CAMPUS GALICIA ENTREVISTA

ENTREVISTAS 2001

Fun Lovin’ Criminals, soul asesino

Como todos las buenas historias, la de Fun Lovin’ Criminals comienza en torno a una cerveza bien fresquita. De hecho, empieza con un par de tipos que trabajaban en un club de Nueva York llamado Limelight. La pareja trabajaba en las noches dance, rock y reggae, aunque siempre lograban encontrar un hueco para darle un poco a la tequila en las noches de hip-hop. Corrían los primeros años de los 90 y el rap estaba atravesando una de sus fases más ingeniosas, con De La Soul y A Tribe Called Quest en lo más alto. Pero Huey y Fast iban a llevar las cosas aun más lejos.

Inspirados por lo que habían escuchado en los clubes de Nueva York y en sus propias raíces musicales -a Huey le van el rock y el soul y a Fast los teclados y los muestreos- empezaron a producir sus propias cintas en el otoño de 1993. Juguetearon un poco con guitarras y muestreos. Nada de sonidos tabú, introduciendo toda una buena mezcla de rock, soul y rap hasta forjar un estilo único.

Ocho años después y con cuatro discos a sus espaldas, sus actuaciones en directo se han convertido en enormes juergas en las que la mayoría del público se despierta a las tantas al día siguiente con enormes resacas. Su nuevo disco, Loco, es el más ambicioso de todos y combina ritmos funky, sonidos punk, baladas tipo country y exóticos sabores latinos, con divertidas fábulas de la vida nocturna y los bajos fondos narradas con un sinfín de ritmos.

Pero para entender de dónde han salido Fun Lovin’ Criminals hemos de volver al Nueva York de principios de los 90. Después de tomar su nombre de la coletilla usada por un grupo de grafiteros locales, comenzaron a tocar en el Limelight cuando los artistas en cartel cancelaban sus conciertos a última hora. Liderados por el carismático guitarrista y vocalista Huey, criado en el Lower East Side de Manhattan, comenzaron a captar la atención de un público entendido después de tan sólo seis conciertos.

El primer disco del grupo, Come Find Yourself, editado en 1996, fue una mezcla inspirada de guitarras entrecortadas y ritmos muestreados de artistas como Lynyrd Skynyrd, Deodato y Tones On Tail. Entre sus platos fuertes destacaba “Scooby Snacks”, relato cómico de un atraco a un banco incitado por la droga. “Huey compuso un estribillo impresionante para esa canción", comenta Fast. “Uno de esos que a la gente le encanta cantar, sobre todo cuando están borrachos."

Si el primer disco estaba un poquito crudo, el segundo, 100% Colombian, publicado en 1998, se cocinó más a conciencia. Pesimista y con toques de jazz, se recuerda por los ritmos melodiosos de “Up On The Hill” y “Love Unlimited”, un cariñoso tributo a Barry White y las propiedades afrodisíacas de la música.

“El primer tipo de música que me llamó la atención fue el soul", explica Huey. “The Delfonics, The Stylistics, Earth, Wind & Fire y Barry White. Hay gente que llama a cierto tipo de alimentos Comida Cómoda. Bueno, pues ese tipo de música es Música Cómoda. Hubo una época en la que el soul equivalía a grandes cantantes como Otis Redding. Ése era el tipo de cosas que escuchaba mientras crecía en Nueva York.”

Con el disco de 1999 Mimosa, el grupo presentó todo un pastel fácil de escuchar, alternando versiones de sus primeros temas con versiones de éxitos de The Climax Blues Band, l0CC y Ozzy Osbourne. Entre los bossa-novas, destacó una notable contribución vocal de Ian McCulloch de Echo & The Bunnymen en “Summer Wind”.

“Hay una parte de este grupo que necesita tocar en el bar de un hotel cualquiera. Nos encanta tocar en directo y el aspecto lounge es una parte importante de lo que hacemos. Puedes relajarte, tomarte un margarita y poner Mimosa entes de ir a uno de nuestros conciertos y disfrutar de una noche única.”

Con Mockie perfectamente integrado en la formación del grupo, la química de la banda era perfecta. “El nuevo disco lo compusimos y grabamos en Nueva York, como el resto. Se puede escuchar en la música", asegura Fast.

