SAID MUTI

Said Muti, corazones y ceniceros

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La vida de Said Muti se mueve alrededor del rock’n’roll. Aunque reconoce que no es fácil determinar un momento en el que lo descubrió, lo cierto es que en su casa sus hermanos escuchaban mucha música y siempre estuvo presente. No obstante, si tiene que citar un álbum se decanta por The Way We  Walk, Volume Two de Genesis, uno de esos discos que hizo que cambiara su percepción musical. “Era un directo espectacular que resumía gran parte de la carrera de la banda con unos medleys muy chulos”.

 

A partir de ese momento, comenzó a escuchar a bandas de rock británico y americanas. Lo hacía con la mente limpia y sin apenas estar influenciado por géneros o estilos dentro del rock. Entre otras señala “Eleanor Rigby” de The Beatles y “The Times There are a Changin’” del maestro Dylan como dos de esas canciones que tuvieron una influencia decisiva en su vida, dos de esas canciones que le cambian la vida a casi todo el mundo. Said acaba de editar De Tripas Rock ‘N’ Roll, un disco de debut que nos presenta.

 

Empecemos por tus orígenes. ¿De dónde viene tu familia? ¿Hace tiempo que están asentados en las Islas Canarias? ¿Crees que esos antecedentes tienen alguna influencia en tu música?

– Mi padre es palestino y mi madre canaria. Mi padre llegó a Gran Canaria en 1958. Durante esos años, se asentaron muchos árabes en Canarias. A día de hoy, forman una comunidad amplia e integrada. La verdad es que considero que casi cualquier cosa puede influir en la música. Ciertamente, en mis canciones no hay mucho de ninguno de los dos folklores; aunque sin duda, sí que están repletas de las enseñanzas de mis padres.

 

¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la música? ¿Tocaste en algún grupo o directamente te planteaste siempre una carrera en solitario?

– Comencé a tocar la guitarra por casualidad. En aquel momento no me planteaba nada más que pasar un buen rato y tocar las canciones que me gustaban. Después, empecé a quedar con amigos y montábamos cosas muy locas, sin sentido; creíamos que los hacíamos hasta bien. En el fondo, estábamos como cabras. Cuando acabé el instituto y entré en la universidad, empecé con los conciertos a guitarra y voz. Tenía mis primeras canciones y no podía aguantar más sin mostrarlas. Así estuve unos cuantos años de manera intermitente haciendo pequeños shows acústicos y testeando composiciones. En 2013 la cosa cambia con la gestación de la actual banda y con la publicación del primer EP Corazones y Ceniceros. Se puede decir, que a partir de ese momento el proyecto despega.

 

¿Qué recuerdas hoy de aquel primer lanzamiento discográfico tuyo? ¿Qué tal acogida tuvo?

– Fue algo muy emocionante. Resumimos en cinco temas el trabajo de mucho tiempo. Había muchas ganas de hacerlo y lo grabé junto a gran parte de la actual formación: Marcial Bonilla, Juanma Barroso y Yeray Rodríguez. Fue una labor de artesano, lo hicimos todo nosotros. La acogida fue, y en gran parte sigue siendo, muy buena. De alguna manera, es el trabajo con el que me di a conocer y el que me ha llevado hasta De Tripas Rock ‘N’ Roll.

 

Luego las grabaste de nuevo en un lanzamiento que llamaste Unplugged Sessions. ¿Querías darles otro tratamiento o cuál fue la razón?

– Quería transformarlo en algo visual. Siempre pensé que no podía dejar pasar la oportunidad de que la gente viera y escuchara las canciones tal y como las compuse. Grabamos cinco videos para nuestro canal de YouTube en un escenario muy sugerente para las canciones.

 

¿Por qué hubo que esperar tres años para este, tu primer disco? ¿Hace tiempo que tenías las canciones?

– El proyecto tenía que seguir madurando y probándose. Durante ese tiempo hicimos muchos conciertos y compuse la mayor parte de los temas que están en el disco. Creo que fue una decisión acertada no precipitarse y esperar para hacerlo en las mejores condiciones.

