SERGIO MENDES

Sergio Mendes, buen tiempo

   

 

  

 

“Cada vez que hago un nuevo disco,” afirma el legendario maestro brasileño Sergio Mendes, “es una nueva aventura musical.” En el curso de una carrera que hado lugar a una lista asombrosa de más de 35 álbumes realizados y millones de copias vendidas, Mendes se ha embarcado en numerosas aventuras, entre las que destacan sus incursiones en Brasil a comienzos de los años sesenta con el Sexteto Bossa Rio, su irrupción mundial con el grupo Brasil ’66 (y sus numerosas secuelas), el hito de su Brasileiro y su lanzamiento en 2006 en Concord Records, Timeless, una colaboración en la que la música brasileña salía al encuentro del hip-hop con will.i.am, de Black Eyed Peas.  

 

 

 

Tras su secuela de Encanto, de 2008, otra “celebración encantada” del cancionero brasileño, Mendes vuelve con su refrescante y vigorosa nueva colección para Concord Records, Bom Tempo. Las melodías son indelebles, la percusión explosiva, el canto entrelazado con la armonía es tonificante y los arreglos irradian celebración. “Esto es música bom tempo, música de los buenos momentos,” dice el productor-compositor y pianista-teclista-arreglista de origen brasileño establecido en Estados Unidos que buscó resumir el disco con un sucinto título en portugués. “Todo trata de los buenos momentos, el buen tiempo, los buenos tempos. El disco trata de la diversidad, la alegría y la sensualidad de la música brasileña -canciones que he grabado anteriormente y algunas que nunca había llevado al disco- interpretadas por músicos brasileños y estadounidenses.”

 

Bom Tempo incluye melodías de los mejores compositores de canciones brasileños (Antonio Carlos Jobim, Gilberto Gil, Joao Donato, Carlinhos Brown, Jorge Benjor, Milton Nascimento y Moacir Santos) y una canción de su viejo amigo Stevie Wonder, escrita especialmente para Mendes en 1977, “The Real Thing”, grabada por primera vez en el disco Sergio Mendes and the New Brasil ’77.

 

“Me parece maravilloso ver cómo los jóvenes de todo el mundo aprecian la música brasileña”, dice. “Quería crear una colección de canciones que fueran fundamentalmente animadas, frescas y bailables, para que los jóvenes puedan relacionarse con ellas. Quería volver a introducir grandes melodías brasileñas de un modo diferente y comunicarme con un público nuevo.” Un ejemplo: el gran éxito brasileño de Ben Jor, “Pais Tropical”, con un interludio rap.

 

Aunque muchos de los amigos de Mendes y colaboradores desde hace años están presentes en el disco (como los percusionistas Mike Shapiro y Vinnie Colaiuta, los bajistas Nathan Watts y Alphonso Johnson, los guitarristas Paul Jackson Jr. y Kleber Jorge, el percusionista Gibi, la cantante Gracinha Leporace -la mujer del líder de la banda- y el compositor-arreglista-cantante Carlinhos Brown, que fuera una parte fundamental del éxito del disco Brasileiro), hay también recién llegados en el grupo.

 

El más destacado es Milton Nascimento, que contribuye con su propia “Caxanga”, una canción infantil triste y misteriosa que había grabado anteriormente en sólo una ocasión. Canta la voz solista en su singular estilo y toca la guitarra acústica. “Esto es muy especial,” dice Mendes. “A pesar de que seamos más o menos contemporáneos, esta es la primera vez que hemos trabajado juntos. Milton es uno de mis cantantes-compositores preferidos, no tengo la más mínima duda de ello. Dio la casualidad de que fui a un concierto que dio Milton en Los Ángeles, y luego nos fuimos juntos a cenar. Le hablé del nuevo disco y de cuánto me encantaría que formase parte de él. Al día siguiente, me llamó y me dijo: ‘Sergio, tengo una sorpresa para ti’. Trajo esta canción y funcionó a las mil maravillas.”

 

Seu Jorge es uno de los nuevos cantantes brasileños más prometedores (el público está familiarizado con su debut como actor en la película de Bill Murray Life Aquatic). “Siempre me ha encantado presentar a nuevos talentos brasileños en mis discos, y tenemos tantos artistas de gran talento en Brasil. La participación de Seu Jorge aporta el tipo de frescura que ha estado siempre vinculada a mis proyectos.”

 

 

 

 

 

 

Hay nuevas caras importantes en Bom Tempo. Una de ellas es el instrumentista de viento Scott Mayo, que no sólo toca saxofones e instrumentos de viento-madera, sino que también hizo los arreglos de la sección de viento para las canciones. “Aportó una tremenda energía al proyecto. También invitó a algunos de sus amigos, incluidos el trombonista Andrew Lippman y el trompetista Bill Churchville: todos ellos añaden un gran colorido a las canciones.”