Mientras que sus orígenes neoyorquinos siguen constituyendo su influencia más vistosa, esta vez también es posible encontrar una visión más universal. Huey comenta: “Tiene mucho de Nueva York, pero durante los últimos cinco años hemos viajado mucho, por lo que también tiene un toque internacional. Cuando conoces gente de Polonia o Japón, te das cuenta que todos tienen los mismos impulsos en todo el mundo. Hemos progresado mucho musicalmente. Al principio usábamos muchos sonidos de otros como muestreo y ahora tocamos más y tomamos sonidos de nosotros mismos. Este disco lo hemos grabado con Mockie a la batería, o sea, que hemos vuelto a la frescura del primer trabajo. Tiene esa energía.”

Pero, como siempre, las grabaciones de Fun Lovin’ Criminals son sólo la mitad de la historia, y el variado esplendor musical de Loco hará que las actuaciones en directo del grupo sean aún más emocionantes. Justo lo que necesitan para conocer más mundo, entretener a sus tropas, resolver crímenes, crear su propio país y pasárselo en grande.

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA STEVE WYNN

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA JOSEPH ARTHUR

ENTREVISTAS 2002

Joseph Arthur, la musa errante

Mientras lees estas líneas, Joseph Arthur está haciendo otro disco. O esculpiendo, o pintando, o tecleando líneas de prosa beat en una pantalla. Puede que ya hayan pasado dos años desde que su álbum Come To Where I’m From recibiese críticas en las que se aludía a Kurt Cobain y a los grandes músicos compositores de Nueva York, pero Joseph no ha dejado de citarse casi a diario con su siempre generosa musa.

El resultado, al menos por el momento, es Redemption’s Son, la clase de disco que atrapa con su riqueza en texturas y la vulnerabilidad y agudeza de sus letras garantizadas para aflojar garras y levantar ampollas. Es alentador saber que su autor aún manifiesta un humilde sentido de humor y una total falta de pretensión.

En él, Joseph toca la mayoría de los instrumentos, pero una parte del mérito se debe también a Pat Sansone que contribuyó con partes de bajo, piano y melotrón. “Sí, aunque también contamos con la violoncelista Nadia Lanman, que aparece en “Favourite Girl”. El productor del disco lo redescubrió en medio de una pila de mis viejas grabaciones,” comenta Joseph.

En realidad, es verdaderamente difícil conseguir que Joseph hable de qué y de quién tratan las canciones de Redemption’s Son, quizás porque piense que ya se descubrió bastante en sus letras. “Creo que la vulnerabilidad del arte es algo realmente atractivo, pero para mí todavía representa un riesgo”. Su nuevo disco, según él mismo comenta, es “sincero y real. Estaría bien que a la gente le gustasen las letras y pensasen que es conmovedor, lleno de alma,” añade.

Cuando se escucha Redemption’s Son, enseguida se reconocen temas de confusión, pérdida e inocencia perdida. “Deberías notar, también, que, por ejemplo, “You’ve Been Loved” se compuso para varios amigos y para mí mismo en reacción a la autocompasión. Es como cuando has sido amado, así que, ¿qué más quieres?”

Hay toda una serie de detalles exquisitos que añaden un color sutil al álbum. “Creo que cuando estaba de gira con Come To Where I’m From me desarrollé mucho como músico,” comenta Joseph. “Ese particular sampling que hago en directo también forma parte de este disco, y espero que eso le añada personalidad y riesgo. No traté de hacer un disco artístico, pero tampoco me dejé llevar por lo comercial.”

Las letras de las canciones merecen una lectura más detenida. A Joseph se le da muy bien remover verdades sencillas. Mira, por ejemplo, en “I Would Rather Hide” -“I know we’re all insane when there’s no-one else around” (“Sé que todos estamos locos cuando no hay nadie más alrededor”)- o el humor negro de “Honey And The Moon” -“We got too much time to kill / like pigeons on my window sill / we hang around” (“Tenemos demasiado tiempo para matar / como palomas en el alféizar de mi ventana / andamos sin hacer nada”)- o “Favourite Girl” -“I’ve been so happy being unhappy with you” (“He sido tan feliz siendo infeliz contigo”)-.

La forma en que utiliza y arregla su voz, también ha dado un salto cuántico. Observa sino las voces casi corales del tema que da título al álbum, el falsete en “Innocent World”, sus frases sordas en la eterna “Blue Lips”, y el relajado gancho de voces tipo John Lennon con el que empieza “September Baby”.