 

Por el medio se cruzó la oportunidad de grabar con un productor como Alejo Stivel, además de Fernando Montesinos. ¿Fue complicada la negociación con Alejo? ¿Creíste que sería un revulsivo en tu carrera cuando se concretó? ¿Cómo lo viviste entonces?

– Para nada, fue algo muy fluido y relativamente sencillo. A Alejo le gustaban las canciones y creo que eso lo facilitó todo. Tanto Alejo como Fernando son los mejores que podía tener este disco. Han entendido a la perfección cada uno de los temas y los han llevado al lugar donde se merecían. Estoy seguro de que va a ser un antes y un después en el proyecto.

 

 

Y ya que estamos en ello, ¿cómo fue la grabación con él? ¿Qué fue lo que más te sorprendió?

– La grabación fue un proceso precioso en el que aprendí muchas cosas de estos dos fenómenos. Quizás lo que más me sorprendió fue su capacidad de sacar lo mejor de mí. Me planteaban estrategias diferentes para abordar las canciones y el resultado siempre era espectacular.

 

En su día optaste por el micromicenazgo. ¿Era la única solución? ¿Lo recomendarías a otros artistas?

– En su momento era la opción. Como bien sabes, la autoedición se ha convertido en la única vía que tienen la mayoría de grupos para sacar discos. La campaña de crowdfunding, aparte de ser un método de financiación, fue una forma de probar las canciones y el proyecto en sí mismo. En nuestro caso fue un éxito rotundo. A día de hoy no deja de sorprenderme lo bien que lo recibió el público.

 

Finalmente creo que el disco es una autoedición, aunque hubo contactos con multinacionales. ¿Qué pasó, por qué no cuajaron? ¿Tan mal está el negocio como para no ver tus posibilidades comerciales?

– Así es, es una autoedición. Sí hubo contacto con las principales compañías pero no llegamos a ningún acuerdo. Para nada creo que esté mal, hay muchas propuestas que están funcionando desde lo independiente y que de alguna manera suponen un cambio de modelo. Creo que tenemos que seguir trabajando, haciendo canciones, discos y directos. Hay que evitar por todos los medios que la supuesta mala salud de la industria influya en la creación.

 

Los textos tienen bastante mensaje. ¿Qué te inspira? ¿Es complicado hacer ese tipo de letras?

De Tripas Rock ‘N’ Roll es un disco nocturno. Casi toda las canciones nacieron de noche. Eso no quiere decir que sea un disco oscuro. Aunque si bien es cierto, la temática general ronda algunas conceptos comunes. Conseguí un curioso equilibrio entre el mensaje que quería enviar y la forma de hacerlo. No sé si es complicado, yo las hago y no me planteo nada más allá. Lo único de lo que me preocupo es de que digan lo que quiero decir, hacerlo con calidad y respetando la forma que tengo de escribir.

Por otra parte, hay dos temas más positivos como “Todos quieren” y “Quédate”. ¿Salieron para contrarrestar a los otros, fue algo natural, más sencillo?

– Siempre quise hacer este tipo de temas y, durante mucho tiempo, fueron composiciones que se me resistieron. Nacieron con este disco y lejos de ser más sencillas de componer, fueron quizás las que más me costaron. En ellas, uso un lenguaje a priori más básico, aunque si se les presta atención, hay un trasfondo complejo. Fue un reto escribir de esa manera, partiendo de premisas sencillas para exponer temáticas de calado. Lo cierto es que después de producirlas y grabarlas quedé muy contento con el resultado.

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En cuanto al sonido, te mueves en unas coordenadas de rock clásico. ¿Cómo puede hacer hoy alguien rock, un estilo que tiene tanta historia, para darle un contenido personal, original, distinto?

