ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON AUSTRALIAN BLONDE

ULTRASÓNICA ENTREVISTA CON AUSTRALIAN BLONDE

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1999


Australian Blonde, inmediatez pop

 

 

         Tres disco después, Extra suena como el debut perfecto para cualquier grupo, a base de melodías y energía pop. Australian Blonde son conscientes, aunque volverán a intentar dar rienda suelta a otros experimentos.

 

– ¿Era  premeditada la intención de marcar diferencias respecto al disco anterior?

– A mí me están sorprendiendo las críticas positivas que está recibiendo este disco, sobre todo comparándolo con el anterior, en el sentido de que dicen que aquél era malo y éste es bueno. El anterior es verdad que era un disco bastante largo en el que todos nos explayamos quizá en demasía. En Extra lo que intentamos fue condensar, ir al grano y acortar.

 

– ¿Y afectó en esa determinación la acogida más tibia que tuvo?

         – Sí, aunque paradójicamente en cuanto a ventas todos los discos se han mantenido en torno a las 15.000 copias, independientemente de una cosa u otra. Lo que ha sucedido es que al estar con una compañía multinacional como RCA las expectativas eran mayores.

 

– ¿Se os pasó por la cabeza dejarlo después de ese disco?

         – No, que va. Porque el grupo nunca ha estado parado, siempre hemos estado tocando y escribiendo. De hecho, el fruto de estos dos años son las canciones de Extra. No son temas que surjan de la nada, de un mes hacia atrás, sino que son el producto de estos años. El disco, por otra parte, creo que refleja nuestro buen estado de salud.

 

– ¿Veis Extra como lo que podía haber sido vuestro disco de debut?

         – No con esas palabras, pero sí que pienso que es el disco que siempre quisimos hacer. Por fin hemos hecho un trabajo que consideramos muy defendible. Para este disco teníamos 30 o 40 canciones y se escogieron los singles, y eso es lo que condiciona el disco. Hemos eliminado las canciones un poco más discursivas o melancólicas y nos hemos quedado con las canciones más comerciales, con todas las connotaciones que tiene la palabra. Las más radiables, con energía y pegadizas.

 

– ¿Y cómo el disco de Australian Blonde que todos pensábamos que podíais hacer?

– Supongo que hay algo de auto-afirmación y orgullo en el hecho de poder presentar un disco así.

 

– ¿No os hace gracia pensar que fuisteis pioneros en una fórmula que ha colocado en el mapa a nombres como Dover, aquello de prestar música a un anuncio de televisión?

– Gracia no es la palabra más acertada; en tal caso te produce envidia. Envidia en cuanto a los discos que han vendido. Personalmente me alegro muchísimo porque son unas excelentes personas y han trabajado mucho para conseguir lo que tienen. Pioneros no sé. Supongo que habrá gente que tenga a Australian Blonde como punto de referencia, pero recuerdo que cuando empezábamos El Inquilino Comunista y Los Planetas eran los que llevaban un poco esa bandera. Los Planetas sobre todo como punto de mira de las multinacionales, es decir, como grupo potencialmente comercial.

 

– ¿Qué ha quedado de ese espíritu indie con el que nacisteis El Inquilino Comunista, Los Planetas, Penelope Trip y Australian Blonde?

– Personalmente, me he visto en la obligación de vender discos. Como grupo independiente, estoy hablando. Una presión que nunca pensé que iba a sentir tan fuerte, pero que por otro lado ha hecho que grabase el mejor disco de mi carrera. Siempre tienes que negociar con la realidad, moviéndote en un mar de ambigüedades. Yo siempre he desconfiado de la gente que es tan fundamentalista. No puedes estar en el negocio de la música y salir inmaculado.

 

– ¿Por qué si a algunos grupos se les alaba por su tono melancólico, en el caso de Australian Blonde se prefiere su lado más luminoso e inmediato?

– Creo que eso obedece a que tú tienes una imagen de tal o cual grupo en la cabeza y en la medida en que ese grupo satisfaga ese ideal lo asimilas o lo rechazas. Muchas veces, a lo mejor, no se nos dio la oportunidad de demostrar que podíamos hacer canciones diferentes a “Chup, Chup” pero con la misma calidad. Igual lo que tanto el público culto como el público masivo espera de nosotros es ese tipo de canción, por lo que nos hemos visto un poco condicionados por ello. Creo que nuestra pelea está en demostrar que el grupo tiene peso específico, que somos buenos compositores y que nuestro directo es muy defendible.