Una de las canciones más directas del álbum quizá sea “You Are The Dark”. “Las letras tratan sobre ordenar el sitio y tumbarse en el limpio vacío, salen directamente de mi vida,” explica Joseph. “Esa canción trata sobre esa persona a la que solías observar para sentirte bien, y ahora cuando la miras hace que te sientas horrible. Es así de sencillo.”

Al interrogarle sobre el pasaje instrumental al estilo de Jimi Hendrix en “Blue Lips”, Joseph levanta las manos satisfecho: “Sí, Hendrix ha tenido en mí una gran influencia, así como en mi música. Creo que la naturaleza psicodélica de mi música viene de él.” Ese amor por Hendrix (y por Nirvana y por Neil Young y Crazy Horse) es también evidente en la música de Holding The Void, el trío que Joseph formó junto con Pat Sansone y el batería Rene López.

Entre los pintores favoritos de Joseph Arthur están William De Kooning, Franz Kline y Basquiat. “¿Qué si exorcizo demonios en mi pintura? Probablemente sí, en cierta medida. Si no te abotargas, ni te anestesias, tienes un montón de energía bruta, y si eres joven y tus demonios todavía son débiles, entonces quedan muchas cosas que entender y resolver.”

Al igual que en los discos anteriores, en Redemption’s Son la portada es diseño propio de Joseph. Esta vez, sin embargo, el énfasis está en la escultura. “Hay una floristería cerca de mi apartamento,” nos explica, “que reparte flores en recipientes de plástico con formas extrañas de todo tipo. Yo las utilizo como un lienzo y los cubro con toda clase de cosas: soldaditos de juguete, muñecas, moscas de plástico y basura que encuentro en la calle. En la portada hay fotos de estas esculturas acabadas.”

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA JAMIROQUAI

ENTREVISTAS 2001

Jamiroquai, la discoteca espacial

Hasta ahora su obra se mide por el éxito. La odisea de diez años de Jamiroquai por la galaxia del funk ha generado cifras espectaculares. Los cuatro discos editados desde que surgió Jay Kay en 1992 del submundo del acid jazz de Londres han vendido unos 16 millones de álbumes. Si el popular Jay Kay hubiera sido menos consciente, ahora estaría en la luna con esas cifras arrolladoras. Los comentarios sobre su obra lo tienen bien puesto con los pies en la tierra.

"El éxito es cuando veo a toda esa gente delante de mí pasándoselo bien y saber que tienes un buen disco entre las manos que a ti te gusta tanto como a ellos", comenta Jay. "Lo más importante de vender tanto es que ha sido en todo el mundo, no sólo en Inglaterra, hay todo un universo de gente ahí fuera. Yo quiero ser universal".

Ahora que edita su quinto disco A Funk Oddyssey, Jay comenta que tiene buenas razones para sentirse orgulloso del alcance democrático de su música. "No había ningún plan maestro cuando me metí en un estudio para grabar mi primer single en 1992, “When You Gonna Learn?”. Allí ya quedaba claro que le gustaba el funk, el soul, el rhythm & blues, el jazz y la música disco. "Fui muy criticado por tener un estilo propio, aunque a medida que las tendencias se han desintegrado y los prejuicios se han disipado, la música contemporánea ha sincronizado con mi onda".

"Si Bootsy Collins y Gil Scott Heron te hacen una señal con el pulgar hacia arriba y figuras del hip hop contemporáneo como Guru, Busta Rhymes o Missy Elliot quieren trabajar conmigo, es que no lo debo estar haciendo muy mal".

Jamiroquai -que escogió su nombre de la tribu de los irocos, para reflejar su propia empatía hacia su condición de desterrados y a su mentalidad por la tierra- debutó en 1992 con Emergency On Planet Earth.

En estos momentos, a sus 31 años, aún mucho más joven que muchos artistas punteros de la música, él ya se ha retirado al campo, tiene a los periódicos pendientes de su vida sentimental, adora los coches de carreras, no tiene pelos en la lengua y todo ello le conforma en un principiante de superestrella pop.

"Lo que la gente tiene que recordar es que soy una persona, un ser humano y que nadie es perfecto", dice Jay. "Yo sigo creciendo y en cierta manera sigo siendo un niño en mi corazón. Alguna gente evoluciona muy deprisa y otros muy despacio. Pero todo lo que escribo en una canción sigue siendo lo que quiero decir y sigo aferrándome a mis teorías sobre la vida. Además lo que hago no hace daño a nadie, absolutamente a nadie. Sólo espero que mis temas hagan ponerse en pie a la gente y que digan `me encanta esta canción´, `quiero bailarla´, o `me encanta lo que decía en ésa´, o `eso es justo lo que me pasó ayer´”.

