PAUL WELLER: Find El Dorado

PAUL WELLER: Find El Dorado (Parlophone-Warner)

Paul Weller es un tipo diferente. Además de crear música, también es un verdadero oyente. A principios de este año, lanzó That Sweet Sweet Music, un álbum recopilatorio de canciones soul poco conocidas de los sesenta y setenta, recopiladas por él mismo. Ahora llega Find El Dorado, el decimoctavo álbum en solitario de Weller, repleto de versiones de canciones de otros artistas. Es ya es su segundo álbum de versiones, puesto que en 2004 lanzó Studio 150, llamado así por el estudio de Ámsterdam donde se grabó el álbum.

Para muchos artistas, un álbum de versiones es un espectáculo secundario, una forma de aguantar un período de anemia artística. Si bien su trabajo anterior parecía la obra de un artista que intentaba redescubrir su creatividad, el veterano Weller de 67 años presenta ahora una declaración reflexiva y personal. No se trata de una colección aleatoria de canciones favoritas, sino del ADN emocional y musical de un artista que ha demostrado un gusto musical excepcional a lo largo de su vida.

Weller se lo toma tan en serio como sus discos de canciones propias. Los temas que adapta también revelan algo sobre sí mismo. No le gustan las canciones que todo el mundo conoce. La selección demuestra el gusto ecléctico de Weller y su capacidad para encontrar joyas en los rincones más inesperados de la historia de la música.  El único gran éxito que interpreta es “I Started a Joke”. De los Bee Gees, sí, pero de los Bee Gees antes de su era disco. No modificó mucho la canción, pero su versión suena sentida.

Otras canciones son de artistas y grupos mucho menos conocidos como Hamish Imlach, Eamon Friel “Nobody’s Fool”, originalmente el tema principal de la serie de televisión Budgie y escrita por Ray Davies bajo el seudónimo de Cold Turkey, recibe el respeto que merece. Weller transforma “Lawdy Rolla” de la banda The Guerrillas (una formación francesa de estudio de los sesenta).en una potente interpretación góspel-rock, mientras que “Where There’s Smoke, There’s Fire” revive una joya olvidada del funk de 1984 de Willie Griffin.

El ambiente es relajado, sobrio, con una producción discreta de su aliado habitual Seve Cradock (Ocean Colour Scene). En todo momento logra crear una experiencia auditiva cohesiva a pesar de la diversidad de sus fuentes. Todas las canciones comparten un matiz melancólico que refleja la etapa reflexiva de Weller, con un sonido minimalista que subraya la intimidad de las interpretaciones.

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