GORE GORE GIRLS
Concierto de Gore Gore Girls
(Sábado, 15 de noviembre de 2003. Sala: Capitol, Santiago. 400 espectadores)
Y la Sala Capitol se convirtió en un garaje. Se podía intuir, pero hacía falta comprobarlo. En medio del imponente escenario surgieron tres chicas malas de Detroit para que las paredes temblasen ante una pura descarga de rock’n’roll.
Antes, Mega Purple Sexy Toy Kit interpretaron su papel a la perfección. Hard-rock clasicote, sin nada que ver con Los Planetas, a quienes -¿irónicamente?- reconocieron el papel de mejor banda del mundo mundial. Cosas que suceden cuando el guitarrista pretende ir de simpático. El cantante, más comedido, ofreció su liturgia de tiempos pretéritos sin desmelenarse como lo haría Robert Plant. Mientras, desde una esquina, metido en su rol, su teclista reclamó su papel de máximo valedor del grupo.
Aún faltaban 15 minutos para la 1 de la madrugada cuando Amy, Melody y Cathy salieron a escena. A todo trapo. Sin concesiones. Enfundada en cuero gris, botas de tacón alto y medias enrejadas, su cantante y guitarrista Amy se desgañitó sobre las tablas y lució madera de guitar-heroe revolcándose por el suelo -aunque todo estuviese perfectamente medido-.
La bajista derrochó actitud, sin casi moverse de sus cuatro cuerdas, con el torso bien estirado. Y la batería Cathy fue de menos a más. Limitada o minimal, según se quiera ver, acabó aporreando como si en ello le fuera la vida, hinchando su boca cada vez que se pasaba en el esfuerzo.
Fueron teloneras de los Cramps, y eso se nota cuando les sale su vena homenaje a los 50 y 60. Podrían recordar a los White Stripes, sobre todo cuando la bajista abandona su puesto y se quedan solas la guitarrista y la batería. También, como dijo el maestro Alberto Casal, podían pasar por las Pussycats -¿alguien recuerda a las de Vigo?- estadounidenses. En cualquier caso, nunca la Capitol, a pesa de su decoración lujosa, estuvo tan cerca de ser un auténtico garaje.
Xavier Valiño