CAMPUS GALICIA ENTREVISTA STEVE WYNN

ENTREVISTAS 2001

Steve Wynn, el amigo americano

Steve Wynn es ya un clásico en vida. Después de encabezar durante los 80 la banda más influyente del nuevo rock americano, The Dream Syndicate, inicio una andadura en solitario que, tras el disco compartido con los asturianos Australian Blonde el año pasado, culmina en el magnífico Here Comes The Miracles recién editado.

– ¿Dirías que Here Comes The Miracles es un disco sobre -o inspirado por- California?

– No pensé en él como un disco conceptual cuando componía las canciones pero, sí, resultó que buena parte de los textos y, sobre todo, del ambiente, es californiano. Tal vez fue una reacción contra My Midnight, que me pareció un disco sobre Nueva York. Es sorprendente cubrir mis raíces en ambas costas en dos discos.

– Pones en el disco "Clasificar como Rock". ¿Crees que ahora el rock es más necesario que nunca?

– Me preguntan mucho por la supuesta muerte del rock o la irrelevancia de las guitarras, lo que me resulta divertido, ya que lo vengo oyendo desde que en 1982 comenzaba con The Dream Syndicate y todo el mundo pensaba que el futuro de la música eran Human League y Heaven 17. Bien, todas esas bandas desaparecieron y hoy suenan huecas, mientras que el rock más salvaje de entonces todavía suena bien. Siempre habrá excitación en cuatro individuos que enchufan sus guitarras a sus amplificadores ruidosos y que lo pasan a una cinta o tocan en directo. Se ha dicho antes, pero sigue siendo verdad: el rock and roll nunca morirá.

– Has compuesto para otros. ¿Qué versión te ha gustado más?

– Sí, a veces directamente para los grupos (The Nomads, Somebody’s Darling, Russ Tolman, etc.) y otras veces son ellos los que hacen versiones de mis canciones (Luna, Concrete Blonde). Las dos cosas son estimulantes. Me tomo el reto de escribir para los demás en serio. Creo que mi favorita es la versión que Concrete Blonde hicieron de "When You Smile".

– ¿Ves algún grupo que continúe la tradición de The Dream Syndicate?

– Sí, hay un buen número de grupos psicodélicos haciendo ruido y puedo escuchar elementos de lo que hicimos (intencionado o no) en Yo La Tengo, Primal Scream, Eleventh Dream Day, The Cosmic Rough Riders y muchos otros. Puede ser que les gustásemos o que tuviésemos la misma colección de discos. Todo tiene su origen en Bo Diddley.

– Pasas mucho tiempo viajando. ¿Hay algún lugar en concreto que consideres tu hogar?

– Siempre soñé con Nueva York y, cuando me mudé hace siete años, todo cambió. Me encuentro a gusto aquí y he sido más creativo desde entonces. Es un buen lugar, aunque me puedo imaginar viviendo en Roma, Barcelona o Amsterdam. Últimamente, también me encuentro muy en casa en Gijón.

– ¿Qué ves en España que no ven otros músicos?

– Bien, he tenido una experiencia muy diferente que la mayoría de los artistas internacionales, y es que he sido MIEMBRO de una banda española durante el último año. Me sorprendió ser considerado un artista local en las listas de lo mejor del año. Ayuda que hablo español, así que tengo más contacto con los fans y los amigos, y también he estado en muchas más ciudades pequeñas que la mayoría de artistas no visitan. Me encanta España y es mi país favorito para ir de gira.

– Después de grabar con Australian Blonde, ¿hay posibilidad de una gira en conjunto?

– Hemos dado bastantes conciertos juntos en los últimos meses en todo el Estado español y, probablemente, hagamos una gira mundial cuando el disco se edite en el resto del planeta, a finales de año. También dimos un concierto en Nueva York el pasado diciembre, que estuvo muy bien. El público de Nueva York pareció apreciar bien el sonido de Steve Wynn – Australian Blonde

– Has trabajado con bastante gente. ¿Quién crees que ha sido la mejor contribución a alguno de tus discos y quién sería el colaborador ideal?

