IVÁN FERREIRO 2008

Iván Ferreiro, en alas de la mentira

 

Los Piratas son historia, al menos mientras no se desempolve el grupo desde algún rincón del desván en el que parece dormitar. Mientras, sus componentes siguen grabando bajo varias encarnaciones. En primera línea, al igual que antes, y con más presencia que el resto de sus antiguos compañeros, Iván Ferreiro, que ahora presenta su tercer disco, Mentiroso mentiroso. Juego de palabras, doble sentido, negación de la verdad, constatación de algo… Un título vale tanto como mil palabras -o las imágenes de cómic, en este caso-, las que encierra ese nuevo disco que Iván nos presenta.

¿Consideras éste tu tercer disco o tu segundo disco y medio?

            – A Mentiroso mentiroso lo considero mi tercer disco en solitario. Creo que un disco de diez canciones, otro de ocho temas y, por último, otro más que incluye dieciséis canciones nuevas suman tres álbumes. 

¿Hay alguna temática común en los textos de las canciones y, si así es, tiene que ver con el título?

            – La temática gira en torno a lo que sentimos y a lo pensamos, que a veces no es lo mismo. Y trato de escarbar en la verdad y en la mentira para entender, al fin, que casi no puedo distinguirlas entre ellas y que en el fondo ni la verdad es tan importante, ni la mentira tan terrible; o dicho de otro modo, que la verdad no es tan terrible y la mentira no es tan importante.

Da la impresión de que vuelves a jugar con los dobles sentidos, los conceptos a media… ¿Te sientes cómodo en ese tipo de ideas?

– Creo que los dobles o triples sentidos existen todo el rato a nuestro alrededor. Escoge un hecho cualquiera y ponle tres espectadores y obtendrás tres versiones distintas. Tres puntos de vista que nacen de tres sensibilidades diferentes. Es cierto que sentimos, pero es difícil que entendamos realmente lo que sentimos.

También da la impresión de que los temas más ligeros hablan de las cosas más graves y viceversa. ¿Es intencionado?

            – Lo que comentas es parte del juego: se trata de desdramatizar lo doloroso y, también, de darle peso a lo leve. Si te fijas bien, es un juego teatral, una forma de interpretar las canciones.

¿Has conseguido en el disco el sonido que tenías en la cabeza antes de entrar a grabar?

            –  No suelo tener exactamente un tipo de sonido en la cabeza antes de hacer discos, más bien tengo una idea de cómo vestiremos a las canciones. Y siempre espero que el sonido me sorprenda. Me refiero a ver qué sonido queda después de vestir esas canciones.

Tu estilo está perfectamente consolidado desde hace tiempo. Pero, ¿cómo ves tú la evolución en el sonido?

            – No lo sé. Voy poco a poco. Los dos primeros discos, Las 7 y media y Canciones para el tiempo y la distancia, eran muy camicaces. Muy crudos y con pocas cosas. En Mentiroso mentiroso hemos buscado algo mas musicalizado y hemos exagerado algunas cosillas. Me gusta cómo suena.

En este caso, el resultado es más ecléctico que con anterioridad. ¿Fue cobrando vida así poco a poco?

            – Realmente, el disco nace a partir de una idea. Y desde esa idea fuimos escribiendo las canciones, llevándonos a un montón de lugares distintos.

 

Muy buena la presentación del álbum. ¿Cómo se gestó el disco-cómic? ¿Hubo algún tipo de indicación a los autores?

            – Lo único que hicimos por nuestra parte fue darles las maquetas de las canciones que estábamos componiendo y dejamos que ellos hicieran lo que consideraran conveniente desde su punto de vista. 

A pesar de haber editado un producto atractivo para la compra, también colgaste el disco en Internet. ¿Ayuda, perjudica, es lo mismo? ¿Cómo entiende la industria este tipo de cosas?

            – Yo creo que hacer algo así ayuda al disco. No es más que una manera de hacer que las canciones lleguen a la gente. Se puede decir que es algo fácil, rápido y directo. La industria son muchísimas personas, y cada una tiene su propia opinión. Deberías hacer un referéndum entre ellos o algo así para contestar eso.

Tienes nuevos músicos, ahora vives en Madrid… ¿Cómo crees que se refleja eso en las canciones?

            – Creo que en el caso de los músicos está claro. Su forma de interpretar las canciones lo cambia todo. En cuanto a Madrid, no lo sé. Sé que algo hace, pero no te sabría decir dónde se refleja.

¿Ha cambiado para ti en estos años lo que quieres contar con tus canciones o lo que ha cambiado es la forma de hacerlo?

            – Cambian las dos cosas.

¿Serías capaz de decir en algún momento qué canciones te han servido de inspiración para alguna de las tuyas?

            – Claro, pero es una lista muy larga.

Cuentas con parte de los seguidores más fieles que tiene un artista en nuestro Estado. ¿Lo piensas alguna vez? ¿Cómo lo vives?

            – Pienso en ello lo justo y trato de disfrutarlo sin más. Tengo la suerte de tener un público que es muy entregado y muy educado. Son gente encantadora que se acerca a mi música por distintos motivos.

¿Qué es lo que más te motiva a la hora de escribir canciones? ¿Y en qué circunstancias te sale más fácilmente o la inspiración puede surgir en cualquier momento?

            – No podría explicarlo en concreto. Son un montón de cosas las que te llevan a una canción. Vivir es la manera de que pasen esas cosas. En cuanto a las circunstancias en las que sale más fácilmente la inspiración, en mi caso creo más en el trabajo que en la inspiración.

Por último, ¿qué sensaciones tienes hoy en día antes de un concierto: nerviosismo, confianza…?

            – Nervios, siempre. Confianza, a veces. Miedo, jamás.

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