 

Mendes tuvo también el placer de trabajar con el guitarrista de gran talento Jack Majdecki.  “Ha estado preparándome partituras desde hace mucho tiempo, pero esta es la primera vez que ha tocado realmente conmigo. ¡Qué placer trabajar con él!” Además, Mendes incorpora al grupo a las cantantes jóvenes y de gran talento Katie Hampton (que ha estado en la banda de Mendes durante los dos últimos años) y Nayanna Holley, el añadido de la nueva banda H2O, un rapero de Oakland (California) y el músico brasileño Mika Mutti, un gran y original diseñador de ritmos brasileños, también de Bahía.

 

Bom Tempo se abre con una animada versión, a modo de salmodia, de la canción de Gil-Donato “Emorio”, con Holley y Brown como solistas vocales. Este último contribuye con un rap funky que rinde homenaje a los compositores de canciones brasileños. En la mezcla afro brasileña se encuentran alusiones a éxitos de Mendes como “Más que dada” y “The Frog” (“La rana”). La segunda canción, otra joya orientada hacia el baile, “Maracatu atomico”, es una novedad absoluta, completada con una gran sección de metal y percusión prominente, basada en el ritmo afro brasileño del maracatu.

 

Otra canción con ese ritmo, “Maracatu (Nation of Love)” (“Maracau (Nación de amor)”), es un samba que presenta un dúo a modo de conversación entre Jorge y Leporace, con participación de los instrumentos de metal. Al final de la canción, en un fundido, hay un dúo del bajista Alphonso Johnson y Mendes, con scats de Seu Jorge, a los que Mendes se refiere en broma como “30 segundos al final de caramelo para el oído.” Esta canción maracatu fue compuesta por Moacir Santos, que también escribió la balada romántica del disco, “Orpheus (Quiet Carnival)” (“Orfeo (Carnaval apacible)”), que aquí cantan Mendes y Leporace.

 

Moacir, dice Mendes, fue uno de sus mentores. “Vivía en Rio y trabajaba en la Radio Nacional,” cuenta Mendes. “Siempre tuvo una manera especial de escribir y orquestar. Tenía su propio estilo. Me dio clases cuando yo tenía diecisiete años, y escribió algunos de los arreglos de mi primer disco con el Sexteto Bossa Rio, junto con Antonio Carlos Jobim. Fue uno de los más prolíficos compositores y arreglistas de la música brasileña.” Mendes considera a Moacir “el Duke Ellington de la música brasileña.”

 

En Bom Tempo hay nuevas interpretaciones de algunos clásicos brasileños, incluida una nueva versión de “Ye-Me-Le”, con un estupendo rap interpretado por un miembro de la nueva banda H2O y una versión de “Magalenha” (de Brasileiro) que cuenta con una destacada presencia de la steel guitar, rap y contribuciones de percusión corporal de Brown. Dice Mendes: “Carlinhos estaba en Los Ángeles dos semanas, de modo que decidimos trabajar en una versión nueva y especial de la canción que escribió. Yo le dije: “Vamos a hacer una versión de 2010 que no sólo contenga gran música brasileña, sino que también rinda homenaje al Mundial de Fútbol de este año”. Como ese campeonato se celebró en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, se me ocurrió la idea de utilizar algunas palabras zulú como parte de la canción.”

 

Entre los nuevos añadidos a la lista de canciones grabadas por Mendes en Bom Tempo figuran una composición enteramente nueva de Brown, la romántica “You and I” (“Tú y yo”), llena de ritmo, cantada en inglés por el compositor y Holley, y dos joyas de Jobim interpretadas por Leporace: la balsámica “Caminhos cruzados”, con un cuarteto minimalista (Mendes, Johnson, Shapiro y Majdecki) tocando en una formación intimista, y “Só tinha de ser com voce”, una pieza alegre y llena de swing. “Jobim fue otro mentor y otra persona muy querida para mí,” dice Mendes. “En “So tinha de ser com voce” Scott hizo los arreglos del metal para tener una sensación contagiosa, como si fuera de Carnaval.”

 

Orgulloso de sus orígenes brasileños y consciente de la magia y la seducción que ejercen la música de su país natal, que sigue atrayendo a públicos jóvenes con el paso de los años, en todo el mundo, Mendes afirma que “comenzó con Jobim, siendo tocado por Stan Getz y Charlie Byrd con Astrud y Joao Gilberto; luego fui yo mismo con Cannonball Adderley; Ron Carter, Frank Sinatra, Ella Fitzgerald grabando con Jobim, y más tarde David Byrne organizando esos álbumes de compilaciones de diversos músicos brasileños tocando en todo tipo de estilos.”

 

“Más recientemente (con Timeless y Encanto), el atractivo permanece, con will.i.am, John Legend, India.Arie, Fergie y muchos más, a los que les gusta tantísimo la música y que fueron decisivos a la hora de ayudar a mostrarla al público entre sus oyentes,” continúa. “Incluso para Bom Tempo, cuando conocí a los chicos DJs veinteañeros de Bimbo Jones en Londres, estaban locos por ver vídeos en YouTube de Brasil ’66. Esto es simplemente para mostrar que la música brasileña tiene un atractivo universal y que ES intemporal…” Como lo es Sergio Mendes.

 

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