– Es difícil decir que uno ha sido mejor que otro. Realmente he disfrutado trabajando con los colaboradores que he tenido en este disco. También a lo largo de los años me ha ayudado gente muy interesante como Linda Pitmon, Chris Brokaw, Robert Lloyd, Chris Cacavas y otros. Me siento feliz por tener amigos con tanto talento y tan creativos. Hace que el tiempo en el estudio sea más divertido e interesante.

– ¿Qué queda en el Steve Wynn de hoy del chaval que empezó hace veinte años en un grupo llamado Goat Deity?

– Más cosas en común que cosas que nos distancien. Todavía me gusta la música y compongo con pasión. Aún siento lo mismo cada vez que todo conecta de la forma que sólo es posible cuando las fuerzas creativas se alían como deben. La posibilidad de trascender es algo que aún me mantiene en marcha. Y espero que esté haciendo mejores cosas ahora que cuando tocaba con Goat Deity, aunque aquella era una banda más rompedora. Tal vez debería mirar atrás y estudiar aquellas cintas que grabé en su día.

– ¿Qué sientes si alguien te llama un clásico?

– Halagado y un poco viejo.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA CON COUNTING CROWS

ENTREVISTAS 2002

Counting Crows, agosto y todo lo que vino después

En 1999, después de la publicación de This Desert Life, Counting Crows estudiaron la posibilidad de editar un disco con una colección de versiones. Pero esta idea desapareció cuando Adam Duritz empezó a darle forma a sus pensamientos y a componer canciones para un nuevo álbum. De ahí surge Hard Candy, su cuarto y más logrado disco.

“Quería hacer un álbum completamente diferente esta vez,” dice Adam. “Tuve una conversación con Paul McCartney en el Rock And Roll Hall Of Fame hace un par de años y me alejé de la idea de concentrarme en la melodía. Para el nuevo disco sólo quería canciones que se metieran en tu cabeza y que no volvieran a salir de ella. La gente empezó a tomar las melodías como algo normal cuando comenzaron a pensar en autores musicales o poetas. Sí, la poesía es grande y yo leo poesía, pero no tengo ni el más mínimo interés en ser un poeta. Yo soy un cantautor y quiero que mis canciones se metan en la cabeza de la gente.”

Esto le llevó a un ligero cambio en su método de trabajo con las canciones de Hard Candy. Esta vez, la inspiración llegó de muy pequeños detalles: si trabajándola no resultaba, tiraba la canción y comenzaba con la siguiente. Además, Duritz y sus colegas trabajaron más que nunca para encontrar la parte de cuerda perfecta o para crear un ritmo. Incluso cambiaron su rutina de estudio para mantener las cosas frescas: en vez de estirar las sesiones de grabación, la banda alternaba períodos de estudio con pequeñas giras.

También, por primera vez, utilizaron más de un productor. Su trabajo con Ethan John -Ryan Adams, Rufus Wainwright, Whiskeytown…- funcionó inmediatamente. Pasaron una semana más o menos con él, lo dejaron para estar en la carretera algún tiempo, y después volvieron para una segunda y muy productiva sesión.

Aunque esas sesiones fueron bien, la banda le dio vueltas a alguna de las canciones durante otra gira; cuando volvieron, llamaron a un nuevo productor: Steve Lillywhite -U2, The Pogues, Rolling Stones, XTC, Talking Heads, The La´s…-. Con él terminaron el álbum, retocando algunos de los temas de las primeras sesiones y dándole forma al resto de su material no grabado.

“Había trabajado con Ethan en algunos de los discos de Ryan Adams. Así que sabía que era realmente bueno,” dice Duritz. “Está mucho más atento a captar el sonido del directo, lo que nos iba muy bien a nosotros. Ha sido muy interesante trabajar con ambos por períodos de entre dos y cuatro semanas, y después estar en la carretera durante tres o cuatro meses antes de volver al estudio. Tenías que estar muy identificado con todo ello mientras estabas en el estudio, porque estabas todo el rato pensando que se te acababa el tiempo.”

“La predisposición de los productores para trabajar con nuestro calendario también fue muy importante,” añade. “No fue la cosa más sencilla para ninguno de ellos; eso creaba diferencias en su forma de trabajar y en su agenda. Y cuando Steve fue nombrado presidente de Mercury Records en Inglaterra, él retrasó ese momento para poder terminar su trabajo con nosotros, lo que es un detalle inmenso.”

