BARBARA LYNN

Barbara Lynn, pionera del R&B

 

 

 

 

 

Hace poco alguien me comentaba la suerte que tenemos de estar viendo en España en los últimos tiempos a los pioneros del rock. Tras la llegada de la democracia, el hambre de directo se tradujo en traer a los grandes nombres, como Lou Reed, Bob Marley, David Bowie… Cubierta esa necesidad, y después de una época de grandes festivales con nombres repetidos una y otra vez, muchos son los pequeños festivales o promotores empeñados en mostrar de dónde parte todo, hasta el punto de, por ejemplo, montar el primer concierto en casi 50 años de Los Saicos, precursores del punk desde Perú a mediados de los 60, o de traer por primera vez a España a la gran Irma Thomas.

 

 

 

Este mismo mes recala por primera vez en España Barbara Lynn, más concretamente el día 28 dentro del Outono Códax Festival de Santiago de Compostela. Barbara Lynn Ozen nació en 1942 en Beaumont, Texas. Compuso su primer single, “You’ll Lose a Good Thing”, antes de llegar a la mayoría de edad. Al editarse, el millón de copias vendidas le supuso desbancar a Ray Charles y su “I Can’t Stop Loving You” del número 1. Aquella canción contaría con versiones de Aretha Franklin o Freddie Fender. Su “You Left the Water Running” fue recreada después por Otis Redding, aunque la versión más conocida fue la que The Rolling Stones hicieron de su “Oh Baby (We’ve Got a Good Thing Goin’)”.

 

 

Comenzaste tocando el piano cuando eras niña. ¿Por qué el cambio a la guitarra? 

– Cambié a la guitarra porque era muy común ver a una niña tocando un piano, así que decidí que yo tocaría la guitarra. En aquel momento era algo extraño ver que una chica tocase la guitarra.


Fuiste parte de una de las primeras bandas exclusivamente femeninas, Bobbie Lynn and Her Idols. ¿Cómo era tocar con una banda así en la década de los 50?

– Cuando empecé, a finales de los años cincuenta, fue muy emocionante para mí formar mi propio grupo. Por aquel entonces, nuestro grupo ganaba todos los concursos de talentos para artistas nuevos que se celebraban en nuestra ciudad, Beaumont, y en los alrededores.


Poco después, el cantante Joe Barry te vio actuar en directo y te recomendó al productor Huey P. Meaux.

– Sí, así fue. Después de conocer a Huey Meaux y firmar con él, empecé a grabar. Yo ya había escrito suficientes canciones para un álbum, ¡así que estaba preparada! Se puede decir que ese fue el momento en que todo cambió para mí, así que, simplemente: “Muchas gracias, Joe”.


“You’ll Lose a Good Thing” hablaba de una ruptura con un novio. Supongo que no era tan común que una mujer cantase algo tan directo y con tanta seguridad. Pero llegó al número uno. ¿Tuvo eso que ver en ello?

– Sí, siempre he pensado que esa fue parte de la razón. Por otra parte, las canciones sobre rupturas y reencuentros o nuevas relaciones no eran tan extrañas en aquel entonces. En cualquier caso, siempre he obrado así, diciéndoles a mis novios que si me dejaban, se perderían algo bueno.


Escribiste aquella canción con 17 años. ¿Cómo te las arreglaste para no perder la cabeza con el éxito?

– Desde el principio tuve claro en mi corazón y en mi interior que quería ser cantante. Me pasaba el día escribiendo poemas. Así que, de alguna forma, estaba preparada para ello. También ayudó ser criada por unos buenos padres.


Si ese éxito no hubiese llegado, habrías vuelto a estudiar. ¡Habría sido una vida muy diferente!

– Sí, es cierto. Mis padres querían que fuese a la universidad, así que ese fue el trato que hicimos. Está claro que hubiese sido una vida diferente si hubiera sido así. Pero elegí ser cantante y, por suerte, escribí una canción de éxito, así que después de eso lo de estudiar pasó a la historia.

 

¿Era fácil ser una muchacha negra en los años 60? ¿Fue más fácil para ti al ser cantante?

– No era fácil, claro que no. Seguramente fue más fácil como cantante y músico, porque yo fui la primera guitarrista zurda y de color en los años 60. Mucha gente estaba interesada y tenía curiosidad por verme, así que otros aspectos pasaron a un segundo plano.


¿Cómo superaste las tentaciones de la vida en la carretera, como el alcohol o las drogas? ¿Ayudó tu madre a evitarlas?

– Mi madre viajó conmigo alrededor de todo el mundo, siguiéndome en las giras, y fue ella quien me protegió de las drogas y el alcohol que estaban a mi alrededor. Siempre se lo agradeceré y la amaré por ello. Nunca fumé ni bebí. Fue algo estupendo. Me sentí segura a lo largo del camino sabiendo que mi madre estaba conmigo. Ella cuidaba muy bien de mí.


Desde el primer momento cantaste tus propias composiciones. ¿Fue fácil convencer a los sellos discográficos y a los productores?

– En realidad, aunque no lo parezca sabiendo lo que había en los 60, no fue tan difícil. En mi caso fue bastante fácil. Huey Meaux escuchó mi voz y, después, prestó atención a las canciones que escribía. Desde el principio conté con su respaldo porque le gustaron.


