MOBY 2005

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON VERANO EN LISBOA

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 2005


 

Moby, renacimiento y limpieza

 

Moby. Inconformista. Independiente. Con un estilo personal y múltiples facetas. Superviviente del punk rock. Pionero de la cultura rave. Icono del underground de ventas multimillonarias. Amante de la música house. Compositor de bandas sonoras para el cine. Pinchadiscos superestrella. Titán del techno. Innovador. Agitador. Remezclador. Locuaz y charlatán. Fan de los Simpson. Internacionalmente reconocido como Hombre del Renacimiento en el pop. Su nuevo disco se titula Hotel.

¿Por qué se llama Hotel el nuevo álbum?

– El nuevo disco se llama Hotel por varias razones y si fuera a sentarme aquí y empezar a ir contando una a una, me llevaría un buen rato. En primer lugar, cuando estoy de gira, me alojo en un montón de hoteles y lo que más me fascina de los hoteles es que cuando te instalas, siempre tienes la sensación como si fueses la primera persona que entra en esa habitación. Aunque en tu interior sabes que seis horas antes alguien habrá hecho el amor en esa cama, alguien rompería con su novia, otro habrá utilizado el servicio, así que en los hoteles tienen lugar las cosas más íntimas de una persona, y aún así parecen tan anónimos. Cada 24 horas el hotel se limpia de arriba abajo; esto puede sonar raro, pero creo que es, en cierto modo, análogo a la condición humana. Pasamos una pequeña cantidad de tiempo aquí y le damos tanta importancia a nuestras acciones, a nuestras emociones y a nuestra identidad, y luego morimos,y el mundo se limpia de arriba abajo como si nunca hubiésemos estado aquí. En cierto modo, ése es un pensamiento un tanto deprimente, pero creo que eso también hace que el breve tiempo que estamos aquí parezca quizá un poco más preciado. Ya sabes, conociendo que en un día o en un mes o en unos años será como si nunca hubiésemos estado aquí.

¿Es Hotel el primer álbum que haces sin contener samplers?

         – Cuando me puse a hacer el disco, no estaba intentando hacer un disco sin samplers, pero, de repente, lo había terminado, le eché un vistazo y me di cuenta de que no había ninguno. No deja de ser un tanto irónico, considerando que mucha gente me ve como un artista meramente basado en los samplers, pero no fue algo intencional. Es como una especie de nota aparte al disco, porque acabé escribiendo unos cuantos cientos de canciones y muchas estaban muy basadas en samplers, aunque ésas simplemente no llegaron a entrar en el disco. Así que no es como si hubiese dado la vuelta a una esquina y hubiese renunciado a utilizar samplers. Sólo es que este disco da la casualidad que no tiene ninguno.

¿Crees que hay una especie de temática dominante que recorre todo el álbum?

– Tanto como una temática que recorre el disco… No sé, simplemente es un disco muy humano y está muy basado en mí y en mis experiencias; espero que eso llegue aa gente. Pero no es como un disco de Pink Floyd, que tiene un concepto que lo envuelve todo.

¿Cómo dirías que se relaciona este álbum con tu disco anterior, 18?

        – Creo que, en cierto modo, es una continuación de algunas de las cosas que empezaron en 18. Lo que intento es hacer música muy cálida, emotiva y humana que la gente pueda responder en un nivel muy humano. Me parecía que 18, que me gusta mucho, estaba un poco desenfocado, porque en parte lo hice casi exclusivamente yo solo y no se lo di a escuchar a mucha gente mientras lo hacía. 18 era un poco más largo de lo que tendría que haber sido. Algunos de los temas probablemente deberían haber sido caras B. Hotel está un poco más enfocado.

¿Afecta la reacción de la crítica con tus discos a cómo haces el siguiente?

         – Cuando hago un disco, es muy agradable cuando la gente responde positivamente y, desde luego, si trabajo durante un año o dos para hacer un disco y los críticos lo despedazan, obviamente es deprimente. No es que haga necesariamente un disco que esté orientado hacia los periodistas y hacia los críticos. Quiero decir que es genial si haces un disco y a la gente le gusta, pero si intentase hacer discos que sólo interesase a la prensa, creo que haría discos muy prudentes y hay gente que es muy buena en eso. Hay muchos artistas que han tenido toda una carrera haciendo sólo discos para los periodistas y han hecho discos muy buenos, pero tienden a ser bastante cautos e incluso puede que ni siquiera parezca cauto para nadie más; cuando veo a un artista cuyo enfoque para hacer un disco es bastante calculado y deliberado… No quiero decir nombres porque muchos de ellos son amigos míos, pero se percibe esa especie de cautela crítica.

