Boreal 2023

Boreal 2023, utilizando los elementos a su favor

Vieux Farka Touré

Sucedió a eso de las 20:15 horas del sábado y se convirtió en el momento más intenso de los últimos años en el Festival Boreal de Los Silos. El Escenario Isla Baja se quedó sin luz mientras sobre las tablas se encontraba entonces la brasileña Bia Ferreira junto a los dos músicos de su banda. En lugar de sentirse contrariada por el percance, Ferreira se creció. Dando un paso al frente, decidió que había que continuar sin amplificación.

Gaye Su Akiol

Lorena Álvarez y Sus Rondadores

Explicó que seis años antes vivía en las calles de Sao Paulo, sin ingresos, desahuciada por la sociedad. Pero la música, y ser considerada finalmente una artista, fue la que le permitió seguir adelante, seguir viviendo y emprender incluso una gira que llegó insospechadamente hasta Tenerife. Así que, si había tocado por las rúas de su ciudad sin electricidad alguna, esta era la ocasión perfecta para poder seguir haciéndolo y recordar su pasado. Consiguió callar a todo el público y acometió, guitarra acústica en mano, una de sus canciones, “Diga não”, clamando contra el racismo y la homofobia en su país. Sin electricidad pero, sin duda, totalmente electrizante.

Rabiche

Sara Socas

A Ferreira se le hinchaban las venas de su garganta, tanto por el volumen  que le quería imprimir a su voz como por la temática de su canción, que vivía en ese momento en pleno éxtasis, logrando una comunión total con el público de Boreal que acabó vitoreándola, consciente de que pocas veces se puede vivir algo tan auténtico.

La Muchacha

Natacha Atlas

Podría pasar por la respuesta acertada de alguien que sabe cómo conjurar los elementos a su favor, pero lo cierto es que el festival también predispone a que sucedan cosas así. Durante el fin de semana en que Ferreira hizo de la necesidad virtud, hubo otras voces que desde el escenario daban las gracias por las facilidades dadas por el certamen a sus artistas, por la amabilidad al acogerlos o por el espectacular paisaje que se puede ver desde los escenarios, con los montes en ascenso hacia la cumbre del Teide rodeando Los Silos.

Cata Raybaud

Ana Lua Caiano

Lo demás en lo referente a la parte musical, como todos los años, fue un viaje por distintos países y continentes, con presencia mayoritaria de mujeres, así como por distintas propuestas llegadas desde las Islas Canarias. Entre estas, se pudo disfrutar del acercamiento a la electrónica desde la tradición con Anibal y Lajalada, de distintas aproximaciones a algo así como el posrock a cargo de Nave Rota y Rabiche -con Fajardo- (ambos proyectos perfectamente ensamblados a pesar de estar en sus primeros conciertos), o de apuestas por sonidos más urbanos y actuales de Jela, en sintonía, por ejemplo, con lo que ofreció la argentina Sara Hebe minutos después.

Nave Rota

Ana Ferrer

Llegadas desde distintos lugares, varias artistas coincidieron en su propuesta de banda-de-una-sola-mujer. Ana Lua Caino (Portugal) fue la que más rendimiento le sacó a su instrumentación, mientras que Cata Raybaud (Argentina), La Muchacha (Colombia) o Papina de Palma (Uruguay) se encontraron en algún estimable punto intermedio entre el pop, las raíces latinas y el mundo de las cantautoras. Por su parte, Ana Ferrer (Menorca) y Lorena Álvarez y Sus Rondadores tomaron el folk como punto de partida para divertirse y divertir desde las tablas, y eso en Boreal siempre tiene buena acogida.

Anibal y Lajalada

Papina de Palma

Además de Bia Ferreira, al menos otras cuatro actuaciones quedarán para el recuerdo en esta edición. Si Vieux Farka Touré (Mali) desplegó el mejor blues eléctrico del desierto, Gaye Su Akyol (Turquía) exhibió como combinar explosivamente psicodelia y los sonidos del Medio Oriente. Si Nidia Góngora puso a bailar a todo el escenario principal con los ritmos colombianos convenientemente actualizados, Kay Loum (Senegal) encarnó el broche perfecto la mañana del domingo con sus cantos ancestrales.

Kya Loum

Sara Hebe

Si acaso, la decepción en esta ocasión llegó por parte de Natacha Atlas. Lo suyo fue un buen concierto de jazz egipcio, pero no era lo más apto para la hora punta de una actuación en el escenario grande, con bastante público escapando al otro recinto. Y eso, precisamente, motivó que el Escenario Isla Baja se quedase pequeño a esa misma hora para acoger el recital de La Muchacha, la única vez en que se produjo algo así.

Nidia Góngora

Jela

Son, en tal caso, males menores de un festival al que el público acude siempre a dejarse sorprender y ávido de encontrar nuevos sonidos y conocer nuevos nombres fuera de los circuitos habituales. Y eso con todas las actuaciones musicales gratis, como bien sabe quien acude, a lo que se suman talleres, proyecciones, charlas, encuentros, presentaciones o actividades ecoturísticas, con especial atención a los más pequeños, planteado todo de forma sostenible y con un trabajo continuado por la concienciación ambiental. Nada menos.

Texto y fotos: Xavier Valiño

Bia Ferreira

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *