LAUFEY: A Matter of Time
LAUFEY: A Matter of Time (Vingolf/AWAL-Popstock!)
Una de las caras más visibles del renacimiento del jazz en los últimos tiempos, especialmente entre las generaciones más jóvenes, es la cantante y músico chino-islandesa Laufey. Su estilo contemporáneo y accesible, en el que aborda el jazz no como un nicho, sino como un recurso estilístico, encontró una amplia acogida hace dos años en Bewitched.
Para su tercer disco, A Matter of Time, Laufey se permite la libertad de desafiar las fronteras del género, deslizándose suavemente durante cuarenta y cinco minutos del crooner jazz al soul de los 60, pasando por el country ligero y la bossa nova, para finalmente regresar al jazz vocal. Un guiso musical deliciosamente sabroso y cálido.
El álbum comienza justo donde lo dejó hace dos años, con “Clockwork”, un tema de jazz clásico, suave pero convincente, que suena como si se conociera la canción desde hace años y perteneciera al gran cancionero clásico norteamericano. Su texto concluye diciendo: “Y nada me da tanto miedo como encontrar mi destino”. La secuela bien podría ser el corte que le sigue, “Lover Girl”, una bossa nova que aprovecha al máximo la musicalidad de Laufey.
No todo resulta igual de convincente: “Clean Air” cuenta con un arreglo country empalagoso al estilo de John Denver y en “Silver Lining” sigue pareciendo algo solemne, anticuada y, por lo tanto, menos convincente, como si cantara más con la cabeza que con el corazón. Tras el interludio con aires a lo Sonrisas y Lágrimas de “Cuckoo Ballet”, escuchamos la firma de Aaron Dessner (The National) con mayor prominencia en “Tough Luck”, con un sonido pop más potente, basado en los últimos álbumes que Dessner produjo con y para Taylor Swift. No desmerece: Laufey puede usar cantar con más potencia y volumen, aunque esos cortes más rítmicos todavía no le resultan propios.
La voz de Laufey sí que ha ganado en calidez; suena más profunda, madura y libre en los momentos más jazz (“Clockwork”, “Mr. Eclectic”, “Carousel”…) Las escasas novedades también suman: “Carousel” destaca por el uso de la celesta y el acordeón, que le dan a la canción una agradable atmósfera francesa. Que Laufey despliegue sus alas y coquetee cautelosamente con géneros distintos a los que se escuchaban en su aclamado álbum Bewitched es digno de elogio y parece exponer una ambición para el futuro: Laufey quiere más.