¿Puedes imaginarte un hotel cuando piensas en este álbum o no es tan claro como eso?

         – Tengo un pequeño restaurante en Nueva York que se llama Teany en el Lower East Side, y el Lower East Side solía ser un barrio muy peligroso y ahora se está renovando rápidamente, pero de la forma más rara, porque todavía hay muchas casas de protección oficial; por otro lado, los yuppies como yo se mudan a la puerta de al lado. Tengo un pequeño restaurante en Rivington Street y justo enfrente de nuestra calle se ha levantado un enorme hotel. La mayoría de los edificios del Lower East Side son viejas casas de vecinos, con cuatro o cinco pisos, y han construido un hotel que se llama el Rivington Hotel que tiene 25 plantas y que es enorme. Parece una nave espacial que acaba de aterrizar en el medio del barrio y a mucha gente no les gusta mucho. Arquitectónicamente, no va con la estética del barrio, pero a mí me encanta, porque la naturaleza de Nueva York es la del cambio constante que crea esa increíble yuxtaposición en la que encuentras una vieja casa de vecinos de 130 años justo al lado de un flamante y reluciente hotel. Así que he observado como se construía este hotel y me hice colega de los que lo construían. Muchas de las fotografías del disco las hicimos en ese hotel. Hasta cierto punto, éste es más o menos el hotel en el que pienso con este disco.

Algunas de las canciones del álbum parece que tienen un marcado tono Bowie. ¿Cuánta influencia ha tenido David Bowie en tu vida y en tu música?

         – David Bowie es mi músico favorito del siglo XX -David Bowie y George Gerschwin- y nunca me pongo a hacer canciones que sean homenajes a mis músicos favoritos, pero creo que acabo haciendo eso, sin querer. Hay una canción llamada “Spiders” que tiene mucho de homenaje a David Bowie, lírica y sónicamente. Lo que ocurrió con eso fue que yo había escuchado que David Bowie había sufrido un ataque al corazón y -esto puede sonar morboso, pero espero que no lo sea- me imaginé lo que hubiera pasado si David Bowie hubiese muerto, así que “Spiders” es específicamente un homenaje a David Bowie. El resto del disco sí tiene ese aire, aunque no sea a propósito, pero no puedes evitar estar influenciado por los discos que te gustaban cuando crecías.

En el pasado has hecho una versión de Joy Division y en este álbum hay otra versión de de New Order. ¿Consideras que esos grupos son una de las grandes influencias en tu música?

         – Cuando era joven estaba obsesionado y enamorado de New Order, David Bowie, Joy Division y Echo and the Bunnymen y esa onda coldwave que va como del 1979 hasta aproximadamente 1983. Aunque han pasado muchos años, todavía me encanta ese híbrido de elementos electrónicos con elementos de rock y música de baile que tiene una especie de característica emocional de angustia.

¿Qué hay de la versión del “Temptation” de New Order?

         – Yo estaba en Teany, mi pequeño restaurante en el Lower East Side, y los chicos que trabajan allí, que tienen muy buen gusto musical, habían traído el Grandes Éxitos de New Order. Escuchaba la letra de “Temptation” y me di cuenta de que no le había prestado atención. Me impactó lo conmovedora y personal que era, así que, en un arrebato caprichoso, me fui a casa e hice una versión muy lenta, tipo balada e hice que mi amiga Laura la cantara. Pensé que había salido muy bien, como una recontextualización de esa letra, y la versión que está en el álbum es, de hecho, la versión maqueta. Teníamos versiones más producidas de este tema pero utilicé esa, porque era más sencilla y conmovedora.

El primer single de Hotel es ‘Lift Me Up’.¿Nos puedes contar algo de esta canción?

