GODLESS

Godless

Scott Frank (Netflix)

 

 

Tomemos Sin perdón como punto de partida. Desde que se estrenó la película de Clint Eastwood (1992), no ha habido demasiadas películas del Oeste para el recuerdo. Scott Frank tenía en mente una desde hacía un tiempo, que no podía sacar adelante, con Sin perdón como referente, centrada en personajes atrapados en existencias que nunca planearon. Fue cuando Steven Soderbergh entró como productor que la historia se alargó hasta siete capítulos para Netflix.

 

Godless tiene todo lo que se le puede pedir a una ficción del Oeste, siempre que no se sea muy riguroso con algunas incongruencias del guion: violencia, duelos a pistola, grandes paisajes abiertos, una puesta en escena impecable y un viaje físico que va mostrando el arco emocional de sus personajes principales, todo ello para recoger la historia de un legendario bandido que es traicionado por un pupilo al que consideraba un hijo, desencadenando su sed de venganza.

 

Para no quedarse en el arquetipo, saldado con solvencia, se le aportan giros novedosos, en especial el papel empoderado de algunas de las mujeres (sus dos protagonistas femeninas merecerían series ambas) aunque un tanto lejos del feminismo anunciado, así como los papeles reservados a los nativos americanos y a los afroamericanos. Sus últimos cinco minutos y el plano final del vasto Pacífico la cierran con un tono más melancólico si cabe.

 

 

 

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