando se convirtió en un éxito, fue una gran sorpresa para la prensa. Nunca hemos sido particularmente queridos por la prensa.

– Si fue recibido con esas críticas tan frustrantes, ¿cómo es que The Man Who terminó siendo un éxito?

– N: Por la radio.

– D: Por la radio y los conciertos en vivo. Así es como conseguimos que la música llegue a la gente y el boca a boca funciona. Las críticas eran palabras sobre la música. La radio permitió que la música viva llegara a la gente.

– N: La radio es lo que lo empieza todo. Mira el caso de "Sing": fue número uno en las listas. Creo que fue escuchada por 80 millones de personas en el Reino Unido. Eso es jodidamente alucinante.

– Salisteis a una larga gira después de la explosión de The Man Who, tocando cada noche. ¿Hubo un punto en el que empezasteis a estar cansados de las canciones?

– D: Nunca nos cansamos de las canciones. Hay días en los que te sientes como un chamarilero. Es la realidad de la vida en la carretera. Encuentro que una cosa que me permite soportar esos días es saber que tocaré esas canciones. Si te cansas de ellas, es el momento de dejarlo. En serio, si te cansas de tocarlas en un año, ¿cómo van a durar? ¡Tienen que durar para siempre! Ése es el propósito de las canciones. Si la gente que compone esas canciones se cansa de ellas en un año, es que no son buenas.

– ¿Cómo se lleva el pensar y trabajar sobre el siguiente álbum cuando estás todavía de gira con el anterior?

– D: Es un proceso natural. Las canciones vienen de alguna parte y te fuerzan a empezar a improvisar y a trabajar sobre ellas. Siempre terminamos con un álbum de unas ocho o nueve canciones escritas y escribimos dos más en el último minuto. Eso se ha convertido en nuestra rutina. Cuando acabamos la gira estamos ansiosos de volver al estudio porque es el ciclo natural de creación para nosotros. Después de un año y medio de gira, estoy deseando ir hacia delante.

– Una de las críticas que se han hecho sobre vuestra música es que no es lo suficientemente política. ¿Qué respondéis a eso?

– D: Los humanos inventan cosas para que parezcan mejores. Inventamos la tecnología, la religión y la política para sentirnos mejor y controlarnos los unos a los otros. Lo que es interesante es que todo son sombras e ilusión. Lo esencial del negocio de ser humano es comer, cagar y follar y enamorarse. Estar alegre o estar triste. Son todas esas cosas fundamentales en la vida las que un buen músico debe atrapar.

– N: La música y el arte son todo una reflexión del sentimiento individual de una persona o de su personalidad. No somos políticos porque no sentimos la necesidad de serlo. Creo antes a un compositor que a un político.

– Mencionáis el hecho de que todos somos parte de una gran máquina. Obviamente queréis que vuestra música hable por si misma pero, al mismo tiempo, os veis forzados a sentaros con periodistas, discutir vuestras canciones y pretender que tenéis las respuestas para todo tipo de preguntas fuertes. ¿Cómo se mantiene el equilibrio?

– D: Puede ser duro. ¿Quién puede decir que por que eres miembro de una banda tienes una opinión que deba ser escuchada? Lo único que realmente sabemos mejor que nadie es el hecho de estar en esta banda. Pero entendemos que esto es parte de la industria.

– N: No puedes realmente hablar de música. Sólo de vibraciones y emociones, nada más.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON DEATH IN VEGAS

ENTREVISTAS 2002

Death In Vegas, el escorpión de jade

El pasado mes de septiembre se editaba Scorpio Rising, el tercer álbum de Death In Vegas, unos tres años después del arrollador The Contino Sessions, su disco mejor acogido. En estos días lo presentan en gira por nuestro Estado.

Puede que Scorpio Rising se haya servido del título del corto de guerra de 29 minutos del realizador Kenneth Anger, filmado en 1964 y repleta de moteros e imágenes religiosas, pero eso no desvela los secretos de su nuevo disco. Para eso es necesario ver la ilustración de la portada de álbum.

La portada representa a un escorpión que se aleja de un tentáculo dentro de una prisma. Así lo explica Richard Fearless, una de las dos mitades del núcleo de Death In Vegas junto con Tim Holmes: “Tiene que ver con el bien emergiendo del mal, y eso está muy ligado al sonido de la música del álbum. Después del último disco, queríamos hacer algo más ligero.”