En sus canciones hay lugares cercanos y lejanos: un Los Angeles vacío visto a través del filtro de la desesperación, una llamativa vista de los rascacielos de Miami, un espejismo idílico de España, el color del agua en Long Island por la tarde…

“Eso de los lugares se transformó en una broma dentro de la banda,” admite Duritz. “Pusieron un trozo de papel en la pared y lo llamaron la página de la dominación mundial. Cada vez que aparecía nombrado otro lugar en una canción, lo apuntaban en ese papel como parte de mi intento de conquistar el mundo a través de las canciones.”

Estas imágenes reflejan la intención de Duritz de llegar a los oyentes al corazón de una historia a través de la atención a los detalles. “Los detalles lo son todo cuando escribes”, insiste él. “Es más importante describir una habitación que contar como se siente alguien dentro de una habitación. ¿Qué es lo interesante cuando dices que alguien se encuentra solo entre cuatro paredes? Vaya historia. ¿Qué significa resaca? Nada. Pero si dices, como en “Holiday in Spain”, “alguien me robó los zapatos, hay unos cuantos plátanos y una botella de cerveza,” puedes comprender perfectamente la situación.”

Estos detalles nos conducen, una vez más, a la personalidad de Duritz y su compleja vida interior. Con todo, la variedad de temas presentes en las canciones de Hard Candy, están unidos por un único hilo, que Duritz identifica como la memoria.

“Este álbum trata sobre la memoria. Lo que tienes cuando no lo parece: ésas son las cosas que tienes que hacer para sentirte bien. Cuando te unes a un grupo porque crees que ya no puedes estar en casa o cuando saltas desde el borde del mundo, como los chicos en “New Frontier”, porque eliges no ir a casa, todo lo que te queda es la memoria. Quedarte mirando fotos y recordar cuando las cosas te iban mejor es una manera de hacerte sentir bien. Llamar a tu chica en mitad de la noche es otra forma. Y recordar a la gente que se ha muerto es otra manera más. Así no desaparecen así por así. Todo esto son maneras de utilizar la memoria para hacerte flotar, para sentirte mejor.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA

ENTREVISTAS 2001

Fun Lovin’ Criminals, soul asesino

Como todos las buenas historias, la de Fun Lovin’ Criminals comienza en torno a una cerveza bien fresquita. De hecho, empieza con un par de tipos que trabajaban en un club de Nueva York llamado Limelight. La pareja trabajaba en las noches dance, rock y reggae, aunque siempre lograban encontrar un hueco para darle un poco a la tequila en las noches de hip-hop. Corrían los primeros años de los 90 y el rap estaba atravesando una de sus fases más ingeniosas, con De La Soul y A Tribe Called Quest en lo más alto. Pero Huey y Fast iban a llevar las cosas aun más lejos.

Inspirados por lo que habían escuchado en los clubes de Nueva York y en sus propias raíces musicales -a Huey le van el rock y el soul y a Fast los teclados y los muestreos- empezaron a producir sus propias cintas en el otoño de 1993. Juguetearon un poco con guitarras y muestreos. Nada de sonidos tabú, introduciendo toda una buena mezcla de rock, soul y rap hasta forjar un estilo único.

Ocho años después y con cuatro discos a sus espaldas, sus actuaciones en directo se han convertido en enormes juergas en las que la mayoría del público se despierta a las tantas al día siguiente con enormes resacas. Su nuevo disco, Loco, es el más ambicioso de todos y combina ritmos funky, sonidos punk, baladas tipo country y exóticos sabores latinos, con divertidas fábulas de la vida nocturna y los bajos fondos narradas con un sinfín de ritmos.

Pero para entender de dónde han salido Fun Lovin’ Criminals hemos de volver al Nueva York de principios de los 90. Después de tomar su nombre de la coletilla usada por un grupo de grafiteros locales, comenzaron a tocar en el Limelight cuando los artistas en cartel cancelaban sus conciertos a última hora. Liderados por el carismático guitarrista y vocalista Huey, criado en el Lower East Side de Manhattan, comenzaron a captar la atención de un público entendido después de tan sólo seis conciertos.

