BAHÍA DE HALONG, VIETNAM
Bahía de Halong, la octava maravilla
Puede que fuese la película Indochina, un documental, un programa de viajes o una postal turística. El caso es que todo el mundo tiene en su cabeza alguna imagen de la Bahía de Halong, considerada la más hermosa del mundo. Sus tres mil islotes, que surgen hacia el cielo desde la profundidad de las aguas cristalinas del Golfo de Tonkin, se extienden por una superficie de 1700 kilómetros cuadrados, albergando en muchas de estas islas grutas y playas desiertas.
Ha Long quiere decir en vietnamita «donde el dragón se sumerge en el mar». Según la leyenda, las islas de la Bahía fueron creadas por un dragón que vivía en las montañas. Al correr hacia la costa su cola iba levantando colinas y valles, y al meterse en el agua la empujaba hacia atrás, cubriendo los valles y dejando el descubierto sólo las partes altas de las montañas. Ésa es la leyenda, pero los marineros de la bahía han reconocido en más de una ocasión haber visto una criatura marina de dimensiones gigantescas, a la que llaman Tarasca y que muy bien podría hacer la competencia al Monstruo del Lago Ness.
Llegar a la Bahía no es cosa fácil si se pretende acudir en vehículo privado. La proyectada autopista desde Hanoi de 200 kilómetros no se pudo acabar por falta de dinero, y la última parte es una sucesión de agujeros cubiertos de agua. De todas formas, cualquiera de los cafés turísticos de Hanoi organiza viajes de dos o tres días que salen diariamente, y que incluyen todo por unos 30 dólares (4500 pesetas).
Halong, el puerto desde el que salen todos los barcos, es la muestra más evidente de cómo está cambiando Vietnam desde que hace nueve años abriera sus puertas al turismo. En la ciudad hay numerosos hoteles y otros muchos en construcción. La línea de la playa, antes ocupada por puestos de y para los vietnamitas, ha sido vendida a una empresa taiwanesa que está construyendo un enorme e impersonal parque recreativo. La mejor forma de conocer la Bahía es pasar el mayor número de horas posible en alguna embarcación, recorriendo lo que parecen sendas acuáticas entre las islas, visitando sus cuevas y sus playas.
Si se incluye la Isla Cat Ba en el viaje, el barco tardará al menos cinco horas en ir y otras tantas en volver. La visita merece la pena, porque la isla no deja de ser un pueblo de pescadores al que la luz eléctrica ha llegado aún hace un año y que cuenta con no más de dos hoteles. Además, la mayor parte de la isla es uno de los escasos parques nacionales de Vietnam y, contratando un guía, se pueden hacer varias caminatas por sus montañas entre la vegetación tropical.
Para los más intrépidos y los que buscan lugares aún sin explotar, la vecina Bahía Bai Tu Long es tan hermosa como Halong. Sin embargo, no es recomendable, ya que allí acecha el problema de los piratas del mar, que eran bastante habituales en la Bahía de Halong hasta que la policía tomó cartas en el asunto. Si se empiezan a ver barcos de turistas en Bai Tu Long, probablemente la situación se reproduciría allí.
DATOS PRÁCTICOS:
Necesario pasaporte en vigor y visado, que se obtiene más fácilmente y más barato desde La Haya (Países Bajos).
Moneda: Dong (100 dong – 1 peseta).
Agencias en Hanoi:
– Café Queen, Calle Hang Bac 65
– Café Darling, Calle Hang Quat 33
– Tosercol, Calle Hang Trono 102
Alojamiento:
– Hotel Huang Tram, Calle Halong en Bai Chay
– Hotel Hai Long, Calle Halong en Bai Chay
– Hotel Hoang Huong, en el muelle de la Isla Cat Ba
Restaurantes:
– Binh Minh, Calle Halong en Bai Chay