CAROLINE ROSE: The Art of Forgetting
CAROLINE ROSE: The Art of Forgetting (New West Records)
Con Loner (2018) descubrimos a una creadora que mezclaba pop, surf, rockabilly, disco, rock y unas cuantas cosas más. Su estilo, que ella definía como schizodrift (‘deriva esquizoide’) y que otros denominaron ‘comedia oscura’, se nutría de un humor con el que marcar distancia frente a los temas serios que trababa: capitalismo, aislamiento, misoginia, embarazo, fe, paranoia, celos, muerte… En ese tercer álbum dejaba atrás una etapa anterior más enraizada en la americana. Después editó Superstar (2020), un disco continuista, grabado en la carretera y ya algo más reflexivo.
Nada nos hacía preparar para lo que llega en su quinto álbum, un paso de gigante que la sitúa entre las creadoras más interesantes de la actualidad. The Art of Forgetting es un disco mayúsculo, en el que sus confesiones huyen del sarcasmo y la muestran más confesional, sincera y vulnerable. La razón: una ruptura sentimental que ha dado un vuelco a su vida, no sabemos si para bien, pero que sin duda ha dotado a sus canciones de una profundidad hasta ahora esquiva.
Con unas influencias en su voz que beben de músicas no anglosajonas y una paleta de sonidos más abierta que nunca, Rose experimenta con las melodías que ya componía antes con una deslumbrante naturalidad, las revierte y las empapa de su experiencia reciente para desarmar al oyente y ganarse su atención. Desde el principio deja caer sin ambages que es una artista más completa (“Love/Lover/Friend”, “Amor/Amante/Amigo” es su declaración inicial), permitiéndose dejar para el final parte de lo mejor de estas 14 canciones: ahí están la más emocionante del lote, “Jill Says” (como Angel Olsen o Natalie Prass, sino mejor), “Tell Me What You Want”, “Love Song for Myself” o ese final que también suena a recapitulación antes de pasar página definitivamente, “Where Do I Go From Here?” (“¿A dónde voy ahora desde aquí?”).