El primer disco del grupo, Come Find Yourself, editado en 1996, fue una mezcla inspirada de guitarras entrecortadas y ritmos muestreados de artistas como Lynyrd Skynyrd, Deodato y Tones On Tail. Entre sus platos fuertes destacaba “Scooby Snacks”, relato cómico de un atraco a un banco incitado por la droga. “Huey compuso un estribillo impresionante para esa canción", comenta Fast. “Uno de esos que a la gente le encanta cantar, sobre todo cuando están borrachos."

Si el primer disco estaba un poquito crudo, el segundo, 100% Colombian, publicado en 1998, se cocinó más a conciencia. Pesimista y con toques de jazz, se recuerda por los ritmos melodiosos de “Up On The Hill” y “Love Unlimited”, un cariñoso tributo a Barry White y las propiedades afrodisíacas de la música.

“El primer tipo de música que me llamó la atención fue el soul", explica Huey. “The Delfonics, The Stylistics, Earth, Wind & Fire y Barry White. Hay gente que llama a cierto tipo de alimentos Comida Cómoda. Bueno, pues ese tipo de música es Música Cómoda. Hubo una época en la que el soul equivalía a grandes cantantes como Otis Redding. Ése era el tipo de cosas que escuchaba mientras crecía en Nueva York.”

Con el disco de 1999 Mimosa, el grupo presentó todo un pastel fácil de escuchar, alternando versiones de sus primeros temas con versiones de éxitos de The Climax Blues Band, l0CC y Ozzy Osbourne. Entre los bossa-novas, destacó una notable contribución vocal de Ian McCulloch de Echo & The Bunnymen en “Summer Wind”.

“Hay una parte de este grupo que necesita tocar en el bar de un hotel cualquiera. Nos encanta tocar en directo y el aspecto lounge es una parte importante de lo que hacemos. Puedes relajarte, tomarte un margarita y poner Mimosa entes de ir a uno de nuestros conciertos y disfrutar de una noche única.”

Con Mockie perfectamente integrado en la formación del grupo, la química de la banda era perfecta. “El nuevo disco lo compusimos y grabamos en Nueva York, como el resto. Se puede escuchar en la música", asegura Fast.

Mientras que sus orígenes neoyorquinos siguen constituyendo su influencia más vistosa, esta vez también es posible encontrar una visión más universal. Huey comenta: “Tiene mucho de Nueva York, pero durante los últimos cinco años hemos viajado mucho, por lo que también tiene un toque internacional. Cuando conoces gente de Polonia o Japón, te das cuenta que todos tienen los mismos impulsos en todo el mundo. Hemos progresado mucho musicalmente. Al principio usábamos muchos sonidos de otros como muestreo y ahora tocamos más y tomamos sonidos de nosotros mismos. Este disco lo hemos grabado con Mockie a la batería, o sea, que hemos vuelto a la frescura del primer trabajo. Tiene esa energía.”

Pero, como siempre, las grabaciones de Fun Lovin’ Criminals son sólo la mitad de la historia, y el variado esplendor musical de Loco hará que las actuaciones en directo del grupo sean aún más emocionantes. Justo lo que necesitan para conocer más mundo, entretener a sus tropas, resolver crímenes, crear su propio país y pasárselo en grande.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA STEVE WYNN

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA JOSEPH ARTHUR

ENTREVISTAS 2002

Joseph Arthur, la musa errante

Mientras lees estas líneas, Joseph Arthur está haciendo otro disco. O esculpiendo, o pintando, o tecleando líneas de prosa beat en una pantalla. Puede que ya hayan pasado dos años desde que su álbum Come To Where I’m From recibiese críticas en las que se aludía a Kurt Cobain y a los grandes músicos compositores de Nueva York, pero Joseph no ha dejado de citarse casi a diario con su siempre generosa musa.

El resultado, al menos por el momento, es Redemption’s Son, la clase de disco que atrapa con su riqueza en texturas y la vulnerabilidad y agudeza de sus letras garantizadas para aflojar garras y levantar ampollas. Es alentador saber que su autor aún manifiesta un humilde sentido de humor y una total falta de pretensión.