 

– ¿Ésa es la razón de haber dejado esas dos canciones tan distintas para el final del disco?

         – Sinceramente, sí. Queríamos darle un poco de peso específico al disco, nos parecía que quedaba demasiado circunstancial, demasiado inmediato. “Molécula Go Go” es claramente un divertimento, una pura influencia de los japoneses, pero “Slow Down” es una canción que creo que tiene bastante contenido e incluirla era un poco como revelarse contra toda esa dosis de energía pop que nos invadía y que desperdigamos en las otras diez canciones.

 

– ¿No teméis que, ahora que os han salido tantos singles en un disco, muchos se pierdan entre las canciones del resto del LP?

– Siempre tienes que estar negociando con la compañía, con tu público, con tu grupo, contigo mismo… Y al final lo que quedan son las canciones. Lo que queda es que dentro de 20 años hayas hecho un tema que quede en la memoria de la gente y que, de repente, a personas que no sean de tu propia generación les parezca una canción valiosa. Esa es la mayor prueba de calidad que hay.

 

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON MUS

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON MUS

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1999


Mus, melodías para conciliar el sueño

 

 

         Fran Gayo y Mónica Vacas están hechos de otra pasta, eso está claro. Lo suyo es una sorprendente anomalía en el pop patrio. En el tiempo que va de los Eps Zuna y Pigaz al LP Fai han transitado por la senda del trip-hop y la de las nanas tradicionales. Eso sí, ni mentarles aquello de las bandas sonoras.

 

¿Es cierto que Fran grabó sólo las dos primeras maquetas y que más tarde apareció Mónica?

         – Sí, la cosa empezó así, con dos maquetas de instrumentales que tuvieron reseñas muy positivas en Rock De Lux y Spiral, a veces incluso excesivas, un poco salidas de madre. Para la grabación de la tercera maqueta ya empezamos a probar a incluir voces y nos pareció que todo ganaba en personalidad, las canciones se redondeaban más.

 

¿Qué había en aquellas dos maquetas? ¿Alguna canción acabó en los discos?

– Las dos primeras, las más, digamos, trip hop o abstractas, se quedaron en eso, dos maquetas para los señores críticos y para la gente que me llamaba (Fran) por teléfono y me la pedía contrarrembolso. Ningún tema fue recuperado en los discos. De la tercera maqueta se recuperaron prácticamente todos los temas para Zuna, aunque vueltos a grabar en los estudios Bunker.

 

¿En qué momento Mus se convierte en algo real?

         – Posiblemente en el momento en que Jesús Llorente nos propone grabar algo para Acuarela. Ahí es realmente donde empezamos a medir cuánto hay de realidad y cuánto de jugueteo en el que no merece la pena perder mucho más tiempo. Es una sensación rara que asusta un poco: nunca has tocado en directo, poca gente te conoce y, de repente, tienes que meterte en un estudio de grabación. De todos modos, con cada nuevo paso todo se hace más real, el primer EP porque es el primer disco que grabas, el segundo porque es el previo al LP, el LP porque es donde debes confirmar los augurios…

 

¿Ya nació Mus usando las bases electrónicas y con ese concepto?

         – No nació con ese concepto, más bien nació DE ese concepto. Cuando comencé a jugar con los programas de la SB16 de mi ordenador lo hacía igual que podría haberme dedicado a pasar más y más pantallas con el Duke Nuke o cualquier otro juego. La falta de conocimiento condicionaba de manera definitiva la estructura de las canciones, de ahí la obsesión repetitiva en los primeros temas, los ritmos quebrados. En realidad, nunca llegas a saber dónde acaba la incapacidad propia para manejarte y dónde comienza lo sencillamente distintivo de un estilo personal.

 

¿Sería posible una aventura así con instrumentos convencionales?

         – Cada vez tenemos más claro que sí. De hecho, en Fai tanto los teclados como violines, bajos o guitarras han cobrado protagonismo. Aun así, el trabajar con muestras permite que a veces salte la sorpresa: una muestra mal disparada, colocada en el sitio inicialmente incorrecto, puede conducirte a veces a un arreglo que nunca se te ocurriría de modo consciente y premeditado.