Reforzado por una corte de vocalistas de primera fila, desde Iggy Pop hasta Bobby Gillespie de Primal Scream, el álbum The Contino Sessions de 1999 vibraba con una psicosis violenta. Puede decirse lo mismo de la canción “Aisha”, con la voz de Iggy Pop, que le aportó a Death In Vegas su primer éxito a principios del 2000. Esa misma primavera, “Dirge”, otro tema del disco con la voz de Dot Allison, llegó a figurar a las listas.

La maldad que predominaba en el predecesor de Scorpio Rising no se detecta en este álbum. Al contrario, “se trata de un disco de canciones psicodélicas de amor,” según Tim Holmes. Los vocalistas del disco son en su mayoría mujeres: Hope Sandoval -de Mazzy Star-, Nicola Kuperus -de Adult., el grupo techno de Detroit-, Susan Dillane -deWoodbine- y Dot Allison, que contribuyen para conseguir ese aire de feminidad trance que contrasta perfectamente con la presencia de las voces de Paul Weller y Liam Gallagher de Oasis.

La responsabilidad se puede atribuir, en parte, a la influencia principal en el álbum: la del subcontinente indio. Tanto Fearless como Holmes han sido viajeros asiduos a la India durante los últimos cuatro o cinco años, y el ambiente y los sonidos del lugar han influenciado de manera espectacular sus canciones.

“Porque me crié en África,” dice Fearless, “creo que existe una parte de mí que añora el lado caótico y loco de la vida. No obstante como artista, India es un lugar que inspira mucho, tanto visual como auditivamente. Atraviesas los bosques y te encuentras con pequeñísimos pueblos, y en cada palmera hay altavoces con la música a tope.”

“Se escuchan unas frecuencias que son completamente distintas a lo que tenemos aquí,” continúa. “Está repleto de altos y casi no hay bajo. Eso es algo que tuvimos muy en cuenta a la hora de mezclar. Es fácil mezclar los instrumentos de cuerda de manera que tengan un sonido profuso y vasto, pero nosotros queríamos darles un sonido tenue y agudo.”

Hubo alguien que les ayudó a conseguir ese objetivo, en concreto Dr. L. Subramanian, un conocido violinista indio que en su país es una estrella. Aunque hizo una gira por América y Europa a mediados de los años 70 con George Harrison y Ravi Shankar, el único músico occidental con el que había grabado con anterioridad fue el pianista de jazz Herbie Hanckok.

Fearless había oído su música por primera vez hace algunos años, mientras se encontraba en una cafetería india. En cuanto establecieron contacto con él, quedó bastante claro que iba a ejercer una influencia importante a la hora de ponerle el sonido al álbum. Su colaboración consistió en tocar y en ayudar en la selección de los músicos indios, además de escribir la partitura para los instrumentos de cuerda para tres temas: “So You Say You Lost Your Baby”, “Killing Smile” y “Help Yourself”.

“Fue alucinante trabajar con él,” admite Fearless. “Es extremadamente religioso, así que cuando estuvo aquí grabando un solo, abría el estuche de su violín y lo veías repleto de ilustraciones de sus deidades y de su familia a quienes bendecía antes de empezar a tocar. Era como trabajar con un genio, y para mí ese fue el mayor logro de este álbum.”

Mientras que esto representa el núcleo de Scorpio Rising, también influyen otros orígenes. Según Fearless, Gene Clark, Roky Erickson, Fad Gadget, Alice Coltrane y Sonic Youth participaron cada uno con su particular estilo, así como la idea de hacer un disco con un sonido en directo. Holmes y Fearless habían disfrutado al ver cómo se había desarrollado The Contino Sessions durante la gira y estaban decididos a inyectar parte de esa experiencia en Scorpio Rising.

Esto queda mejor reflejado en las canciones con la colaboración de unos invitados de lujo: Liam Gallagher en la canción que da título del álbum y Paul Weller en “So You Say You Lost Your Baby”.

“El hecho de haber atado todos los cabos es en sí todo un logro, pero en muchos aspectos el álbum terminado es sólo la primera fase de este proyecto. Más que nada, estos temas ayudan a asentar la idea de Death In Vegas como un grupo en lugar de un proyecto de estudio,” afirma Holmes.