– Como sabes, los EEUU acaban de salir de un ciclo electoral muy hiriente. América está dividida y el mundo también, y muchos expertos están como a la espera, intentando analizar y encontrar el sentido de esta división: ¿Lo urbano frente a lo rural? ¿La costa frente al interior? Y, desde mi punto de vista, la gran división en el mundo hoy está, y perdón por ser pretencioso, entre complejidad y sencillez. El mundo es un lugar muy complicado, como todos sabemos, y se mueve muy rápido y está compuesto por trillones de variables diferentes. Algunos de nosotros estamos relativamente cómodos con ese hecho: vivimos en ciudades grandes o en los suburbios y estamos cómodos con el hecho de que el mundo sea complicado, variado e intrincado, pero a mucha gente le resulta muy amenazador, y creo que es lo que ha incitado el aumento del fundamentalismo en el mundo cristiano y en el mundo islámico. Se trata de gente que encuentra gran consuelo en esas viejas certezas que en realidad nunca lo han sido, pero que se han convertido en certezas según ha ido pasando el tiempo. En las elecciones en Estados Unidos había una gran división entre la gente que quería agarrarse a verdades simples, incluso aunque en su interior supieran que ya no tenían importancia o validez, y la gente que reconocía que el mundo es un lugar complicado y variado. Así que la canción “Plain Talking”, que ahora se llama “Lift Me Up”, trata bastante sobre esa simplicidad y ese tipo mentalidad de masas. Cuando veo imágenes de miles de fundamentalistas islámicos o cristianos, lo que veo es este efecto casi narcótico que ocurre cuando gente que piensa igual se junta y grita. Y, ya sean fanáticos de fútbol o fundamentalistas cristianos renacidos, republicanos o islámicos, todos suenan igual y todos se parecen. No hay sutileza en una multitud, y una multitud de verdaderos creyentes, no importa mucho en lo que crean, simplemente están envueltos en esa característica narcótica de pertenecer a un grupo de individuos de la misma opinión.

Además de grabar tu música ambient, también grabas bajo el alias de Voodoo Child. ¿Es así porque no puedes hacer todo lo que quieres bajo el nombre de Moby?

         – Trabajando en Hotel, grabé probablemente entre 200 y 300 canciones, así que cuando tienes un montón tiradas por ahí, tienes que ver qué hacer con ellas: se las das a otros artistas, te inventas pseudónimos o alias, o las sacas como caras B o discos extra. Tengo un montón de música y odio guardarla en un cajón para que desaparezca para siempre.

¿Qué te ha quedado del punk rock?

         – Crecí y toqué en bandas de punk rock. Creo que lo que me ha quedado es esa creencia inherente de que el status quo muchas veces está equivocado, de que lo comercial siempre va a ser con concesiones y carente de significado. Y es más importante creer en ti mismo y en lo que haces que basar tus creencias en las opiniones de otra gente.

¿Qué te ha quedado del acid house?

         – Lo que me ha quedado del acid house y de la cultura rave es sólo el espíritu de pasárselo bien. Han sido muchos, muchos años, pero en 1990, en 1991, incluso hasta mitad de los años 90, esa sensación de 10.000 personas en éxtasis moviendo sus brazos al aire al son de un tema house de gran piano con voces femeninas fue una experiencia muy profunda que, espero, todavía me influye.

¿Está muerta la música de baile o dance?

         – Viviendo en Nueva York y estando tan centrado en trabajar en mi propia música y en todo tipo de cosas complementarias, tengo que decir que estoy un poco desconectado del mundo de la música de baile underground. Me refiero a que salgo, la escucho y la disfruto, pero en cuanto a que la música dance esté muerta o esté en un buen momento… Me gusta lo que oigo. Mis amigos que son DJs pinchan buenos discos, así que, creativamente, parece como que hay cosas buenas por ahí. Sí que parece como que no es tanto la mega industria que fue hace seis años, pero eso está bien. Las cosas cambian.

¿Qué futuro hay para ti después de este disco?

         – Es extraño. Llevo mucho tiempo haciendo discos y, por un lado, me encanta hacer música e irme de gira. Lo único es que es un trabajo raro en el que la mitad del tiempo estás en casa trabajando intensamente en el disco y, luego, paras tu vida y empiezas a viajar, vuelves y recuperar tu vida, pero es difícil llegar a desarrollar una vida o montar un hogar si cada año tu vida se interrumpe durante meses sin fin para ir de gira. No es una mala vida, pero según me hago mayor creo que en algún momento estará bien asentarme un poco más, tener una vida estable y más familiar. Quizá en cinco años ralentice un poco las cosas, pero también hay muchas posibilidades de que en los próximos cinco años haga un disco que a nadie le guste y entonces, ¡el mercado se encargará de ralentizar por mi!

Xavier Valiño
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