En él, Joseph toca la mayoría de los instrumentos, pero una parte del mérito se debe también a Pat Sansone que contribuyó con partes de bajo, piano y melotrón. “Sí, aunque también contamos con la violoncelista Nadia Lanman, que aparece en “Favourite Girl”. El productor del disco lo redescubrió en medio de una pila de mis viejas grabaciones,” comenta Joseph.

En realidad, es verdaderamente difícil conseguir que Joseph hable de qué y de quién tratan las canciones de Redemption’s Son, quizás porque piense que ya se descubrió bastante en sus letras. “Creo que la vulnerabilidad del arte es algo realmente atractivo, pero para mí todavía representa un riesgo”. Su nuevo disco, según él mismo comenta, es “sincero y real. Estaría bien que a la gente le gustasen las letras y pensasen que es conmovedor, lleno de alma,” añade.

Cuando se escucha Redemption’s Son, enseguida se reconocen temas de confusión, pérdida e inocencia perdida. “Deberías notar, también, que, por ejemplo, “You’ve Been Loved” se compuso para varios amigos y para mí mismo en reacción a la autocompasión. Es como cuando has sido amado, así que, ¿qué más quieres?”

Hay toda una serie de detalles exquisitos que añaden un color sutil al álbum. “Creo que cuando estaba de gira con Come To Where I’m From me desarrollé mucho como músico,” comenta Joseph. “Ese particular sampling que hago en directo también forma parte de este disco, y espero que eso le añada personalidad y riesgo. No traté de hacer un disco artístico, pero tampoco me dejé llevar por lo comercial.”

Las letras de las canciones merecen una lectura más detenida. A Joseph se le da muy bien remover verdades sencillas. Mira, por ejemplo, en “I Would Rather Hide” -“I know we’re all insane when there’s no-one else around” (“Sé que todos estamos locos cuando no hay nadie más alrededor”)- o el humor negro de “Honey And The Moon” -“We got too much time to kill / like pigeons on my window sill / we hang around” (“Tenemos demasiado tiempo para matar / como palomas en el alféizar de mi ventana / andamos sin hacer nada”)- o “Favourite Girl” -“I’ve been so happy being unhappy with you” (“He sido tan feliz siendo infeliz contigo”)-.

La forma en que utiliza y arregla su voz, también ha dado un salto cuántico. Observa sino las voces casi corales del tema que da título al álbum, el falsete en “Innocent World”, sus frases sordas en la eterna “Blue Lips”, y el relajado gancho de voces tipo John Lennon con el que empieza “September Baby”.

Una de las canciones más directas del álbum quizá sea “You Are The Dark”. “Las letras tratan sobre ordenar el sitio y tumbarse en el limpio vacío, salen directamente de mi vida,” explica Joseph. “Esa canción trata sobre esa persona a la que solías observar para sentirte bien, y ahora cuando la miras hace que te sientas horrible. Es así de sencillo.”

Al interrogarle sobre el pasaje instrumental al estilo de Jimi Hendrix en “Blue Lips”, Joseph levanta las manos satisfecho: “Sí, Hendrix ha tenido en mí una gran influencia, así como en mi música. Creo que la naturaleza psicodélica de mi música viene de él.” Ese amor por Hendrix (y por Nirvana y por Neil Young y Crazy Horse) es también evidente en la música de Holding The Void, el trío que Joseph formó junto con Pat Sansone y el batería Rene López.

Entre los pintores favoritos de Joseph Arthur están William De Kooning, Franz Kline y Basquiat. “¿Qué si exorcizo demonios en mi pintura? Probablemente sí, en cierta medida. Si no te abotargas, ni te anestesias, tienes un montón de energía bruta, y si eres joven y tus demonios todavía son débiles, entonces quedan muchas cosas que entender y resolver.”

Al igual que en los discos anteriores, en Redemption’s Son la portada es diseño propio de Joseph. Esta vez, sin embargo, el énfasis está en la escultura. “Hay una floristería cerca de mi apartamento,” nos explica, “que reparte flores en recipientes de plástico con formas extrañas de todo tipo. Yo las utilizo como un lienzo y los cubro con toda clase de cosas: soldaditos de juguete, muñecas, moscas de plástico y basura que encuentro en la calle. En la portada hay fotos de estas esculturas acabadas.”

Xavier Valiño

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