AMY
Amy (Vértigo)
Podría haber sido cualquier cosa, incluso simplemente un documental al uso, que hubiera cumplido perfectamente su papel hagiográfico pero que muy probablemente no daría más juego de sí. Sin embargo, desde el momento en que se supo que detrás de su realización estaría Asif Kapadia, al menos se podía confiar en el resultado. En su haber estaba Senna, otro documental centrado en el piloto Ayrton Senna, una de las grandes cintas de estos últimos años.
Para Amy, el director ha contado con un valiosísimo material de archivo que, además, ha sabido utilizar perfectamente. Además, en una decisión que valida toda la construcción de su trabajo, Kapadia ha huido de los bustos parlantes, todos esos amigos, conocidos y familiares que suelen hablar a la cámara de su relación con la persona objeto de su estudio. Aquí se escuchan sus palabras, pero no se les ve, sino que acompañan a las imágenes.
Por supuesto, conocemos su historia, sabemos que no pudo con la fama y el acoso de los paparazzi, que tuvo problemas con las drogas y el alcohol, que hubo relaciones problemáticas (su marido y su padre, en primer lugar)… Pero todo ello no obvia sentir de nuevo la emoción de descubrir a una talentosa cantante destruida por el negocio y todo lo que lo rodea, que solo quería cantar en pequeños clubes de jazz y que empezó a morir el día que se convirtió en un éxito. Kapadia, cómo no, lo ha sabido explicar perfectamente.