 

¿Y el gusto por la música tradicional vocal de dónde viene?

         – Es la música que conoces desde crío, no desde la elección personal, desde el gusto, sino desde la convivencia con ella, igual que convives con un vecino o familiar con el que no tienes por qué llevarte especialmente bien. Más tarde aprendes a valorar ese tipo de convivencia que dan los años y te das cuenta del verdadero valor que toda esta música que has aprendido a través de tus mayores, y no de las emisoras o revistas de moda, tiene en tu vida.

 

¿Qué significan Zuna y Pigaz, títulos de vuestros dos primeros Eps?

Zuna es un tipo de vicio o costumbre que sale a los animales cuando los maltratan, que se hacen hoscos… Más o menos, aunque no es exacto del todo. Pigaz es una palabra que en realidad no existe en asturiano, o casi. Es una especie de apócope de la palabra pigazu, que viene a ser siesta en asturiano. La sonoridad a veces viene dada por errores propios y también por limitaciones. La sonoridad es un resultado de todo, lo negativo y también lo positivo, fallos y aciertos. Y para dar ese resultado cuentan también las limitaciones de trabajar con -pocos- instrumentos electrónicos.

 

¿Es Acuarela el sello estatal más propenso a editar músicas con un componente más arty, como Diariu, Jr. o vosotros mismos?

         – Aún hoy, a tres años vista de haber fichado por Acuarela, no comprendemos el término arty, al menos aplicándolo a nosotros. Hemos procurado huir siempre de la cita directa, del guiño intelectualillo. Si hemos necesitado un sampleado en francés para un tema nos ha dado exactamente igual que sea de una película de Jacques Rivette, de Louis de Funes o de un noticiario; el caso es que cumpliese bien su función, sin ir más allá. Lo que sí nos parece Acuarela es un sello con especial querencia por jugarse los presupuestos con grupos más bien difíciles, aunque de buena prensa. Y eso es loable, aunque supongo que no muy rentable.

 

¿Compartís la opinión de Jesús Llorente en el sentido de que las propuestas más interesantes llegan de Asturias y Barcelona?

         – Bien, no lo tenemos muy claro, pero si efectivamente fuese de ese modo tendría una lectura muy diferente el hecho de que parte de los grupos más interesantes del estado pertenezcan a una “megalópolis-ultra-moderna” como Barcelona, o a una ciudad pequeñita, con unas características socio económicas muy determinadas, no muy propensa a la introspección, como es Xixón. En el caso de Barcelona no deja de tener su lógica: siempre están a la última en todo y da la sensación que son siempre los primeros en cambiar de asiento cuando va a haber un cambio de moda o tendencia. En Xixón, evidentemente, eso no sucede.

 

¿Aceptaríais componer la banda sonora de una película?

         – Quizás, pero tampoco tenemos especial interés en ello. Hay compositores que se dedican exclusivamente a esta labor, profesionales que realmente cumplen en ese tipo de encargos. La mayoría de las veces en que se encarga una banda sonora a un grupo no muy acostumbrado a estas lides los resultados no suelen ser ideales. Ahora mismo se nos ocurre la poco lucida colaboración de Orbital con Michael Kamen en Even Horizont.

 

¿Qué os parece que hablen de vuestras canciones como banda sonora de una película imaginaria?

         – La verdad, es una línea de texto que, de tan recurrida, empieza a perder gracia. Es algo que nos resulta ajeno y, supongo, debería preguntársele por ello más a los críticos que a nosotros dos. Al fin y al cabo, es algo un poco fruto de su imaginación y no de la nuestra. Sí es cierto que nos interesa recrear ambientes con nuestra música, y que nos parece estupendo que nuestra música se ponga de fondo para hacer otras cosas, todo tipo de cosas, pero de ahí a firmar una vinculación con el tema de las películas imaginarias…

 

¿Y que se mencionen nombres como Barry Adamson, Portishead, Spiritualized o Angelo Badalamenti es un halago o un lastre?

