UNA CUESTIÓN DE GÉNERO

Una cuestión de género

Mimi Leder (Universal)

 

 

Hay ocasiones en que lo mejor a la hora de bosquejar el guion y la estructura de una película es plantearse qué se pretende. Si se trata de hechos reales, que se quiere sean comprensibles para el mayor número de personas, que tengan su impacto y que no desvíen la atención de los hechos reales que se quiere difundir, una de las posibles opciones, tal vez la mejor y sin duda la más directa, es optar por una narración clásica y lineal.

 

Así lo ha entendido Mimi Leder, una de las escasas realizadoras de la industria de Hollywood, que se fija aquí en la figura de Ruth Bader Ginsburg, actualmente jueza de la Corte Suprema de los Estados Unidos, y a quien le costó superar su papel de esposa y madre al que estaba abocada a finales de los años 50, a pesar de su talento y voluntad para ser una abogada destacada y concienciada.

 

Su oportunidad la encontró -y la exprimió al máximo- intentando desmontar todas las leyes que discriminaban por razón de sexo a partir de casi la única manera que podía conseguirlo: con una norma tributaria prácticamente irrelevante y teniendo a un hombre por protagonista, no una mujer. Siendo este el centro de la historia, la premisa sirve para retratar la sociedad de entonces y su evolución a partir de gestas como esta, sin discursos ni glorificación alguna.

 

 

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