A Funk Odyssey vuelve a atacar directamente a las piernas, empujando al baile. Esta vez cuenta con un empuje extra –es la primera vez que la banda ha utilizado la nueva sala de programación recién construida en el estudio de Jay en Buckinghamshire, donde han fusionado el funk orgánico y el robótico. "Además el nuevo guitarrista Rob Harris ha supuesto," dice Jay, "una diferencia importante y no sólo porque haya coescrito muchos de los temas. Ha sido muy divertido y estoy encantado con los resultados. Hemos evolucionado".

En el nuevo disco el estilo peculiar de Jamiroquai se mantiene en el funk del primer sencillo “Little L”. “Feels So Good” hace referencia a los buenos tiempos clásicos de la música disco y las pistas de baile se estremecerán toda la noche con “You Give Me Something”. “Corner Of The Earth” presenta arreglos latinos, algo bastante en boga.

"Creo que "Corner Of The Earth" es esencial", comenta Jay. "Resume dónde me encuentro realmente. Resume dónde estoy y creo que eso vale para cualquiera que esté en un lugar o en un momento en el que es feliz. En cierto sentido es una canción espiritual. Me siento muy orgulloso de ella, creo que a nivel lírico fluye y se entrelaza estupendamente. Creo que "You Give Me Something" y "Little L" también son muy buenos para un grupo como nosotros porque son sencillos y van al grano, son como una especie de himnos. "Picture Of My Life" es como su nombre indica, como yo me sentí en aquel momento. Para ser sincero tengo que decir que lloré cuando escribí la letra para que os hagáis una idea. Porque realmente me salió del corazón. Y eso es lo que siento cada vez que lo escucho."

En el nuevo siglo es difícil considerar los logros de Jamiroquai como parte de un género o como algo periférico a la escena principal. Hay que tener en cuenta que cuando Jay empezó era un chico blanco delgaducho que hacía música negra, con un estilo disco-funk y con mensajes hacia la ecología y la deuda en el tercer mundo. Diez años más tarde, la estrella más grande del rap es un chico blanco delgaducho, el disco y el funk están completamente rehabilitados y la nueva coalición contracultural está ahí fuera en las calles emitiendo mensajes ecológicos y contra la deuda del tercer mundo.

En ese caso, A Funk Odyssey es un buen momento para liberar los buenos sentimientos. "Me gustaría que fuera un buen año musicalmente hablando", dice Jay. "No se me ocurre pensar en nada más que pueda querer ahora porque eso se apodera de tu vida. Pero me encanta la sensación de montaña rusa que esto implica y me siento bien con este disco"

Xavier Valiño

CAMPUS GALICIA ENTREVISTA TRAVIS

ENTREVISTAS 2001

Travis, la vida corriente

En la industria del disco, obsesionada por la imagen, muchos artistas se quejan de que la música ha quedado relegada por el vídeo y por las cada día más numerosas revistas de música a la moda. Travis, que han mamado las buenas melodías de la radio al viejo estilo, es un grupo que va, sin pretenderlo, contra esa tendencia.

Su segundo álbum, The Man Who, del año 99, les hizo llegar al público británico de una forma como no lo habían hecho con el primero, Good Feeling. Con el tercero, Travis ha tomado la concienzuda decisión de evitar la celebridad y hacer de la música la prioridad. En vez de vender imagen, Travis elige ir a por una nueva serie de cuidadas y bonitas canciones en lo que han titulado The Invisible Band.

– Vuestro anterior álbum resultó ser un éxito inesperado. ¿Cómo fue experimentar que ese disco superaba lo que la industria esperaba de vosotros?

– Neil: Fue muy divertido. Como banda, no creo que uno ponga sus expectativas por debajo. Por supuesto, uno quiere hacerlo bien, ya sabes. Cuando ocurre, es bastante agradable. Es bueno algunas veces ser el que la gente espera que pierda. Creo que la parte más interesante es cuando todas las revistas que solían rechazarte te ponen en la portada.

– Gougls (riendo): Lo que me sorprendió a mí fue que trabajamos tan duro como con el primero, Good Feeling. Hemos visto las dos caras de la moneda. Nos hemos dejados las pelotas en un disco que no consiguió nada y nos las dejamos en otro que pegó el reventón.