         – Son nombres todos ellos que admiramos muchísimo, y que se los mencione como referente es todo un orgullo. Está bien tener influencias y sobre todo reconocerlas, siempre que esto no te lleve a mimetizarte de manera escandalosa.

 

¿Sigue siendo aquello de ‘canciones para conciliar el sueño’ la mejor definición del sonido de Mus?

         – Desde luego, nos gusta mucho más que lo de las películas imaginarias. De hecho en la estructura del Fai todos los tempos se van ralentizando progresivamente para acabar dando con esa especie de antídoto contra el insomnio que es “Sebastián”.

 

¿Sois conscientes de hasta donde podéis llegar con vuestra música, de las cuerdas sensibles que podéis tocar en la gente?

         – Es difícil hacerte una idea de eso. Estamos hablando del papel que el oyente juega en la música, algo que escapa a nuestro control, aunque a veces nos permitamos algún truco fácil a base de crescendos, cuerdas, etc. De alguna manera, es más mérito de quien escucha el disco.

 

Me imagino que vuestra propuesta es casi irreconciliable con el directo. De todas formas, ¿pensáis hacer algún concierto?

         – De momento no. Suponemos que a base de una buena inversión podríamos llevar esto al directo, contratar músicos, adaptar las canciones al directo… Pero serían demasiados esfuerzos para algo que no tenemos claro que merezca la pena.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON REM

ULTRASÓNICA 1998 ENTREVISTA CON REM

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ENTREVISTAS 1998


REM, fábulas de la reconstrucción

 

 

Bill Berry se ha ido y REM no ha cambiado. Aparentemente, porque con Up han arriesgado más de lo habitual y han salido triunfantes. Michael Stipe, de reciente visita a Madrid, cuenta las razones.    

 

¿Cómo pensabais que iba a ser Up después de que Bill Berry dejara el grupo?

– No creo que ninguno de nosotros pensara que iba a ser tan diferente, ni cuánto cambiaría la dinámica del grupo sin uno de nosotros, especialmente Bill. Más o menos en tres segundos supimos que íbamos a grabar otra vez y creo que ése fue el hecho que nos llevó preguntarnos si queríamos continuar. No quisimos pretender que nada había cambiado. Todo era muy distinto. Y todavía estamos explorando eso.

 

Habéis hecho un montón de discos y todavía parece que embarcarse en uno nuevo es algo muy duro.

– Siempre es duro. Es un desafío. Éste ha sido el más difícil, y no sólo por la marcha de Bill. Teníamos la doble maldición de que Bill había dejado el grupo por sorpresa y de que teníamos que hacer un disco después de New Adventures In Hi-Fi, que los tres pensamos que es el mejor disco que hemos hecho. Y, para colmo, nos propusimos grabar un disco verdaderamente experimental para lo que es REM, algo que fuera radicalmente diferente. 

 

Está claro que el método de trabajo tuvo que ser distinto.

– Cuando nos juntamos en marzo del 97, los tres estábamos preocupados por las mismas cosas, sobre cómo queríamos distanciarnos de lo que habíamos hecho antes y cuáles serían los formas de hacerlo. Creo que no pensamos que llegase a ser tan distinto como ha salido. Nos pusimos a ello con la misma dinámica del grupo y el mismo sentimiento, y ocho meses más tarde éramos un grupo de tres, sin batería. Todo eso nos condujo a buscar algo, nos conmocionó y nos llevó a este estado mental de espiral tumultuosa, caótica, a esta atmósfera, a este ambiente o lo que quiera que sea.

 

Supongo que de lo que hablasteis era de cómo hacerlo si seguíais adelante. 

– Sí. El material ya estaba escrito, así que supongo que estábamos más preocupados con lo que teníamos a mano que con la idea más general. Eso era, todavía, demasiado espantoso como para pensar en ello. Así que, sin Bill, todo era muy experimental a todos los niveles: en el de la amistad, en el de la banda, en el de la composición… Todo había desaparecido y todo era nuevo. Y no exagero. Era como si te dejaran caer en Swazilandia y no tuvieras ni la más mínima idea del idioma, de cómo comprar un paquete de tabaco o de cómo pedir una taza de café. Era realmente difícil.

 

¿Por qué reconocéis continuamente que fue tan difícil?

