Fue la mano de Dios

Fue la mano de Dios

Paolo Sorrentino (The Apartment-Netflix)

 

 

“Un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”. Así respondió Diego Armando Maradona cuando le preguntaron por el gol que, tal y como pudo contemplar todo el mundo por televisión en su momento, marcó con una mano en el partido entre Argentina e Inglaterra de cuartos de final de la Copa del Mundo de Fútbol, disputado el 22 de junio de 1986 en la ciudad de México.

 

Esa intervención divina es, también, la que da un giro imprevisto y radical a la vida del joven protagonista de la nueva película del realizador italiano Paolo Sorrentino. Si como parte del guion ya resulta crucial, su impacto es mayor si se conoce que eso fue justamente lo que le sucedió a su director en 1986, y que su vocación cinematográfica acabó de asentarse a partir de ese momento.

 

Estamos, pues, ante una cinta autobiográfica y muy personal. Que perdure el impacto de esa tragedia es, por lo tanto, lógico, pero es que además Sorrentino filma su película más conmovedora, una tragicomedia como solo Fellini podría pergeñar. Sencilla y apegada a la realidad de su Nápoles natal y a la vida en familia durante su adolescencia, Fue la mano de Dios resulta una compleja, depurada y sincera oda al dolor y el crecimiento, alejada de la gravedad y el barroquismo de títulos suyos anteriores como La gran belleza (2013) o La juventud (2015).

 

 

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