SAINT ETIENNE: International
SAINT ETIENNE: International (Heavenly-PIAS)
Parecían abonados a los sonidos más cercanos a la música ambiental, como es el caso del anterior disco, The Night, publicado hace solo 9 meses. Inesperadamente para sus seguidores, que habían ido mermando desde su irrupción hace ya 35 años con sus exitosos discos de los 90, el trío formado por Sarah Cracknell, Bob Stanley y Pete Wiggs ha decidido volver al sonido que más los representó y, además, poner punto y final a su trayectoria discográfica con su decimotercer álbum.
Los amantes del mejor pop hecho por fans y para fans quedarán -quedaremos- huérfanos. Ya no habrá más de esas canciones que mezclan estilo, ingenio, kitsch y comentarios sociales. Pero al menos, tal y como pretendían, su despedida trae una nota positiva, un trabajo con el que celebrar una última vez, con el alma melancólica y el corazón de baile. Eso es, una vez más, International.
Como corresponde a una buena fiesta, la lista de invitados está bien formada. En “Glad”, Tom Rowlands de Chemical Brothers pone los ritmos y Jez Williams de The Doves toca la guitarra. El resultado parece surgir de una discoteca alternativa de los 60. Nick Heyward, otrora líder de Haircut 100, canta en “The Go Betweens”, que, por su título, podemos entender como un homenaje a la banda de culto australiana.
Por su parte, el productor Erol Alkan contribuye a darle a “Sweet Melodies” un aire de jazz balear, mientras que Orbital imprime su huella en “Take Me to the Pilot”. Vince Clarke -compositor de las primeras canciones de Depeche Mode y, después, de Yazoo y Erasure- firma con ellos “Two Lovers”. El productor Tim Powell participa en la melódica y bailable “Dancing Heart”, mientras que el DJ Erok Alkan aporta su impronta en la más etérea “Sweet Melodies”. Y el grupo electrónico de West Yorkshire Flash Cassette participa en “Save It for a Rainy Day”, rozando la perfección con su pop sintetizado a lo Pet Shop Boys.
Es una fiesta, sí, pero la banda se hace valer también sin invitados, como deja clara la hermosa melodía de “Fade”, la cálida y jazzística “Why Are You Calling”, la bailable “He’s Gone” o la sublime “The Last Time” (“La última vez”). Con esta última se cierra la historia de la banda, un himno sincero y conmovedor cargado de nostalgia en el que bien se podría englobar su concepción del pop en sus tres minutos y medio.