Elvis tuvo un gran impacto en ti. Te cambiaste el peinado tomándolo a él como modelo.

– Efectivamente, así fue. Desde que lo vi por primera vez me encantó su estilo, sus canciones y la forma en que tocaba su guitarra. Fue uno de mis ídolos.


Cuando te casaste a los 28 años, le diste prioridad a la familia. ¿Fue difícil equilibrar tu carrera con criar a tus hijos?

– A principios de los 70 decidí que lo primero tenía que ser la familia. No es que no me fuese bien, pero me casé y tuve tres hijos, así que se puede decir que opté por ralentizarlo todo un poco. No me fue complicado seguir compaginándolo con mi carrera en la música porque tenía a mis padres para ayudarme.


Parece que te has movido entre los músicos de blues y las cantantes de pop. ¿Cómo lo ves tú?

– Para mí, desde la perspectiva que dan los años, diría que siempre se trató de blues y R & B, pero está claro que canciones como “You’ll Lose a Good Thing” cruzaron barreras y llegaron al mercado del pop en los años 60.

 

Te han llamado Lady B.B. Has tocado con los grandes nombres del soul como Marvin Gaye, Sam Cooke, Al Green, James Brown, Ike & Tina Turner, Jackie Wilson, Smokey Robinson, Stevie Wonder…

– Por lo que respecta al blues, tengo varios favoritos, como Bobby Blue Bland, B.B. King, por supuesto, o Johnnie Taylor, por citar algunos. Siempre me gustó hacer giras con gente como Ike & Tina Turner, Marvin Gaye o Jackie Wilson, con los que lo pasé realmente bien. De todos ellos, quien causó una mayor impresión en mí fue Jackie Wilson, sin duda alguna.

Y de las versiones que se han hecho de tus canciones, ¿cuál es tu favorita?

– Por supuesto, no tengo ninguna duda: “You’ll Lose a Good Thing” en las versiones que grabaron los cantantes Freddy Fender y Aretha Franklin.


Cuando algún artista te pide que colabores con él, ¿cómo te enfrentas a ello?

– Al principio me siento muy honrada. Por lo general me muero de impaciencia y no veo la hora de hacer el concierto. Y cuando llega el momento, yo hago mi actuación, lo que se espera de mí, y a los demás les toca hacer su parte.


¿Cómo sienta estar todavía en la carretera cuando casi ninguno de esos grandes nombres con los que te has relacionado lo está?

– Me siento bendecida y doy gracias a Dios porque todavía puedo trabajar y actuar en el mundo de la música y hacer lo que me gusta hacer. Sin embargo, me entristece saber que algunos de mis mejores amigos han fallecido o no pueden viajar debido a problemas de salud.


¿Alguna vez te cansa estar de gira? No parece que sea el caso de Bob Dylan o B.B. King.

– No, yo no me siento nunca cansada porque me encanta lo que hago. Dios me da la fuerza que necesito para seguir cantando y tocando la guitarra.

¿Sientes la diferencia en la forma de grabar ahora a como la hacíais entonces, con todos los músicos tocando en directo en el estudio? ¿Echas de menos aquel sonido?

– No era diferente para mí entonces, porque aquel modo de grabación, de hacer los discos, era todo lo que yo conocía. Hoy en día sí que echo de menos a veces el sonido de una banda completa en el estudio tocando todos juntos. De todas formas, a mí el estudio me gusta menos. Disfruto más tocando en directo porque los conciertos los siento más en el alma delante de mis seguidores.


¿Cómo has visto el negocio en los últimos años? ¿Lo encuentras diferente? ¿Te sientes fuera de lugar?

– Pienso que se trata más o menos del mismo negocio, si acaso con mayor variedad por lo que respecta a la música. Te pondré un ejemplo: recientemente el cantante de hip hop Lil Wayne ha sampleado mi canción, “I’m a Good Woman” en su tema “Days and Days” de su último álbum, I’m Not a Human Being II. Desde mi punto de vista, este tipo de cosas son geniales.

 

Tu hijo Bachelor Wise también ha rapeado en algunas de tus canciones. ¿Alguien más sigue esa tradición?

– Pues sí. Tres de los hijos de mi hijo cantan: Shania, BJ y Corey. Tienen un grupo llamado The Johnson’s y está ahora mismo metidos en el estudio trabajando en un disco. Sus canciones están en iTunes y se pueden ver también sus videos musicales. Tengo una hija que canta. Y tengo otra nieta, Angelica, que canta, y un nieto, Roland, que compone música.


Sigues tocando los éxitos que grabaste hace tiempo. ¿Lo disfrutas de la misma manera? ¿Introduces algunos cambios para hacerlos más interesantes para ti?

– Siempre disfruto cantando y tocando mis canciones. Eso es lo que mis seguidores quieren oír cuando vienen a mis conciertos. Hago algunos cambios al interpretarlos, pero no demasiados, porque la gente sólo quiere escuchar ese sonido que les enamoró.


Por último, ¿cuál ha sido el mayor motivo de satisfacción en el transcurso de tu carrera?

– Pues seguir siendo capaz de hacer lo que me gusta más de 50 años después de haber empezado. Ah, y tener a mi madre, Mildred, aquí conmigo a la edad de 91 años.

 

 

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