600 MILLAS

600 millas

Gabriel Ripstein (Videocine)

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Se ha convertido ya en algo habitual ver en una pantalla cintas centradas en el tráfico de drogas en la frontera entre México y los EE.UU. e, incluso, el tráfico de personas. El tráfico de armas de 600 millas aporta una visión novedosa, aunque ciertamente con qué negocien sus protagonistas poco cambia en relación al fondo en el que se mueven sus personajes.

Las armas aquí no dejan de ser más que la excusa para una road movie que a lo largo de un recorrido entre los dos países, con la distancia que se explicita en el título, une a dos personajes contrapuestos y muy distintos en su lucha por la supervivencia. Uno es un veterano agente de la ley (Tim Roth) que sigue a un joven e inexperto tratante de armas (Kristyan Ferrer), a quien sus trapicheos le quedan aún muy grandes. Cuando los acontecimientos se precipitan, ambos deberán colaborar para salir adelante.

Gabriel Ripstein (hijo del célebre director Arturo Ripstein) opta por contarlo con una escenografía realista, muy apegada a sus actores y al terreno por el que deambulan con la cámara en mano, con largos planos secuencia perfectamente coreografiados de antemano, y que le debe mucho en su realización al director de fotografía Alain Marcoen (habitual en las películas de los hermanos Dardenne). Todo ello ayuda a la sensación de ansiedad, vértigo e incertidumbre de esta cinta, con escasos diálogos y sin casi acción, porque se trata, en fin, de una historia de personajes convertidos en compañeros de fatigas muy a su pesar.

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