BETTYE LAVETTE LIVE
Bettye Lavette en concierto
La voz. Ese vozarrón. A su lado, los músicos que la acompañaban quedan reducidos a meras comparsas. Todo queda eclipsado frente a ese torrente de lava aparentemente natural que fluye de la garganta de la señora Lavette, trabajada tras 49 años de carrera pero que parece todavía no domada.
Lo dijo al principio: “no voy a intentar resumir 49 años de carrera porque me llevaría 49 años”. Sin embargo, sí que intentó recordar todas sus etapas. Mejor, dicho, todos sus discos, empezando por aquel álbum de debut (Child of the Seventies) que debió haber sido editado en 1972 y que no vio la luz hasta casi 30 años después (rebautizado como Souvenirs), revitalizando una carrera que no había estado ni tan siquiera en un mal momento, sino que nunca pasó del estado de moribunda.
Por eso ahora, desde hace unos ocho años, Bettye Lavette no deja de dar conciertos para disfrutar del reconocimiento que nunca tuvo antes. Lo deja muy claro cuando al final de todo regala la única canción que ha compuesto en su vida, “Before the Money Came (The Battle of Bettye Lavette)” -“Antes de que llegase el dinero (La batalla de Bettye Lavette)”-, y en la que canta sobre lo que es encontrarse con el éxito que nunca tuvo de la noche a la mañana, cerca de los 60 años.
Desaparecida del frente Aretha Franklin, la única bestia en escena con la que es comparable la Bettye Lavette de hoy es aquella Tina Turner de los 60 y los 70. Lavette incluso muestra más facultades con su garganta: canta cada letra como si fuera la última, apabullando, estremeciendo, dejando claro que lo suyo no está al alcance de casi nadie. Y lo sabe y lo manifiesta sin modestia alguna: presenta “Your Turn To Cry” recordando que Joe Simon la dio a conocer pero que ella la canta mejor.
Su espectáculo, además, es de los muy escasos que se pueden defender en cualquier escenario: en un pequeño club, en un teatro, en un gran festival… Parando en el soul, el blues, el jazz, el rock y, sobre todo, el rhythm & blues, puede llegar sin problema a muchas audiencias distintas, siempre que estén dispuestas a escuchar y dejarse intimidar.
Vive sus canciones, las interpreta, como el “Isn’t It a Pity” de George Harrison en el que se pueden casi ver las lágrimas resbalando por sus mejillas, el “Love Reing O’Er Me” de The Who que Pete Townshend asegura que nadie ha cantado mejor o su versión a capela del “I Do Not Want What I Haven’t Got” de Sinead O’Connor con el que se marchó del escenario hacia donde estaba su marido, presto a arroparla con una bata. Él es quien pincha discos en casa, porque Bettye Lavette asegura que casi no escucha música. Parece mentira visto cómo escoge sus canciones y, sobre todo, la intensidad con que las canta. Tampoco lo necesita: al fin y al cabo tiene LA VOZ.
(Teatro Rosalía, A Coruña, 8-11-2011. Público: casi lleno. Promotor: Sweet Nocturna -Ciclo Galicia Importa-)
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