Esto se subraya con más ímpetu en los conciertos que llevan ofreciendo desde el mes de septiembre. “Queremos que la gente vea lo lejos que hemos llegado como grupo en directo,” dice Fearless. “Creo que los conciertos son de los mejores que jamás hayamos dado. Tenemos muchas ideas diferentes. Estábamos ya ansiosos por salir y tocar este disco. Las letras que hemos escrito tienen mucha más fuerza y creo que la gente lo va a notar.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA LA BUENA VIDA

ENTREVISTAS 2001

La Buena Vida: «La música es una fe»

El sexteto donostiarra edita hoy un quinto álbum exquisito en línea con su filosofía: «Cuando componer se convierte en industria, algo falla».

Tras vender una media de casi diez mil copias de cada uno de sus exquisitos discos de pop melancólico, el sexteto donostiarra edita hoy su quinto trabajo, Hallelujah, en la independiente madrileña Siesta, que afronta el lanzamiento más ambicioso de su trayectoria.

La Buena Vida, junto a los desaparecidos Le Mans, destacaron en el denominado Donosti sound de los 90. Compartían la dispersión geográfica de sus miembros, el desprecio de la industria musical vasca, el amor por el pop francés de los 60, similares argumentos sentimentales y adolescentes y una ejecución instrumental que, desde el minimalismo, evolucionó hasta el autoexigente barroquismo.

En este estadio se hallan en estos momentos La Buena Vida. Hallelujah es un álbum sobresaliente, un listado de grandes composiciones dotadas de lujo y sensibilidad orquestal que, sin embargo, no pierden la complicidad del pop. Un repertorio que mantiene su madurez sin sofocar su emotividad juvenil.

Melancólicos, líricos, cotidianos y cosmopolitas, tan arrobadores como Vainica Doble, Nick Cave, Tindersticks, Pauline En La Playa, The Smiths o Francoise Hardy, La Buena Vida tratan de llamar la atención del gran público con la voz susurrante de la dulce Irantzu Valencia.

Raúl, el batería, y Pedro, el bajista, contestan compenetrados a nuestro cuestionario, en estos momentos inciertos: ¿El gran público descubrirá sus canciones de mesa camilla perfectas para el otoño o los donostiarras continuarán elaborando orfebrería pop para varios miles de escogidos?

– ¿Pensabais llegar tan lejos?

No. Nuestra intención desde el comienzo era disfrutar, grabar discos y componer buenas canciones. Queríamos realizarnos musicalmente y hacer algo que nos enorgulleciera. Caminamos poco a poco y el primer objetivo fue grabar una maqueta. Luego, comprar los instrumentos, pues al principio nos los prestaron.

– ¿Conserváis aún las ganas?

Son diferentes. No eres el mismo con 20 que con 28 años, pero sí existe un espíritu común que te mueve a tocar, grabar, componer… Eso sigue como antes. Ahora nos gusta actuar en lugares más grandes, disponer de mayores medios de grabación…

– Siesta divulga que sois normales y vestís discretamente.

Jo, jo, jo… Si normal significa tomarse unas cañas y un pincho de tortilla, sí, lo somos. Somos burgueses, como el 80% de la población española. Vestimos bien, muy bien, pero ni hemos creado imagen, ni nos preocupamos por ella.

– Encaráis la etapa más ambiciosa de vuestra carrera. Edición a lo grande y gira de 25 fechas por toda España.

Sin duda. Ahora tenemos manager y una persona dedicada en exclusiva a la promoción.

– ¿Es la primera vez que contáis con mánager?

No, pero antes estábamos dispuestos sólo para conciertos esporádicos y actuábamos únicamente ciertos fines de semana. En el tercer disco, Soidemersol, estuvimos en Get In (importante promotora guipuzcoana que lleva a La Oreja de Van Gogh y M-Clan) y nos organizaron eventos sobredimensionados. Quisieron repetir lo de La Oreja, con recitales gigantes, y éramos un grupo medio, no de superestructuras de 200.000 discos. Llegamos a aparecer en las fiestas de Cullera. Era una situación surrealista. Incluso dimos conciertos sin cobrar un duro.

– Vuestro sello afronta una gira muy extensa y una promoción intensa. ¿Tiene tanto dinero?

Ha gastado en la grabación lo que no gastaría una multinacional. Siesta no saca la tijera y, si pedimos una orquesta, la consiguen. Dan importancia al disco y buscan calidad. Al encontrarse un producto tan bueno, han decidido apostar.

– Los capos de Siesta, Manuel y Mateo, ¿viven del sello o es un hobbie?

Uno es farmacéutico y otro ingeniero de minas. Se han visto superados por el trabajo de Siesta y han ampliado el negocio. Se han dado cuenta de que, después de nueve años, es hora de apostar.

– Vosotros también hicistéis una gran apuesta con el tercer CD, Soidemersol, editado en la multinacional PolyGram, y fracasó.

Invirtieron en la grabación, pero la promoción no corrió acorde con ese montaje. Incumplieron promesas y ni siquiera nos colocaron en El Corte Inglés. Prefirieron llevar a Ismael Serrano. Además, en esas fechas echaron a todo el organigrama que nos fichó y llegó otra persona que no confiaba en nosotros. Las multis son como dinosaurios y se mueven por inercia. Tienen su cuota de mercado, conocen el perfil de cada grupo y así baja la calidad musical en España.

– Sí, es una vergüenza que DRO tenga a Mojinos Eskozíos porque venden 150.000 copias.

Ya, han estudiado el mercado y supongo que a DRO, que forma parte de una multinacional, le viene la orden de arriba. Cuando la música se convierte en industria, algo falla. No pedimos romanticismo, pero sí no ser vulgar.

– ¿Cómo os librasteis del contrato con PolyGram?

Fue la crónica de una muerte anunciada. A nadie le interesaba otro álbum. ¿Para qué? Además, nuestras grabaciones no son baratas. Como grupo, damos cierta categoría a cualquier catálogo y tenemos un público fiel. De La Buena Vida se ha escrito mucho y bien, pero se nos ha oído poco y la gente no puede llegar a ninguna conclusión. De Soidimersol se habló y se habló, pero no sonó en ninguna radio. Ahí está el problema.

– ¿Cómo se graba con una orquesta de Praga?

Sobre las maquetas se meten líneas de orquesta en sintetizador. Las hizo Joserra Semperena, teclista de Duncan Dhu, un tío buenísimo. Cogió todas nuestras ideas y armonizó nuestras líneas de arreglos. Terminadas las canciones, fuimos a Praga con la partitura y topamos con unos fenómenos. Era un estudio gigante preparado para el cine, con el sistema THX de Lucas. Eso sí, son músicos del Este y tocan exactamente lo que viene en la partitura. No les pidas ‘dale un poco más swing a la tromba’.

– ¿El gran valor de La Buena Vida es la voz de Irantzu?

Sin duda. Nos diferencia de otros grupos y le da personalidad. Sin ella, no seríamos lo mismo.

– ¿Qué inspira vuestras letras? ¿El amor?

Casi todos son temas universales. Emociones. La mayoría de la gente escribe de lo mismo. Hemos evolucionado en general, y más en las letras, que cada vez nos importan y trabajamos con mayor afán. Es la primera vez que las reproducimos en el CD. Yo antes flipaba con las de Tom Waits, y ahora con las de Nick Cave.

– Gracias a ellas podéis llegar al gran público, pero sin explotar.

Se trata de explorar los sentidos. Debes pasar del ‘I love you, yeah’ a algo que emocione, pero no hay que confundir música y literatura. Si quieres escribir de verdad, haz versos, novela o lo que sea.

– La portada es del reputado Javier Aramburu. ¿Le pagáis?

Cobra un montón y es un profesional como la copa de un pino. Aramburu rechaza muchos encargos y crece como un fuera de serie. Primero escucha el disco, intenta captar los sentimientos y refleja lo que va dentro. Cuando te explica cómo ha visto el álbum, te asusta hasta qué punto sabe trasladarlo a un dibujo.

– La Buena Vida actúa poco. ¿Os asusta el directo?

No. Tenemos muchas ganas. Es algo pendiente con la gente y nos vamos a soltar con esta gira. Iremos con la orquesta pregrabada, porque ya hemos viajado antes con músicos mercenarios y alguno parecía funcionario. Tuvimos gente que miraba su agenda y el móvil mientras tocaba el violín.

– ¿Seguiréis tomando la música como un divertimento?

Hemos dado nuestra vida por esto. La música es una fe y aspiramos a lo máximo.

– Quería decir que si seguiréis al margen del negocio para evitar contaminar vuestra música.

Eso está claro. Además, se pueden vender muchos discos con este espíritu. Hemos tenido la suerte de grabar cinco álbumes cómo y cuándo queríamos. Somos muy celosos en eso y no dejamos que nadie interfiera en la música. Un día hablamos con Warner, les dijimos que haríamos un trabajo con orquesta, y saltaron: ‘¿Con orquesta de dos kilos? ¡Meted un teclado!’. Si te dicen eso al empezar, ¿qué pedirán en lo demás?

