PATTI SMITH LIVE

Patti Smith en concierto

 

 

El alma, eso tan difícil de captar… Tan etéreo, tan indefinido que es complicado explicarlo con palabras cuando se siente que un artista canta con alma o que un concierto la ha tenido. No es fácil. Por eso decir que el concierto de Patti Smith en la noche del domingo le falto alma sería como justificar una sensación auténtica con algo muy vago.

 

Sin embargo, si hablamos de rabia, de nervio, de ira, de fuerza en la expresión, ahí sí es más fácil. La Patti Smith de los 70 la tenía; no hay más que ver cualquier grabación de su directo de entonces. Incluso la Patti Smith de estos últimos años en alguno de sus conciertos. Por ejemplo, la Patti Smith del Primavera Sound de 2007 o del primer Doctor Music en 1996, después de su regreso a la actividad discográfica y al directo tras su retiro doméstico de casi dos décadas. Quienes estuvimos allí sabemos que puso más pasión en aquellos conciertos que en su paso por Castrelos.

 

Ocasionalmente se pudo ver en Vigo a esa Patti Smith que ahora tenemos que añorar. Fue, sobre todo, en el “Babelogue/Rock’N’Roll Nigger” que sirvió para cerrar su concierto, encadenado a ese “Gloria” que todos esperaban. En ese momento quedó claro que si todo hubiera tenido la misma furia, el mismo arrebato, estaríamos hablando de otro concierto. De los que siempre se recuerdan y punto. O en algunos momentos puntuales, como “People Have The Power” o “Because The Night”, aunque ahí tuvo más que ver la melodía indeleble que todos tenemos en la cabeza que una arrasadora interpretación.

 

El resto fue un repaso tibio por parte de lo menos agradecido de su repertorio, los tiempos medios, y cuando se arrancaba con algún ataque de electricidad, Patti ni siquiera cantaba los estribillos, dejando que el público lo hiciera o, simplemente, le salía una interpretación más plana que la que algunos han hecho de sus temas, haciendo bueno, por ejemplo, el “Dancing Barefoot” de U2. ¡Quién lo diría!

 

 

Sin ir más lejos, en el homenaje a Jim Carroll con la versión de su tema  “People Who Died”, otro de esos momentos que tiene que arrasar en un concierto, ni siquiera cantó ella: dejó a sus dos guitarristas que pusieran el arrojo en la voz que necesitaba la canción. De cómo masacró la versión de los Stones “Play With Fire”, mejor no hablamos.

 

El resto fueron buenas intenciones, de ésas que se ganan a la gente, pero que necesitan de un plus para convencer: bajó a la primera fila, arengó continuamente a la audiencia para la acompañase con las palmas, felicitó a España por la Copa del Mundo, recordó que el concierto era un 18 de julio (fecha en la que 74 años antes Franco había desatado la Guerra Civil) y a los muertos de aquella contienda, homenajeó a Roberto Bolaño, saludó en gallego, dejó claro que sabía que el próximo día 25 era día del Jubileo (con luna llena, dijo, y, sí, parece que así es)…

 

Por quedar bien, incluso improvisó una canción en la que unía el pescado gallego que había comido -calamares, gambas, etc.- con la proximidad de Vigo y Santiago. Ella, la supuesta poetisa del rock, cayendo en una simple postal turística. Tan desafortunado resultó el intento que hasta Lenny Kaye esbozó una sonrisa, la única, como pidiendo disculpas por el desliz. Él sí lo había captado perfectamente y sabía que ahí tampoco había alma precisamente.

 

(Auditorio del Parque de Castrelos, Vigo. 18 de julio de 2010)

 

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