CARLOS BERLANGA 1997
Carlos Berlanga, electrónica testaruda
“Deja la lujuria un mes”
Carlos Berlanga ha vuelto de nuevo por los derroteros que solía cuando componía para Alaska y Dinarama. Vía satélite alrededor de Carlos Berlanga es ya su tercer disco en solitario, tal vez el más electrónico y bailable de los tres. Y Carlos quiere dejarlo bien claro: “Evidentemente, cualquier persona con un poco de sentido común se dará cuenta de que es electrónico, no eléctrico; eso son las guitarras. En cuanto a si considero que es el más bailable de los tres, todos los discos que he hecho desde el 82 lo son.”
Irónicamente, Carlos Berlanga alude a la diferencia entre electricidad y electrónica. “He apostado decididamente por la electricidad porque una vez de pequeño metí los dedos en un enchufe y la experiencia me traumatizó.” Y su música sigue a tirón fijo, negando conocer las nuevas propuestas. “No sé si me propuesta se ha quedado anticuada al lado de cosas más recientes como The Chemical Brothers o The Prodigy, ya que no he oído nada de ninguno de esos dos grupos, lo siento. No se qué tipo de música hacen.”
Ese distanciamiento con lo que se produce actualmente nos lleva, de nuevo, a la referencia más inmediata en su música. “Los Pet Shop Boys no son la referencia más clara, pero sí una de las mas importantes. Las más claras son demasiadas, pero no hay espacio suficiente para citarlas. Y de las canciones de los Pet Shop Boys me gusta más la vertiente más melancólica, tipo Behaviour, aunque también me gustan las canciones más lúdicas y petardas. No he oído ninguna canción mala de los Pet Shop Boys.”
Por supuesto, la relación con Olvido Gara -Alaska- y Nacho Canut, sus antiguos compañeros en Los Pegamoides o Dinarama, sigue marcando el sonido, siendo Fangoria la referencia estatal más evidente de todas las que se podrían pensar. “El sonido está condicionado por trabajar con ellos, ya estaba pensado así. Me puse en sus manos. Es como cuando Chic le hicieron un disco a Diana Ross.”
Podría pensarse que este disco lo retoma justo donde lo dejó Deseo carnal de Alaska y Dinarama, pero Carlos se desmarca ante una idea que no le hace demasiada ilusión. “He grabado dos discos en solitario y tres más con Dinarama después de Deseo carnal, así que no ha habido un lapso de tiempo en el que no he hecho nada.”
Temas como “El paraíso perdido” tienen un ritmo rápido, excesivamente veloz, que podría parecer incluso forzado. Sin embargo, Carlos Berlanga tiene una explicación: “¿Has oído happy hardcore alguna vez? Es un tipo de música alemana, con poca repercusión es España. El ritmo es así de acelerado en todos los temas.”
Entre sus textos, la preocupación por la edad parece tomar un nuevo impulso en sus reflexiones, compartiendo espacio con su lado más lúdico. “Con la edad no me he vuelto más hedonista. ¿Quien más lo ha hecho? Yo siempre lo he sido. En “2002” aparece la preocupación por la edad, sí, y me afecta como a todo el mundo, como a ti, supongo.”
Y no son las únicas preocupaciones habituales en sus textos, pero no por ello tiene que situarse dentro de lo aceptado mayoritariamente por la sociedad. “No es que me aburran los ‘políticamente correctos’, los detesto.” Para refrendarlo, nada mejor que dejarle que recuerde los años de éxito. Tras proponérselo, responde con un contundente: “viajes, glamour, dinero, sexo, drogas y disco music.”
De sus dos discos del pasado, la escasa repercusión de un álbum tan bien acabado como Indicios no le sorprende, aunque puede que en ello tuviera que ver que fue editado en un pequeño sello que no duró mucho como tal. “La casa de discos todavía funciona, con otro nombre, pero no esperaba vender grandes cantidades; ahora soy un artista underground, y acepto todo lo que conlleva serlo.”
La escena donostiarra de los últimos años es, tal vez, la que más le ha llegado de lo que se ha venido haciendo recientemente en nuestro Estado. “Siento gran admiración por Javier Aramburu y todo lo que hace, sobre todo por el primer disco que editó como Family. Pero no me dio envidia no haberlo compuesto yo, todo lo contrario. Y la colaboración de Bingo -Jone Gabarain y Teresa Iturrioz, de Le Mans- indica, en términos generales, por dónde van mis gustos del pop que se hace hoy en día.”
Lo que queda en evidencia con Carlos Berlanga es que en el resto del pop estatal todo lo que se dice está muy comedido, con muchos prejuicios, como con miedo a soltar las referencias o palabras equivocadas. “No sabía que existía el pop estatal: si te refieres a lo que se oye en la radio-fórmula, sí, es muy comedido, nadie se ha atrevido a nombrar a Betty Misiego aún.”
Tampoco tiene reparos a la hora de citar en sus canciones a artistas como Rafaela Carrá, la revista Semana, la serie Falcon Crest, contar con Ana Belén para cantar con él o escribir una canción sobre el fútbol. “La palabra prejuicio no existe en mi vocabulario. Además de nombrar a la Carrá, le hemos compuesto una canción, que ya grabó en su día.”
Y no es la única colaboración. En proyecto está trabajar como compositor para Sara Montiel, Paco Clavel, Encarnita Polo y otros. “Por el momento solo hemos compuesto para Sara Montiel; las demás figuras de la canción que nombras no han tenido la oportunidad de grabar canciones nuestras. Todo se andará, aunque con tiempo”.