Xavier Valiño / DV

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA DJ SHADOW

ENTREVISTAS 2002

DJ Shadow, el arte del entretenimiento

Después de Endtroducing…, DJ Shadow lo tenía difícil. Lo mejor: facturar un segundo disco sin preocuparse por las comparaciones, aunque tardase en llegar. Aquí está The Private Press y la verdad es que, si no lo comparamos con el anterior, hay mucha miga.

“Más que ninguna otra cosa, lo que quería hacer era un disco entretenido.” No es que éstas sean exactamente las palabras que uno espera escuchar de Josh Davis, más conocido como DJ Shadow. Su reputación es la de un perfeccionista -lo que es, ciertamente-, o, cuando menos, la de un artista serio. No alguien que se dedique al entretenimiento.

Puede ser que, con el tiempo, nuestra percepción de esos dos arquetipos, el del artista y el de aquel que se dedica a entretener, se hayan ido distanciando. Y basta con verlo en directo, tal y como tuvimos ocasión de comprobar en el reciente Festival Internacional de Benicassim, para darnos cuenta de que la realidad es otra.

Seis años después de Endtroducing…, el disco que recientemente ha sido considerado por la revista Muzik el mejor álbum de la escena dance de todos los tiempos, DJ Shadow regresa con un segundo disco, The Private Press, que tiene unas ambiciones algo distintas.

El título del disco ya hace referencia a algo muy personal. “Esa copia privada del título habla de una única copia de un disco que las compañías te publican si les pagas; serían algo así como los artistas más vanidosos del mundo de la música y del mundo de los coleccionistas.”

En su caso, aunque haya muchas más copias, la idea es que cada oyente lo haga suyo. “A medida que iba avanzando en el disco, me encontré girando sobre muchos estilos y discos distintos que me inspiraban, y lo que tenían en común todos ellos era que el factor “casero” era lo más importante.”

El homenaje a tantos músicos anónimos no escapaba de su intención. “Aquellos artistas que se esfuerzan por ser escuchados, al margen de lo que está en las listas, ya sean grupos de funk, garage, o guitarristas folk, tienen un espíritu independiente infinitamente admirable. En ese sentido, The Private Press es mi homenaje a todos esos músicos a los que no se les presta atención, que han dado a la luz sus canciones generosamente a un público generalmente indiferente. También me gusta el título porque no tienes que ser un coleccionista loco para que signifique algo.”

DJ Shadow nació en la ciudad universitaria de Davis, California, cerca de la bahía de San Francisco. Ya en 1990, obsesionado con el hip-hop, envió una serie de grabaciones a distintas compañías, y al año siguiente estaba trabajando remezclando a otros artistas.

Ahora, para su segundo disco, ya no está en el sello que lo lanzó, Mo’ Wax. Mucho se ha dicho al respecto, pero él quiere dejar claro que tiene más que ver con la forma en que opera la industria musical.

“En 1998, una compañía grande compró otra compañía grande y un buen montón de artistas nos encontramos huérfanos con respecto a nuestros primeros sellos. Decidí sacarle el mayor partido a esta situación y trabar nuevas relaciones, lo que me pareció entonces lo más adecuado. No me arrepiento de nada y no hay malos rollos entre la gente que estuvo implicada, por lo que yo sé. Desde luego, he aprendido en esta industria a dejarme llevar con lo que te depare, y ésa fue una de esas ocasiones para probar.” No hay más comentarios.

Este segundo disco fue compuesto, en su mayor parte, entre agosto del 2000 y diciembre del 2001. “Estuve ocupado hasta mediados del 2000 con otros proyectos musicales como para enfrentarme a la continuación de Endtroducing… Nunca he pretendido ser de esa clase de artistas que tiene un disco nuevo cada dos años, aunque espero que el próximo disco llegue antes.”