– Nada podía ser como antes y creo que ninguno de nosotros estaba preparado para ello. Y un proyecto como éste era muy importante, con mucha presión para hacer algo tan bueno o mejor que New Adventures In Hi-Fi. Aquel disco había sido perfecto, temática, lírica y melódicamente; cada canción y la totalidad, el diseño, todo fue una realización asombrosa. De todas formas, en éste Pat McCarthy, el productor, estuvo fantástico. Cuando llegábamos a un callejón sin salida, volvía a empezar de nuevo y hacía que todo continuase.

 

Pero habría alguna indicación de por dónde tirar con Up.

– Ya era un reto bastante grande por sí solo, más aún con un nuevo montón de… Iba a decir reglas, pero no hubo reglas. Era más como ‘hora somos libres para hacer cualquier cosa’. Lo que no queríamos era traer a un Bill Berry de repuesto y pretender que nada había cambiado. Todo había cambiado un montón. Bill, en su ausencia, ha estado muy presente en Up.

 

No es muy normal que un grupo así haga un disco tan diferente.

– Depende de lo que quieras decir. Si que hay grupos que hacen cosas creativas, contra la moda, pero no hay muchos que las hagan y que sean tan populares como REM. Aunque tampoco creo que pensemos en ello o en nuestra influencia. Cuando compones una canción, se trata de que consiga nadar o se ahogue. No importa el nivel en el que estés. Será una gran canción o una mala canción, seas el grupo más grande del mundo o alguien en un sello independiente del Sur de California. No importa. Lo que importa es el trabajo y eso es en lo que estamos centrados.

 

Creo que en "Walk Unafraid" Patti Smith tuvo bastante que ver.

– Patti Smith es una gran amiga mía. Hace lo mismo que yo. Conoce lo que es empezar un disco y no estar seguro de adónde va a ir. Me dio una serie de consejos en los primeros momentos de este disco y me dijo que no debía sentir miedo. Tomé sus palabras y las convertí en una canción. Traté de escribir la canción con la misma intención que compuse "Losing My Religion" y "Everybody Hurts", con una idea de universalidad, de modo que cualquiera pueda tomarla como algo suyo, aplicarla a su propia situación y a su propia vida.

 

¿Cómo conseguís que el negocio de la música no se meta por el medio?

– Lo que importa es priorizar, y eso es algo en lo que siempre hemos sido muy buenos. Creo que siempre hemos sabido reconocer que si no hay un trabajo que defender, entonces no vale la pena. Y el trabajo no tiene que ser bueno, sino grande. Tiene que ser el mejor que podamos ofrecer. No quiere decir que siempre lo hayamos conseguido, porque no lo hemos hecho. Pero no puedes permitir que el negocio se entremeta. Te echa a perder.

 

¿Cuáles son los temas principales de Up?

– Mi intención era que pareciera muy real, que tuviera un sentimiento similar al de Murmur, que le gustase a la gente a la que le gustó aquel disco. Pero allí no había sentido; muchas de las canciones eran tonterías que no tenían palabras, pero había un sentimiento que era mucho más poderoso que todo eso.

 

¿Pero hay algo que querías hacer llegar a quien te escuche?

– Hay muchas canciones que han tenido mucha influencia en mí durante 20 años y no puedo ni saber de qué van. De lo que te puedo hablar es de lo que siento cuando las escucho, de lo que sentí cuando las escuché por primera vez, lo que significan para mí ahora. Gang Of Four y Stereolab, ¿de qué hablan? Pero son grandes grupos, y no lo cuestionas. O Young Marble Giants o Patti Smith o el disco entero de Television, Marquee Moon. ¿Tienes idea de qué hablan? Y no importa, porque lo que realmente importa es que son jodidamente reales. No hay ninguna duda en tu cabeza de que lo que comunican viene de algo real. Eso es lo que quería con este disco. Que no hubiera ningún indicio de que me distanciaba a través de la ironía o del cinismo o dejando caer temas como la autocompasión. Todos hemos pasado por eso y ya nos queda lejos en 1998, a todos los que formamos la comunidad musical. Y quería que eso se reflejara en este disco.

 

¿No va a sentir la gente que hay una ventana abierta por la que se puede ver muy dentro de vosotros?

