COMET GAIN: Letters to Ordinary Outsiders

COMET GAIN: Letters to Ordinary Outsiders (Tapete)

Funcionando como una formación que puede pasar sin problema del pop a momentos más experimentales, del garage al postpunk, de la psicodelia al northern soul, Comet Gain llevan en activo más de 30 años, concretamente desde 1992, siempre con David Christian (conocido como David Feck o Charlie Damage) al frente. Doce discos han editado hasta ahora, siendo este el lapso más largo, seis años, para un álbum de canciones nuevas desde el que le precedió en 2019, Fireraisers Forever!

Es más, en esta ocasión Feck ha decidido revisar su fondo de archivo y rescatar ocho canciones que habían visto la luz de una forma u otra en los últimos dos años para dar forma a su nuevo trabajo. Le ha sumado otros cuatro cortes nuevos, metiéndose en el estudio con el productor Sean Read (Dexys Midnight Runners, Edwyn Collins, Robert Forster…) para publicar el que puede que sea su disco más radiante y accesible.

Eso no quiere decir que haya rebajado la intensidad o la calidad, sino que su sonido reluce más en esta ocasión, con canciones verdaderamente contagiosas, que se presentan en más de una ocasión con preludios en forma de diálogos informales. Por algo en la pieza que lo abre, “The Ballad of the Lives We Led” (precioso título, “La balada de las vidas que hemos llevado”) contiene la frase “¿Puedes ver? Ella trajo la luz del sol a la fábrica”.

En esta ocasión encontramos psicodelia (“Threads!”), temas entre The Pogues y The Byrds (“We Were Painterman”), baladas hermosas como “Buildings” (cantada por Rachel Evans), “Yeah, I Know It’s a Wonderful Life, But There’s Always Further You Can Fall” -otro inmejorable título: “Sí, sé que es un vida maravillosa, pero siempre puedes caer más allá-), piezas tan garageras como bailables (“Beat of the Veins”) o  pop pluscuamperfecto (“Do You Remember ‘The Lites on the Water’”, “Maybe One Day It’ll Really Happen”, “If They Can’t Find the Way Then There’s No Way Out” , “Hearts of Scars”). O sea, el disco idóneo para esos perdedores comunes del título que están acostumbrados a que el mundo se tambalee a su alrededor y que saben dónde encontrar un ramillete de canciones perfectas para tararear mientras asisten al colapso.

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