ANNI B. SWEET 2009
Anni B. Sweet, tras la (dulce) fachada
Quiso formar una banda y estuvo buscándola por un tiempo, pero todo lo que salía no le convencía, así que decidió coger una guitarra y aprender a tocar. Grabó algunas de esas canciones y las subió a myspace y empezó a tocar por Madrid. En pocos meses ya había firmado un contrato y los conciertos se iban multiplicando. En febrero comenzó a grabar el disco con Brian Hunt como productor. Hace un mes que se publicó su debut Start, Restart, Undo, y por ahora todo va viento en popa. Este viernes lo presenta en Pontevedra en la Sala Karma.
¿En qué momento pensaste que estabas ante algo nuevo, que habías encontrado tu camino, similar a lo que hoy es Anni B. Sweet?
– Siempre me ha gustado este tipo de música, junto con otros estilos. Cuando intentaba darle música a mis letras con banda, veía que no salía lo que quería. Aprendí a tocar la guitarra y me di cuenta que se acercaba a lo que quería sonar, algo íntimo y más suave. Ahora con banda también suena bonito, pero tuvo que haber esa primera fase en la que las canciones sólo estaban hechas de guitarra y voz. Supongo que mientras me sienta bien tocándolas y haciéndolas de esta manera, será el camino adecuado.
Por cierto, ¿a quién se le ocurrió el nombre y cuánto tiene de homenaje a Chuck Berry y a su canción “Johnny B. Goode?
– Tiene bastante de Chuck Berry. El nombre vino por parte de mis amigas, que decían que todo sonaba muy dulce, pero como las letras no lo son tanto, por eso lo de “Anni, sé dulce”. En esos momentos escuchábamos “Johnny B. Goode” bastante y de ahí la inspiración.
Empezar, reanudar, deshacer (Start, Restart, Undo). ¿Es ésa la historia del proceso de grabación del disco o con qué tiene que ver?
– Sí, tiene que ver con todo lo que me ha sucedido este año y medio a nivel vital y creativo. Es una frase de una de las canciones del disco también, de “Second Hand”. En todos los ámbitos, mi vida ha sido un poco de iniciar, reiniciar y deshacer momentos, historias, sentimientos… Y el disco fue de esta manera también. Así decidí llamarlo Start, Restart, Undo.
Además de que te han comparado con ella, compartes productor con Russian Red. Para que quede claro, ¿cuáles son desde tu punto de vista las diferencias?
– Brian es compositor de alguno de los temas del primer disco de Russian Red, pero el productor de su disco es Fernando Vacas. No hay diferencias numerables. Creo que cada una hacemos lo nuestro, somos personas muy distintas y cantamos lo que sentimos. Estamos hablando de la música y de composiciones e inspiración; cada persona es un mundo, y a partir de ahí las diferencias son infinitas. Lo que sí puedo enumerar son las similitudes, y es que somos dos chicas con guitarra en un mismo estilo de música y en una misma generación. Las fachadas de los edificios de la misma época son muy similares casi todas, pero si entras dentro, cada uno tiene lo suyo; es decir, que creo que si escuchas nuestros dos discos al completo te darás cuenta de lo que digo.
La única canción en castellano es la que no firmas tú. ¿Por qué?
– Estudié desde pequeña en un colegio británico en el que compartía clase con niños extranjeros. El castellano es un reto para mí. A la hora de componer, la inspiración me viene de forma natural en inglés. Esta canción, que la hizo un amigo, la vi como una manera de acercarme a este idioma. De hecho, ahora estoy escuchando más música en español y acabo de componer mi primera canción en castellano, que ya la estoy tocando en directo.
¿Son las relaciones personales el material básico de tus canciones?
– El punto de partida de muchas de ellas es el principio y el final de una relación, pero las letras hablan del aire, de fotografías, de sueños, de recuerdos… de sentimientos que no tienen por qué estar basados en el amor de una pareja.
¿Qué otras cosas te inspiran a componer?
– La noche me inspira mucho. La inspiración viene en cualquier momento y en cualquier lugar: comiendo, escuchando música, no escuchando nada, viajando, leyendo, dando un paseo… Lo único que no sé es encontrarla cuando la busco, tiene que venir sola.
Empleas distintos registros de voz. ¿Lo pide cada canción así? ¿Te gusta jugar con ella?
– Sí, me gusta jugar con la voz y hacer lo que me pida cada canción y no limitarme a tener que sonar de una manera.
¿Cómo han evolucionado tus gustos musicales en los últimos tiempos?
– He conocido muchos grupos, sobre todo nacionales. Y al conocer gente nueva, me enseñan sus gustos y es otra manera de conocer música. Ahora estoy pasando por una época por la que me gusta escuchar desde música clásica, folk, jazz y blues, a electrónica.
¿Tienes algún héroe, musical o no?
– Sí: Bob Dylan y Woody Guthrie.
¿Cómo llevas la realidad en la que vivimos?
– La música me ayuda a evadirme de ella.
¿Se puede vivir de la música o hubieras estado más segura si hubieras seguido con la Arquitectura?
– La Arquitectura es un seguro de vida: haces una carrera y te dan un papel en el que dice que eres arquitecto de por vida. La música es muy impredecible. Hoy puedes ir subiendo y mañana puedes volver a bajar. Pero creo que merece la pena hacer lo que te gusta realmente mientras puedas. Hoy en día es más difícil vivir de la música, pero se puede, siendo consciente siempre de que puede acabar pronto.
Compartiste gira con Antonio Vega. ¿Qué te dice su nombre, tú que lo has tratado de cerca y que no eres de su generación, ya que no habías nacido cuando el empezó?
– Que es uno de los mejores compositores y músico de la historia. Tuve la suerte de conocerlo, y como persona era muy bueno. Aunque no sea de su generación, ya de pequeña me hablaron de él. Se va a notar mucho su ausencia en la música.
¿Cuáles son los objetivos y proyectos a medio plazo?
– Mi objetivo es seguir siendo sincera con lo que hago y seguir dedicándome a ello. Proyectos a medio plazo: seguir tocando y moviendo el disco en directo. No pienso mucho en el futuro; prefiero vivir el día a día y disfrutar esto al máximo.
Por último, ¿cuál ha sido la mejor anécdota de este tiempo en el mundo de la música?
– Hemos pasado por muchos momentos en este año, pero hay uno en el que pasé mucha vergüenza y fue en Radio 3, cuando le pregunté a Santiago Alcanda (gran periodista musical) si conocía a Víctor Jara. Nos reímos, pero lo pase bastante mal.