– No tanto. Siento que he dejado bastante claro el edicto -si ésa es la palabra correcta- de que si confundes al cantante con la canción, entonces te estás quedando en lo más simple. Y los verdaderos fans de REM lo saben reconocer. Cuando digo que estas canciones no son autobiográficas… Hay líneas concretas o momentos determinados a lo largo del disco que hablan de cosas reales y personales. Pero ni mucho menos son autobiográficas. Son cosas en las que pienso. Había ciertos temas que quería desarrollar.

 

¿Qué es lo que más os sorprende ahora en relación con vuestros primeros discos?

– Que hayamos sido capaces de seguir hasta aquí. Para mí, eso es lo más sorprendente. Continuar y ser siendo vitales, y yo entiendo que seguimos siendo vitales. Creo que seguimos haciendo cosas grandes e importantes. Por lo menos para mí y para un escogido número de personas, pero es más que suficiente.

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON BLACK GRAPE

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON BLACK GRAPE

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1999


Black Grape, puro cachondeo

 

 

Shaun Ryder estuvo desaparecido en combate durante dos años y medio. El visionario disidente que llevó a los Happy Mondays al borde del caos, y que en cuatro álbumes dio un vuelco a la música británica, permaneció alejado de los titulares que presagiaban su más que probable destino. Mientras otros se aprovechaban de las historias de drogas, decadencia y cierres de discográficas, Shaun hacía planes para una nueva banda. Basada alrededor de un núcleo formado por el propio Shaun, el rapero Kermit, el batería Ged -de Ruthless Rap Assassins-, el guitarrista Wags -de Paris Angels- y Bez, su compadre soul de toda la vida, ésta sería la formación de Black Grape. 

 

El 31 de julio del 95 se rompió el silencio y Black Grape iniciaban oficialmente su andadura con el lanzamiento de su álbum de debut, Its Great When You’re Straight… Yeah!, y los detractores tuvieron que admitir su equivocación.  El álbum fue una brillante mezcla de rap, funk, punk y soul con el toque único del estilo y el humor característicos de Shaun Ryder.

 

El álbum fue un rotundo éxito y Black Grape pronto se convirtieron en una de las bandas más veneradas del país. "Lo que diferencia a Black Grape del malestar que había rodeado a The Happy Mondays es que todos los componentes de la banda tenían ganas de pasarlo bien", comenta Shaun Ryder. "Durante el festival T In The Park, del año 95, Bez agarro un radio-casete de una de las tiendas de campaña instaladas para firmar autógrafos, subió el volumen y se puso a bailar encima de las mesas. Kermit explotó de risa y tuvo que salir corriendo, tropezó y se rompió el tobillo. Aún así, subió al escenario aquella noche."

 

A principios de 1996 Black Grape recibió el Premio Brat al mejor single por "Reverend Black Grape". Y Shaun Ryder se adelantó a la prensa cuando, a la mañana siguiente, apareció como invitado en un programa de radio para comunicar a la nación la pérdida de su premio, entre otras cosas.

 

"El título de nuestro segundo disco proviene de cuando fuimos obligados a cambiar la letra de aquel tema para un programa de televisión. Los productores no quisieron responsabilizarse de la emisión de una estrofa -"talking bullshit… bullshit… bullshit"-. Así que nuestro rapero Kermit lo sustituyo sarcásticamente por "talking stupid… stupid… stupid". Y me dije que sería el título del próximo álbum. Normalmente cuando haces un álbum lo que menos te preocupa es el título, pero éste me impresionó."

 

Stupid, Stupid, Stupid, el segundo álbum de Black Grape, mantiene la reputación del grupo como creadores de la mejor música para gente que quiere divertirse en una fiesta continua las 24 horas del día. Incluso cuando se adentran en nuevos territorios, el sonido es indiscutiblemente Black Grape. Ya desde el primer single "Get Higher" (en el que imitan a Ronald y Nancy Reagan anunciando la escasez de marihuana y admitiendo que están enganchados a la heroína) se demuestra que su primer disco no fue una casualidad, y que la banda ha podido crear un sucesor tan ingenioso como provocador.

