ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 THE VERVE

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1997 THE VERVE

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1997


The Verve, la resurrección

 

 

Solían llamarlo loco. En los días en los que The Verve hacían sus primeras incursiones entusiastas en el ruedo musical, cuando bandas como Carter o Inspiral Carpets tenían todo el éxito crítico y comercial, todos llamaban a Richard Ashcroft  el loco. Ése era su nombre. Tiene gracia. Tomemos alguna de las declaraciones que hizo en 1993 y que le ganaron su apodo: "Odio la música indie".

 

Lo dijo en 1993, antes de que Oasis hubieran firmado su primer contrato, cuando la música británica de guitarras no tenía nada más. Y continuaba así: "Lo que me va es la gran música. Funkadelic, Can, Sly Stone, Neil Young, Rolling Stones, el jazz. Podría nombrarte 50 grupos a los que ahora les va bien y en dos años estarán olvidados. La historia los olvidará. Pero la historia guarda un sitio para nosotros. Puede llevarnos tres discos, pero estaremos allí".

 

Y así se ha confirmado. Cuatro años y dos discos después, nadie llama ya loco a Richard Ashcroft. Si alguien tiene que acortar su nombre, ahora le dicen simplemente Richard Verve, la imagen escuálida que pone la voz que entona las canciones de la única banda de guitarras que ha cogido el 97 por el cuello y lo ha liberado de toda complacencia. Después de dos singles en los primeros nueve meses del año, la historia se dirige a Richard Ashcroft con respeto.

 

 

Atrás quedan las historias de abuso mental y desgaste físico, y la separación por autoexigencias que van más allá de la propia fe infinita en uno mismo. A medida que el mundo se rendía ante Oasis, con una pasión que hubiera sido perfecta para The Verve, las necrológicas que hablaban de la desaparición de The Verve eran casi inexistentes. Y llega la resurrección, que se abre con una explosión de luz cegadora en forma de una sección de cuerda ya prendida en la memoria. "Bitter Sweet Simphony", su primer single desde la disolución hace unos treinta meses, es la canción del año. Tal es su espíritu y su dimensión que el peligro de que oscurezca cualquier otra cosa que venga detrás es obvio.

 

Pero Urban Hymns es un gran, grandioso disco. Su visión y densidad no se reduce a los dos singles-himnos -el ya citado y "The Drugs Don’t Work"-. Las cinco canciones que lo abren ensombrecen cualquier otro disco de este año, especialmente al de sus amigos Oasis, con su ferocidad emocional y su habilidad melódica -salvo, tal vez, el OK Computer de Radiohead y el Ladies And Gentlemen We’re Floating In Space de Spiritualized-. Tal es su poder emocional que, después del mejor cierre desquiciado de un disco desde el "I Am The Resurection" de los Stone Roses -aquí "Come On"-, y tras más de 70 minutos, aparece el eco del llanto de un niño, proyectando aún más su poderoso hechizo.

 

Xavier Valiño

FANGORIA

Fangoria e Intronautas, tras los Pegamoides y Dinarama

 

            ¿Dónde se esconde Alaska? ¿Hay vida después de los Pegamoides y de Dinarama? ¿Todo se reduce a una intoxicación intermitente de los medios de comunicación? El gabinete de producciones de Running Circle ha elaborado la respuesta. Leer más

THROWING MUSES

El regreso eléctrico de Kristin Hersh

           

 

            La saga de las chicas de Boston parece no tener fin. Entre Kim Deal, Tanya Donelly y Kristin Hersh hay tantos lazos que es casi imposible seguirlos. El primero pasa por Throwing Muses. Allí coincidieron durante bastantes años Kristin Hersh y Tanya Donelly. Cuando Kim Deal decidió formar The Breeders como un proyecto paralelo a The Pixies contó con Tanya Donelly en su primera formación. Justo en ese momento, Tanya formó su propia banda, Belly, y con ello dejó solas a sus dos viejas amigas con sus propias aventuras. Leer más

FOO FIGHTERS

Foo Fighters, el ataque de los platillos volantes

 

            Dave Grohl y Chris Novoselic. Nombres que, para la mayoría, se asocian inmediatamente con el GRUPO de los 90, Nirvana. Cuanto antes los mencionemos, mejor. No queda más remedio que citarlos. Llevarán siempre su estigma encima pero, por suerte, es uno de los pocos nombres que se pueden llevar hoy con dignidad, y muchos los envidian por ello. Leer más

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1995 URGE OVERKILL

ULTRASONICA ARTÍCULOS 1995 URGE OVERKILL

Ultrasonica e-zine :: Xavier Valiño

ARTÍCULOS 1995


Urge Overkill, sabor a cuero

 

                       

            Son los reyes del cuero. Negro, a poder ser. Lo llevan paseando por escenarios de medio mundo desde hace unos cuantos años. Quien haya tenido oportunidad de verlos en alguno de esos festivales veraniegos -Glastonbury, por ejemplo- sabe de lo poco que aparentan tomar su música en serio y la importancia que le dan luego a sus actuaciones.

 

            Son como una panda de amigos, que se pasean entre sus seguidores y comparten más de una copa con cualquiera, aunque luego el trío se convierta en una fiera de potente sonido guitarrero y una imagen un tanto hortera. El cuero y el plástico, amigo.

 

 

            Exit The Dragon es el cuarto disco de Urge Overkill y el segundo que graban para Geffen Records, tras Saturation, el álbum que les permitió salir de la segunda división a la que estaban destinados. Pero es que tenían una madrina de lujo, Chrissie Hynde, quien, además de tener algo más que una simple amistad con el bajista, se dedicó a pregonar por ahí que eran su grupo favorito.

 

            Y un padrino: Quentin Tarantino, el director de la película de culto Reservoir Dogs y de la polémica Pulp Fiction. Un buen día, cuando se paseaba por una tienda de segunda mano del rastro londinense, encontró un single olvidado de la banda con una versión de un tema de Neil Diamond en su cara B. "Girl, You’ll Be A Woman Soon" tuvo su hueco en la banda sonora de la segunda película de Tarantino y la actriz Uma Thurman, cuando le dieron a escoger una canción para hacer un muy particular karaoke en una de las secuencias claves, escogió esta canción.

 

            Nada volvió a ser lo mismo para Urge Overkill. Tocados por la casualidad y la mano de oro de Quentin Tarantino, aprovecharon su oportunidad grabando su nuevo disco, un cóctel más que potente de ironía y admiración hacia el rock más grasiento y clásico. Tanto que Nash Kato y sus chicos parecen haber utilizado mejor la tecnología del pasado que Lenny Kravitz y, además, con bastante más inspiración. Si es que hasta su "Somebody Else’s Body" suena más a The Kinks que cualquier canción de Blur.

 

Xavier Valiño
1 309 310 311 312 313 362