De nuevo, cada corte es una experiencia distinta. Y, más que gustarle el hip hop, el funk, el soul y el rock de los últimos treinta años, a DJ Shadow le gusta el espíritu de esa música y las combinaciones que se pueden conseguir. “Mi meta en la vida no es duplicar un disco de hip hop del 88 o uno psicodélico del 68, sino incorporar elementos de todo tipo a algo que espero que sea considerado nuevo e innovador.” Eso, le concedemos nosotros, sí es entretenimiento.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA LA MALA RODRÍGUEZ

ENTREVISTAS 2001

Mala Rodríguez, rap con salero

Se llama María Rodríguez Garrido, reside en Madrid aunque es del barrio sevillano de La Macarena, y tiene 21 añitos y un disco, Lujo ibérico, producido por Jata Mayúscula y SuperNafamacho de CPV, que es la mayor sorpresa habida hasta el momento del hip hop estatal.

– ¿Por qué te llaman La Mala?

– Porque soy una hija de puta.

– Vaya. ¿Y cuándo empezaste a sospecharlo?

– Era broma, ¿eh? Es un adjetivo calificativo que me decían mis amigos.

– ¿Qué oías de niña?

– Rap americano, flamenco, jazz y The Police. También me gusta mucho la radio.

– ¿Entendías las letras del rap americano?

– Poco a poco. “Motherfucker” sí que lo entendía.

– ¿Cómo descubriste el rap?

– En Sevilla hay raperos, grupos, DJs… Hay horas de calle. El rap está en España. Más que nada en los bancos de la calle. Y en los estudios en los que se graba.

– ¿Rapeabas en los bancos públicos, con litronas?

– No bebo cerveza. Cervecita de vez en cuando, si me dan un buchito, pero no es por ahí. Va por otro lado. El rap es una crítica a la vida, a la sociedad, a lo que quieras. Es lo que quieres contar y que los demás sepan.

– ¿Y tú que criticas?

– La hipocresía, la falsedad, las ganas de joder.

– ¿No puede haber rap positivo, como el de De La Soul, por ejemplo?

– El mío es positivo y constructivo. Que cante las canciones esas quiere decir que veo esperanzas, a pesar de la mierda que hay.

– ¿Cuáles son tus grupos favoritos estatales?

– Los más potentes son 7 Notas 7 Colores. También SFDK y un montón de gente currándoselo, plantando cara a los diferentes estilos musicales. Aunque no cuaje en la sociedad española, pues ahí estamos. Y aunque nadie compre los discos, nosotros nos los escuchamos.

– ¿Qué te parece el nuevo disco de 7 Notas 7 Colores?

– Me parece muy adecudado para su estatura y para su peso.

– ¿Y en cuánto a tus influencias, cuáles citarías?

– Si hay que llamarlo influencia, el rap que escuchaba de chica: el gansta rap.

– ¿Empezaste a cantar rap o flamenco?

– Rap. No sé porque me mentas el flamenco. Si te suena a eso será porque soy andaluza y aquí somos muy moros.

– ¿Qué pensaban en tu casa cuando te ponías a rapear?

– “¿A dónde va esta niña? ¿Qué, te vas a un concierto a Andujar?” Hemos dado un montón de conciertos. Cutrecillos, pero ahí estábamos cantando. Aunque no es profesional, aquí hay una peña que está arrimando y hay que escucharla.

– ¿Cómo contactaste con la gente de Yo Gano?

– Accidentalmente. Compraron el contrato de grabación que tenía firmado con Zona Bruta.

– ¿Y por qué te ficharon los de Zona Bruta? ¿Les enviaste alguna maqueta, te conocían?

– Era el primer sello especializado en España y les envié una maqueta en el 96. No me llamaron, supongo que estaba demasiado verde. Con el tiempo me encontré con ellos y les entusiasmó la idea de trabajar juntos. Era el plan hasta que, por h o por b, acabé con Yo Gano. Vendieron mi contrato.

– ¿Yo Gano tiene más medios?

– No. Una cosa parecida. Mi disco se ha hecho por menos de un millón de pesetas.

– ¿Y cómo colabora Raimundo Amador?

– Conocía su música. Siempre le he escuchado, desde los tiempos de Pata Negra. Cuando se me ofreció la posibilidad de hacer un tema con él desde su discográfica, aunque fuera colaborar un poquito, dije que encantada de la vida, me mola su rollo.

– ¿La mujer está bien considerada en el rap, diciendo “bitch” en vez de “baby”?

– Por supuesto. En el rap se le da su lugar. De todas formas, yo opino que los hombres también son putas.

– ¿Te ves con hijos?

– ¿Me lo preguntas como mujer? Me gustaría tener hijos. Más que tenerlos, criarlos.

– ¿Qué piensas que harías fuera del mundo de la música?

– Estaría construyendo satélites.

Xavier Valiño

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