– Neil, has mencionado las revistas. El Reino Unido tiene una prensa especializada muy activa y fanática. ¿Lees estas publicaciones?

– N: Miro las fotos. Las hojeo un poco y miro los cortes de pelo (risas). Realmente no les doy mucha credibilidad. No nos afecta de un modo subconsciente ni nada parecido. Puedes conseguir tanto una buena crítica como mala. Si es un buen periodista y tiene algo que decir -y eso incluye las críticas negativas- las acepto y estoy feliz con ello.

– D: Igual que ha habido una masacre en la buena música, ha habido una masacre en el buen periodismo. Los periodistas tienen una misión que es muy similar a la de los músicos: informar, educar y presentar una opinión de una forma entretenida.

– N: creo que lo que más cabreó a la prensa es que, si hubieran podido, The Man Who no hubiera vendido una sola copia. Fue tratado como una escoria hasta la muerte cuando apareció. Cuando se convirtió en un éxito, fue una gran sorpresa para la prensa. Nunca hemos sido particularmente queridos por la prensa.

– Si fue recibido con esas críticas tan frustrantes, ¿cómo es que The Man Who terminó siendo un éxito?

– N: Por la radio.

– D: Por la radio y los conciertos en vivo. Así es como conseguimos que la música llegue a la gente y el boca a boca funciona. Las críticas eran palabras sobre la música. La radio permitió que la música viva llegara a la gente.

– N: La radio es lo que lo empieza todo. Mira el caso de "Sing": fue número uno en las listas. Creo que fue escuchada por 80 millones de personas en el Reino Unido. Eso es jodidamente alucinante.

– Salisteis a una larga gira después de la explosión de The Man Who, tocando cada noche. ¿Hubo un punto en el que empezasteis a estar cansados de las canciones?

– D: Nunca nos cansamos de las canciones. Hay días en los que te sientes como un chamarilero. Es la realidad de la vida en la carretera. Encuentro que una cosa que me permite soportar esos días es saber que tocaré esas canciones. Si te cansas de ellas, es el momento de dejarlo. En serio, si te cansas de tocarlas en un año, ¿cómo van a durar? ¡Tienen que durar para siempre! Ése es el propósito de las canciones. Si la gente que compone esas canciones se cansa de ellas en un año, es que no son buenas.

– ¿Cómo se lleva el pensar y trabajar sobre el siguiente álbum cuando estás todavía de gira con el anterior?

– D: Es un proceso natural. Las canciones vienen de alguna parte y te fuerzan a empezar a improvisar y a trabajar sobre ellas. Siempre terminamos con un álbum de unas ocho o nueve canciones escritas y escribimos dos más en el último minuto. Eso se ha convertido en nuestra rutina. Cuando acabamos la gira estamos ansiosos de volver al estudio porque es el ciclo natural de creación para nosotros. Después de un año y medio de gira, estoy deseando ir hacia delante.

– Una de las críticas que se han hecho sobre vuestra música es que no es lo suficientemente política. ¿Qué respondéis a eso?

– D: Los humanos inventan cosas para que parezcan mejores. Inventamos la tecnología, la religión y la política para sentirnos mejor y controlarnos los unos a los otros. Lo que es interesante es que todo son sombras e ilusión. Lo esencial del negocio de ser humano es comer, cagar y follar y enamorarse. Estar alegre o estar triste. Son todas esas cosas fundamentales en la vida las que un buen músico debe atrapar.

– N: La música y el arte son todo una reflexión del sentimiento individual de una persona o de su personalidad. No somos políticos porque no sentimos la necesidad de serlo. Creo antes a un compositor que a un político.

– Mencionáis el hecho de que todos somos parte de una gran máquina. Obviamente queréis que vuestra música hable por si misma pero, al mismo tiempo, os veis forzados a sentaros con periodistas, discutir vuestras canciones y pretender que tenéis las respuestas para todo tipo de preguntas fuertes. ¿Cómo se mantiene el equilibrio?

– D: Puede ser duro. ¿Quién puede decir que por que eres miembro de una banda tienes una opinión que deba ser escuchada? Lo único que realmente sabemos mejor que nadie es el hecho de estar en esta banda. Pero entendemos que esto es parte de la industria.

– N: No puedes realmente hablar de música. Sólo de vibraciones y emociones, nada más.

Xavier Valiño

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