 

"Estar en un estudio-residencia es como estar en una prisión abierta", declara Ryder, sobre los días de grabación. "La comida es buena, pero si tienes que pasar allí unos meses te vuelves loco, por eso lo hicimos tan rápido. No se puede negar el hecho de que Stupid, Stupid, Stupid fue un período de trabajo intenso. Yo hacía unas veinte pistas de voces para cada canción, así que había un montón para elegir a la hora de mezclar."

 

Tampoco significa necesariamente que las sesiones fuesen muy duras.  De hecho, una noche de borrachera dio lugar a una estimulante versión de "Lonely", el tema soul de Frederick Knights. "Siempre ha sido una de nuestras favoritas", admite Ryder.  "Yo tenía el CD en el estudio y lo estábamos escuchando mientras bebíamos.  Nos pareció una buena idea meterle un poco de rock.  Un par de días después lo escuche y pensé que yo parecía un hincha borracho. Pero a toda la banda le gustó, aunque a mí me preocupaba pensar que la gente creyera que lo habíamos hecho en serio: fue de cachondeo".

 

Los fans de Black Grape tendrán pronto la oportunidad de ver mucho más de Shaun Ryder y Black Grape con el lanzamiento de un documental de 90 minutos titulado The Grape Tapes. Abarca un período de cinco años, toda su carrera, y el estreno del documental tuvo lugar en el Sundance Film Festival.  "Son cinco años de nuestro trabajo y ha quedado muy natural porque la mitad del tiempo no nos enterábamos de que quien lo filmaba estaba ahí. Intentamos que fuese divertido, lo malo es que parece que yo siempre estoy gritando."

 

Sea lo que sea lo que Black Grape quiere conseguir con su propia versión parodiando la película In Bed With Madonna, no hay duda de que Stupid, Stupid, Stupid no es un trabajo de lunáticos, aunque se trate de lunáticos autodeclarados. "Creo que este álbum va a ser un bombazo", comenta el productor Danny Saber. "Es consistente de principio a fin. Cada canción, a un cierto nivel, demuestra que hemos crecido y avanzado." Y Shaun Ryder lo corrobora: "Hemos intentado que cada uno de los temas sea como una mini película. Este álbum es como un "Grandes éxitos", cada canción es un single." Y lo peor es que el bueno de Ryder tiene razón.

Xavier Valiño

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON OASIS

ULTRASÓNICA 1999 ENTREVISTA CON OASIS

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ENTREVISTAS 1999


Oasis, cuarto capítulo

 

 

“Si he visto más allá que otros, es porque estaba de pie sobre los hombros de gigantes” –standing on the shoulders of giants-, escribió el científico Isaac Newton en una carta a su colega Robert Hooke en febrero de 1676.

 

Mediados de 1999. Noel Gallagher está celebrando el fin de la grabación de su último álbum en un pub de Londres. Hacia las 4 de la madrugada y en un estado no precisamente sobrio, Noel se fija por primera vez en la nueva moneda de dos libras y en la inscripción que lleva en el canto con la frase mencionada de Isaac Newton. Noel apunta la frase en un paquete de cigarrillos pero, como está tan borracho, al día siguiente ve que hombros lo ha escrito en singular y que, en lugar de album title -“título del disco”-, había anotado a bum title -es decir, “título de un vago”-. Siendo Oasis quienes son, esto aseguró que la frase sería el título bajo el que aparecería su nuevo álbum de estudio.

 

Desde el lanzamiento de Definetely Maybe en 1994 hasta los multitudinarios conciertos en Knebworth en 1996, Oasis fueron indiscutiblemente el grupo, aunque ahora puede que hayan dejado el testigo a otros como Travis en popularidad y Primal Scream en relevancia musical, por ejemplo.

 

“Nos han llamado portavoces de la generación química, pero sólo somos cinco tíos que se enfrentan a la autoridad y se lo pasan bien en un momento en que divertirse estaba pasado de moda. Empezamos creando música para iluminar los grises años de John Major y para toda aquella gente que hacía mucho, mucho tiempo no tenían una banda de rock’n’roll que con quien identificarse”, asegura Noel.


         Pero Oasis no eran únicos solamente porque no hablaban del futuro negando el pasado. Aunque su música siempre sonó contemporánea, pagaba tributo claramente a los Beatles, los Sex Pistols y los Stone Roses, las tres décadas de rock británico que les precedían.