– Ese era precisamente el objetivo, poder hacer rock que se mueve en parámetros ‘clásicos’ pero dándole un aporte original y personal. Desde que comencé a componer esa fue mi meta. No tendría sentido hacer esto si no es para aportar algo diferente. En De Tripas Rock ‘N’ Roll he conseguido algo tan importante como tener un sonido propio y, en cierta manera, inconfundible.

 

¿Sería el rock sureño lo que más escuchas? ¿Qué artistas son los que más te han marcado?

– Ahora mismo escucho mucho de todo, menos reggaeton. En su momento, el rock sureño era lo que más escuchaba: Lynyrd Skynyrd, The Black Crowes, The Allman Brothers Band estaban casi siempre rondando el tocadiscos. En cuanto a los artistas que más me han marcado están Joe Cocker, Chris Robinson, Cream, Led Zeppelin, The Beatles, The Rolling Stones, Jimi Hendrix Experience, Eagles y por supuesto nuestro Miguel Ríos. Me dejo muchos en el tintero, es difícil quedarse con unos pocos.

 

¿Y algo que te guste y que no se pueda adivinar por el tipo de música que haces?

– Muy poca gente sabe que soy un gran seguidor de Silvio Rodríguez. Es nuestro Dylan, un compositor sin límites que ha hecho algunas de las mejores canciones que se han compuesto jamás en español.

¿Qué canción está teniendo mejor acogida del disco y cuál está resultando mejor en directo?

– El single que da nombre al disco, “De Tripas Rock ‘N’ Roll”. Fue lo primero que mostramos antes de terminar el álbum y con ella hicimos el primer videoclip. En los conciertos una de las que mejor funciona es “Viajando a Marte”, un tema de puro directo que lleva el show a otro nivel.

 

Lo que más se agradece es que estés haciendo este tipo de música y cantando en castellano. Ya hay muchos que lo hacen en inglés. ¿Fue algo claro desde el inicio o hubo algún tipo de dudas?

– Nunca tuve dudas de hacerlo en español y además, me parece una cuestión importantísima. Me sigue costando oír a muchos grupos de rock españoles cantando en un inglés que ni ellos mismos entienden. Por otro lado, para mí es más sencillo componer en nuestro idioma, me expreso mejor. Aunque muchas bandas que lo hacen en inglés usan como excusa que componer en la lengua de Shakespeare es más sencillo. En el fondo tienen razón, Cervantes es infinitamente mejor escritor.

 

¿Cómo de complicado es salir adelante desde Canarias? ¿Te acoge bien la gente en las Islas? ¿Y cuándo estás en la Península te parece que sería más fácil viviendo allí?

– Igual de complicado que hacerlo desde Granada o A Coruña. Hace tiempo que huyo de la indefensión aprendida que a veces practicamos los canarios. Es verdad que la insularidad tiene unos costes pero no creo que deba ser algo que tenga que hacer que las cosas sean imposibles. La música es complicada, esté donde se esté. Mis paisanos me acogen con un cariño brutal y hacen que me sienta recompensado. Me he criado en el mejor sitio del mundo, y eso se nota. En la Península evidentemente el circuito es mucho mayor y a nivel de costes las cosas cambian. No creo en lo fácil o lo difícil. Creo en las buenas propuestas y en el trabajo duro.

 

¿Cuáles son los próximos proyectos, cómo te planteas el lanzamiento del disco?

– Ahora nos toca hacer promoción e intentar llevar De Tripas Rock ‘N’ Roll a todos los rincones del planeta donde quieran escucharlo. Haremos una gira por las principales ciudades del país y promocionaremos pronto un nuevo single.

 

Por último, ¿cuál ha sido hasta ahora la mejor anécdota que has vivido en el mundo de la música?

– Un concierto surrealista en un restaurante de una isla muy pequeña. Yo cantando y la peña comiéndose sus chuletones un sábado por la noche. Fue una experiencia muy curiosa. Por supuesto, los innumerables aftershows en los que he estado y de los que no se puede contar ni el pecado ni el pecador. Lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas.

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