THE MINUS 5: Oar On, Penelope!

THE MINUS 5: Oar On, Penelope! (Yep Roc)

¿Qué probabilidades hay de que alguien que sufra un derrame cerebral se recupere y vuelva al 100% de lo que hacía anteriormente? Si, además, se trata de un músico, las posibilidades son muy remotas. Ni hay precedentes. Pues bien, eso fue lo que le sucedió a Scott McCaughey (componente de bandas como Young Fresh Fellows, Tuatara, The Baseball Project, The Venus 3 o músico de directo de R.E.M.) a finales de 2017. Tras un par de conciertos benéficos para recaudar fondos para sus gastos médicos y, sobre todo, gracias a la ayuda de su mujer, Mary Winzig, McCaughey inició el camino de la recuperación.

Ahora edita su decimosexto y rotundo álbum, grabado con Peter Buck (R.E.M.), Kurt Bloch (Young Fresh Fellows, The Fastbacks), Linda Pitmon (Steve Wynn), Debbi Peterson (The Bangles), Spencer Tweedy (Tweedy), Patterson Hood (Drive-By Truckers) y el productor Ed Stasium. A pesar de estos rutilantes nombres del rock de guitarras de las últimas décadas, The Minus 5 no pretende ser una superbanda, sino un grupo de amigos que simplemente buscan divertirse juntos.

Esa es precisamente la impresión que transmiten en su primer álbum con canciones propias desde Stroke Manor de 2019. Lejos de ser un disco caracterizado por un sonido más o menos homogéneo, el álbum dispara en varias direcciones, todas interesantes e inapelables. En “Last Hotel” está resumido el libro de estilo de Tom Petty, “Blow in My Bag” explora la influencia de la psicodelia en el blues-rock, “Let the Rope Hold, Cassie Lee” recupera el sonido garagero de The Dream Syndicate, “Bison Queen” se deja mecer por un atmósfera más melancólica, “Sharktooth” regresa a los tiempos de la psicodelia hippie, “Words & Birds” parece combinar la entonación más eléctrica de Elvis Costello y Bob Dylan al unísono…

Y todavía quedan melodías más redondas, como “Falling Like Jets”, “Blow in My Bag” o “We Shall Not Be Released”.  Todo ello revestido de un humor muy personal, giros absurdos en las letras, la mención de nombres retorcidos y otros textos hilarantes y ricos en detalles, como deja claro el título (¡A remo, Penélope!), una indirecta a la leyenda de Odiseo y su esposa Penélope. Con un disco así resulta incluso difícil creer que pasase por aquel derrame.

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