 

Desde el 93 hasta el 97 todo fue vivido al estilo puro del rock. “Una noche”, recuerda Noel, “fui al estreno de una película con mi mujer y decidí que, sencillamente por el gusto de hacerlo, iba a mantenerme sobrio. Me quedé en la barra bebiendo agua mineral con los amigos que había tenido desde que me mudé a Londres y observé como se desarrollaba la obligada escena de la cocaína y los viajes de ida y vuelta al baño. Y después de un par de horas, tuve una revelación. De repente vi claro que no me gustaba ninguno de ellos y le dije a mi mujer Meg: “¿Son estos realmente nuestros amigos? ¿Es ésta la gente que ha estado en mi casa? ¡Pero si son unos imbéciles!”

 

Eso fue hace dos años. Desde entonces Noel ha dejado las drogas. “Me ha hecho sentir mucho mejor conmigo mismo, mucho más sano, con las ideas más claras. Fue estupendo en su momento, pero llegó un punto en que no podía soportar tener las mismas conversaciones con la misma gente, sentado en la misma silla en la misma jodida casa todas las semanas una y otra vez hablando de ovnis. Me harté de levantarme todas las mañanas con una pelota de golf en mi nariz y una bola de algodón en vez de cabeza. Ahora miro atrás y lo recuerdo como momentos de grandes risas, pero también como demasiadas conversaciones estúpidas con gente que no necesariamente me gustaba.
Incluso Liam se ha calmado un montón. La ironía, por supuesto, es que Standing On The Shoulder Of Giants es el disco más psicodélico de Oasis hasta la fecha”.

 

            Noel comenta riendo, “cuando le pusimos a la gente por primera vez temas como “Who Feels Love” nos decían: ‘¿Estáis seguros de que habéis dejado las drogas?’. Pero éste es un álbum que trata no tanto de celebrar los puntos altos como la bajada que llega después, la falta de moderación y el desenfreno para luego salir del otro lado, más viejo, más sabio y listo para un nuevo comienzo”.

 

En este disco, el grupo ha trabajado por primera vez con Mark Spike Stent (U2, Madonna, Björk, Massive Attack), y la colaboración ha sido fructífera. “Por primera vez he trabajado con alguien que entiende la cultura de los clubes, alguien que podía conseguir el sonido que había escuchado en los discos dance y aplicarlo al álbum de Oasis. Por primera vez, también, había alguien que pudiese enfrentarse a mis excesos musicales, alguien que pudiese decirme cuando había bastantes guitarras. Mark sabía como pararme los pies y evitar que me volviese loco en el estudio”, comenta Noel.

 

El álbum se grabó primero en Francia y luego se terminó en Inglaterra tras la marcha de dos miembros del grupo, Paul Bonehead Arthurs y Paul Guigsy McGuigan. “Musicalmente, es un nuevo comienzo. Es también un disco de transición, hecho fundamentalmente tras la marcha de dos miembros del grupo y antes del fichaje de sus sustitutos. Recorre una tercera parte del camino hacia donde quiero llegar con la banda dentro de cinco años”.

 

El nuevo grupo cuenta con las incorporaciones del guitarrista Gem, antes en Heavy Stereo, y el bajista Andy Bell, antiguo miembro de Ride y de Hurricane #1. Ahora comienza la gira mundial. “Yo soy el primer interesado en descubrir como va a resultar la gira”, comenta Noel. “La primera vez que me subí a un escenario y no estaban ni Bonehead ni Guigs me resultó un poco raro. Pero la principal diferencia es que ahora somos mucho mejores musicalmente porque tanto Gem como Andy son muy buenos músicos”.


         Noel Gallagher no está seguro de si Oasis harán muchas más giras después de ésta, pero él está dispuesto a seguir en esto por largo tiempo. “Podría perfectamente quedarme en el estudio para siempre componiendo música”, explica Noel. “Este álbum es bueno, pero el próximo será aún mejor. Y así es como uno debería sentirse respecto a la música. No me gustaría grabar el álbum perfecto porque luego se acabaría todo. Ahora ya veo fallos en este disco pero, al mismo tiempo, creo que probablemente es el mejor álbum que se escuchará este año. Y tras este disco vendrán otros 10 ó 20 más. Hay mucho más por venir.”

Xavier Valiño
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